ESTRENO

El inesperado renacer de 'Monstruoso'

La sorprendente 'Calle Cloverfield 10' extiende el universo del éxito del 2008 producido por J.J. Abrams

Fotograma de la película 'Calle Cloverfield 10'.

Fotograma de la película 'Calle Cloverfield 10'. / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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El 3 de julio del 2007, tras los primeros pases de 'Transformers', el público hablaba menos sobre los robots multiformes que sobre cierto tráiler proyectado antes. Imágenes de caos, fuego y destrozos grabadas cámara en mano. La cabeza de la Estatua de la Libertad despedida cual arma arrojadiza sobre una calle de Nueva York. ¿Qué diablos era eso? ¿Por qué no ponía el título? ¿O '18 de enero de 2008' no era solo la fecha de estreno y también se llamaba así? 

Pronto se formó una comunidad 'online' decidida a reunir pistas y solucionar el misterio. Había quien pensaba que iría sobre un ataque terrorista, aunque el 11-S parecía demasiado cerca para hacer espectáculo con ello. Otros elucubraban sobre una versión hiperrealista de 'Godzilla'. Para unos pocos, la presencia de J.J. Abrams como productor indicaba que esto era una película de 'Perdidos' y la Fundación Hanso andaba detrás del gran ataque.

La campaña de márketing de 'Monstruoso', que incluyó desde falsas páginas de marcas a perfiles de MySpace para sus personajes, fue astuta, pero no menos que el producto vendido: una sofisticada reinvención del cine 'kaiju' (el género japonés de monstruos cargándose ciudades del que fue pionero Godzilla) a través de la estética del 'metraje encontrado', con una dirección más basada en la sugerencia que la exhibición y un guion de inspiradas notas de humor y emotividad.

Fuera por el márketing o sus valores cinematográficos, el caso es que 'Monstruoso' hizo bastante dinero: según los datos de 'Box Office Mojo', costó 22,5 millones de euros y recaudó en todo el mundo casi 154. Pero la segunda parte no se puso en marcha de inmediato, aunque había interés en hacerla.

Los años pasaban y los padres de la criatura no encontraban el momento. Es lo que tiene adueñarse de Hollywood. Abrams ha revitalizado sagas icónicas como 'Star Trek' y 'La guerra de las galaxias'; el director Matt Reeves ha tomado las riendas de la franquicia de 'El planeta de los simios', y el guionista Drew Goddard, escrito desde terrores posmodernos de culto como 'La cabaña en el bosque' hasta el guion adaptado de 'Marte' (nominado al Oscar).

PROYECTO SECRETO

Y en estas que este año, en enero, aparece por sorpresa en los cines el tráiler de 'Calle Cloverfield 10'. De nuevo, antes de una película de Michael Bay, en este caso '13 horas: Los soldados secretos de Bengasi'. ¿Qué diablos era eso? ¿Por qué incluye la palabra 'Cloverfield' en el título? 

Si tienen algún interés en ver esta gran película, recomiendo no leer nada sobre ella. Nada. De hecho, recomiendo que dejen de leer aquí y recuperen si quieren el final de este artículo al salir del cine. Evitaré 'spoilers' claros, pero es mejor llegar a la sala ignorante al cien por cien. Pasen también del tráiler. 

Con 'Calle Cloverfield 10', Abrams ha vuelto a sorprender. No solo por sacudir al público con el tráiler de un filme del que nadie sabía nada. La película representa un nuevo modo de acercarse a las franquicias: la idea es ofrecer películas ligadas de algún modo a 'Monstruoso', pero que se sostengan por sí solas y tengan su propia identidad. Este nuevo filme es más 'thriller' que ciencia ficción y no se basa en la idea del falso 'metraje hallado'; cambia el estilo de guerrilla por las referencias a Hitchcock.

    

Bad Robot, productora de Abrams, compró un "guion especulativo"” llamado 'The cellar' y fichó a Damien Chazelle para llevarlo al mundo de 'Monstruoso' y dirigirlo. Cuando Chazelle tuvo la oportunidad de rodar su proyecto soñado, 'Whiplash', recogió el testigo Dan Trachtenberg, un debutante que no lo parece: aunque solo ha dirigido algunos cortos y publicidad, filma de la forma más sintética e inteligente esta historia de secuestro en la que no se sabe a ciencia cierta si la amenaza está solo adentro o también fuera.