EXPOSICIÓN DE GRANDES MAESTROS

Barcelona se viste de Thyssen

Caixaforum reúne 63 obras del museo de Madrid, entre ellas piezas de Picasso, El Greco, Rembrandt, Hopper y Rubens

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Es la primera vez\u00a0","text":"que la pinacoteca hace un pr\u00e9stamo tan grande de pinturas habitualmente presentes en sus salas"}}'La Anunciación', de Veronés. Y 'La Anunciación', de El Greco. Cara a cara. Tan iguales y tan diferentes. Veronés era un maestro cuando la pintó. El Greco era un chico que empezaba.  El italiano, un genio del color, aunque su cuadro palidezca al lado del nuevo colorido del cretense. La pintura del primero es contenida, se mantiene dentro del marco arquitectónico. Y aunque el segundo juega todavía dentro de las coordenadas renacentistas, ya apunta maneras. Así que si Veronés es todo contención expresiva; El Greco es exactamente lo contrario, es el desbordamiento. "La relación que se establece entre la pareja, y la oportunidad de mostrar este diálogo es lo que busca'‘Un Thyssen nunca visto'", afirma Guillermo Solana, director del Museo Thyssen y comisario de la exposición. Una muestra que exhibe en Caixaforum, hasta el 5 de febrero, 63 obras maestras de la pinacoteca madrileña, 42 de las cuales no se han expuesto en Barcelona, o por lo menos no se han mostrado durante los últimos 25 años.

Es la primera vez que salen tantas piezas de golpe en préstamo del palacio de Villahermosa. Pero que nadie piense que son obras menores atesoradas en las reservas. No. Todo lo contrario. Son cuadros excepcionales que se han descolgado de las paredes del museo y que reúnen nombres como Fra Angelico, Rafael, Memling, Rubens, Rembrandt, Canaletto, Pissarro, Cézanne, Kandinsky, Picasso, Chagall, Beckman, Hopper y O’Keeffe, entre muchos otros. Y es la primera vez que se pueden ver de una manera diferente a la tradicional: aquí no están colgadas por escuelas y siglos, como en Madrid, sino que se ha optado por agruparlas por géneros pictóricos (religioso, retratos, vanitas, paisajes naturales y paisajes urbanos). "Un criterio que ofrece la ventaja de ser transversal y que permite comparar una crucifixión italiana con una flamenca, y hacer dialogar a El Greco con Chagall, a Rembrandt con Beckmann, a Canaletto con Pissarro... Obras maestras que nunca se ha visto así", apunta Solana. De ahí el título.

ANÉCDOTAS GRACIOSAS

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Los diálogos proporcionan, además de consideraciones artísticas, anécdotas graciosas, como que el retrato de 'Guillermo I, príncipe de Orange', pintado por Adriaen Thomasz Key, cuelgue al lado de 'Retrato de una joven dama con rosario', de Rubens. La mujer del primero fue pillada en flagrante adulterio con el padre del autor del segundo. Historias al margen, el de Rubens es uno de los "cuadros más espectaculares de la colección Thyssen", afirma Solana. Como lo es 'El arroyo Brème', de Gustave Courbet. "La mejor pintura del siglo XIX que hay en el museo", a juicio del comisario. La del realista francés es una de las piezas que hay en el apartado dedicado a los paisajes, espacio en el cual se puede ver la evolución desde el paisaje cósmico (ahí está un fantástico Patinir) a lo íntimo, el bosque, hasta el punto de meter el espectador dentro de la vegetación, como hace Courbet.

Y si de obras maestras se trata, hay que citar tres de las piezas más conocidas del museo presentes en la exposición: 'Arlequín con espejo', de Picasso; 'Habitación de hotel', de Hopper, y 'Nubes de verano', de Nolde. El primero una pieza magistral del periodo neoclásico del malagueño, el segundo un icono del arte y el tercero uno de los primeros que compró el barón Thyssen. El recorrido por los fondos de Madrid exportados a Barcleona acaba con el paisaje urbano, un viaje por las 'vedute' que se inician en los Países Bajos para luego pasar a Italia y con la modernidad acabar con el paisaje ordenado de la ciudad para dar paso a la urbe como un laberinto indescifrable, fragmentado y en descomposición. Ejemplo de ello es Richard Estes y su famosa 'Cabinas telefónicas' que pone punto final a la muestra. 

VÍNCULO CON BARCELONA

El hecho de que un viaje tan importante tenga como destino Barcelona se debe, a la relación que el Thyssen mantiene con CaixaForum, y al vínculo de la colección con Barcelona: parte de ella se exhibe desde hace años en la ciudad, primero en el monasterio de Pedralbes y luego, hasta la fecha, en el MNAC, que aporta ocho  piezas a la exposición.