LAS CIFRAS DEL SECTOR

Las librerías catalanas perdieron el 10% de ventas este octubre

La retracción del consumo ha sido mucho mayor en las puntos más afectados por manifestaciones y en los días de máxima tensión política

Clientes en una librería.

Clientes en una librería. / periodico

Ernest Alós

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La tensión política en Catalunya ha pasado factura a las librerías, con una caída de las ventas de casi el 11% en el mes de octubre, que ha roto con la tendencia de recuperación que se había mantenido de forma sostenida desde el año 2014. Fuentes del sector editorial que han cruzado los datos de las empresas de medición del mercado Nielsen y GfK y los resultados de diversas cadenas de librerías presenciales o ‘online’, ofrecen una cifra que, según Antonio Ramírez, de las librerías La Central, “es una auténtica catástrofe”  en un sector con pequeños márgenes y en un proceso de recuperación postcrisis muy frágil, pero que aun así es ligeramente mejor (o no tan mala) de la percepción que existe en el sector.

¿La causa de esta disparidad? Que el innegable impacto de los acontecimientos políticos , desde el atentado de agosto en Barcelona hasta el ciclo de conflicto iniciado el 1 de octubre, ha ido por barrios, reproduciendo la cronología y la geografía de la situación política. Según Marià Marín, secretario técnico del Gremi de Llibreters, que está realizando aún un análisis de la situación que hará público en los próximos días, los datos diarios de ventas de las librerías conectadas al sistema Libridata muestran sistemáticamente baches en cada momento de máximo conflicto: las dos huelgas generales, las tres grandes manifestaciones que se han sucedido desde agosto, el día de la entrada a la Conselleria d’Economia, el de la DUI, el del anuncio de la aplicación del artículo 155, los días posteriores a la violencia del 1 de octubre o la entrada en prisión de parte del Govern. Los datos de la empresa GfK, que darían un descenso para los dos últimos meses más cercanos al 15% que al 11%, reflejan también el impacto de cada momento de máxima tensión, con un par de semanas aisladas con un crecimiento del 1%, coincidiendo con el lanzamiento de ‘Origen’, de Dan Brown, y otras de descensos del 18% o el 20%, en semanas como la posterior al atentado de las Rambles o la proclamación de la DUI.

Peor el centro de Barcelona o Girona que los barrios

También se refleja de forma acusada la distribución territorial de las movilizaciones. Las librerías del centro de Barcelona, por ejemplo, hablan de pérdidas cercanas al 20%. En el caso de La Central, explica Antonio Ramírez, de cerca del 15% desde el atentado de agosto hasta el 31 de octubre. “Una encuesta interna nos dice que ningún agremiado sube, pero unos bajan un 5% y otros un 20%, y la media sí podría estar en un retroceso del 10%”, reconoce el presidente del Gremi de Llibreters de Catalunya, Antoni Daura, que apunta a que todo el comercio de proximidad ha notado la menor afluencia de público. “Pero parece que a plataformas digitales como las de Amazon, Casa del Libro o FNAC, les ha ido mejor”, dice el presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Daniel Fernández

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Un observador privilegiado es la cadena de librerías Abacus, con 42 centros en toda Catalunya. Donde se han sucedido protestas y movilizaciones, la venta se ha resentido. Y lejos del centro de las grandes ciudades, o en comarcas con menos movilización, al contrario. “Hemos tenido fuertes descensos en las tiendas de la calle Balmes de Barcelona, o de Girona, y subidas del 11% y el 17% en las de Sants y Sant Andreu, por ejemplo”, dice su director general, Miquel Àngel Oliva.    

¿Y en el resto de España?

La desaceleración del consumo por causas económicas, al margen de la inestabilidad política, tiene también un impacto, pero reducido, en las cifras del sector. La prueba está en la evolución del mercado en el resto de España. Los datos de Librired ofrecían incrementos de hasta el 6% en algunos meses de principios de año que ya se desaceleraron, con subidas del 2-3%, a partir de mayo. En el mes de octubre, los mismas estimaciones que sitúan el descenso de ventas en Catalunya entre el 10% y el 11% ofrecen aún un crecimiento del 1% en el conjunto de España, incluyendo en esta cifra el impacto del dato negativo de las librerías catalanas. Con todo, incluso en Catalunya esta pérdida aún no sobrepasa lo ganado en la primera mitad del año: cerrar el año en negro o en rojo dependerá de una posible recuperación en noviembre, que de momento nadie ve muy clara, de lo que suceda durante la campaña electoral y sobre todo de una buena campaña de Navidad. De momento, dice Daniel Fernández, “la gente está nerviosa, insegura y asustada, ciclotímica: el mismo librero puede estar hundido un lunes y el jueves decirte que se ha tenido dos días buenos y parece que remonta”. “Al principio el impacto fue brutal, pero parece que la cosa está un poco más calmada”, opina en cambio Oliva.

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Inseguros y pendientes de la actualidad

Pero en la retracción del consumo no solo cuenta el impacto de concentraciones y manifestaciones. “La sensación subjetiva es que la gente, ante la inseguridad política y las continuas noticias, no tenía la cabeza para leer, han sido una minoría los que se han escapado de la realidad cerrando el twitter y los medios digitales”, opina Daniel Fernández. “Para leer necesitas, poco o mucho, un punto de pausa y concentración, y eso es difícil cuando la actividad es frenética y las redes sociales hierven”, dice Antoni Daura. “La gente está pendiente del whastapp y del minuto a minuto de los medios digitales, que han tenido un incremento de tráfico”, recuerda Miquel Àngel Oliva. “El interés se ha desplazado, hacia los debates e informativos de la TV, y la información que ha circulado por las redes, consumiendo el tiempo de los ciudadanos”, opina a su vez la miembro del Conca Isona Passola.

Miquel Àngel Oliva destaca, no obstante, que llegado un punto de saturación el deseo de evadirse de la realidad es muy probable que se haya dirigido sobre todo hacia el consumo de series, pero también se ha notado en el mundo del libro, con un descenso de las ventas, sin paliativos, del libro de no ficción, y un repunte, en cambio, de la ficción comercial y la literatura de evasión. En Abacus, incluso, con incrementos del 6%, mientras los datos de GfK indican incluso una subida del 40% de las ventas de este tipo de títulos en las grandes superficies comerciales. “El descenso subyacente del sector es aún superior al que indica la media, que queda compensada por el buen comportamiento de los libros de Dan Brown, Ken Follett, Almudena Grandes y Arturo Pérez Reverte , más el fenómeno Aramburu”, valora Antonio Ramírez.