Buena impresión de la novillera Rocío Romero en su debut con picadores

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Paco Aguado

La joven novillera cordobesa Rocío Romero causó hoy una grata impresión durante debut con picadores en el madrileño Palacio Vistalegre, en un festejo en el que fue premiada con una oreja, al igual que sus dos compañeros de terna, y estuvo a un paso de salir a hombros.

FICHA DEL FESTEJO:

Seis novillos de El Parralejo, de buena y agradable presencia y de juego noble y manejable en general, aunque sin excesivo fondo de raza.

Antonio Catalán "Toñete", de corinto y oro: dos pinchazos y media estocada atravesada (ovación tras aviso); estocada caída (oreja).

Ángel Téllez, de blanco y oro: pinchazo, hondo, media estocada baja delantera y cinco descabellos (ovación tras aviso); pinchazo y estocada (oreja).

Rocío Romero, que debutaba con picadores, de grosella y oro: estocada desprendida (oreja); tres pinchazos, media estocada delantera y dieciocho descabellos (ovación tras dos avisos).

En una tarde de lucimiento y buen hacer generalizado de las cuadrillas, Juan Navazo saludó tras banderillear al quinto.

Segundo y último festejo de la Feria de Invierno de Vistalegre. Los tendidos de la plaza cubierta se ocuparon en menos de un cuarto de su aforo (unas 2.500 personas),

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PROMESA DEL TOREO FEMENINO

El debut con picadores de la andaluza Rocío Romero era el principal atractivo del festejo que cerró hoy la miniferia de Invierno de Vistalegre, pues desde hace ya unos años apenas hay presencia femenina en el escalafón de matadores y de novilleros.

Era tarde, pues, de examen, ante la cátedra madrileña para esta cordobesa que, después de destacar en la gimnasia rítmica, decidió cambiar las pistas sintéticas por la arena de los ruedos. Y lo cierto es que Rocío Romero causó una buena impresión entre los aficionados con una actuación que pudo ser redonda de no fallar reiteradamente con la espada ante el segundo novillo de su lote.

Ya con el anterior, que se paró pronto y embistió sin brío, se pudo apreciar que, aparte de su aún escaso oficio, la cordobesa tiene la virtud del reposo y de la seguridad ante los pitones, en una faena de altibajos que remató de una estocada fulminante, volcándose en la ejecución, para cortar la oreja.

Pero ese acierto con la espada fue precisamente el que le faltó con el sexto para haber superado con nota alta la prueba de su salto de categoría, pues de no ser por varios pinchazos y una retahíla de descabellos -a punto estuvo de sonar el tercer aviso- Rocío Romero bien pudo haber abierto la puerta grande del Palacio Vistalegre.

Ese sexto utrero, el de más cuajo y volumen del noble encierro de El Parralejo, tuvo una embestida muy pausada que la cordobesa aprovechó para templarse y gustarse, toreando con relajo y buen gusto con ambas manos y rematando las tandas con recreados pases de pecho.

Se jaleó con fuerza la faena desde los tendidos, que, a pesar del via crucis de la espada, tributaron a Rocío Romero una fuerte ovación de despedida en reconocimiento al prometedor concepto que demostró.

Sus compañeros de cartel, Toñete y Ángel Téllez, son dos novilleros mucho más avezados que, como la debutante, pasearon también sendas orejas en Vistalegre, aunque sin despertar un gran entusiasmo.