MÚSICA DIRECTA

Electrónica + palabra

Bradien + Eduard Escoffet presentan su segunda colaboración este lunes en el Teatre Romea

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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“Lo que empezó como un rollo de una noche han acabado siendo seis años, dale que te pego”. Así resume Eduard Escoffet, el poeta y agitador cultural, su colaboración con Bradien, grupo instrumental formado por tres argentinos cuyos caminos se cruzaron en Barcelona: Matías Rossi, Balbini y Pope.

“Ya en la época del primer álbum, hacia 2009”, explica Rossi, “una de las ideas que teníamos era intentar diversificar el grupo, probar nuevos proyectos”. Las colaboraciones de Bradien con poetas como John Giorno Nora Gomringer abrieron un camino hacia la colisión -o mejor, hermanación- con la poesía sublimado en el proyecto Bradien + Eduard Escoffet.

Iba a ser un rollo de una noche, un bolo de Escoffet en Mallorca que debía tener música, pero han acabado siendo seis años y un par de álbumes, ‘Pols’ (2012) y ‘Escala’ (2015). Este lunes presentan el segundo en el Teatre Romea (20.30 h.), en una actuación con algo, según Matías, de “resumen de todo el recorrido”.

FRUCTÍFERA CONFUSIÓN

Producido por el célebre alquimista electrónico Stefan Schneider (To Rococo Rot, Kreidler), ‘Escala’ supone una combinación más profunda y versátil de electrónica y palabra que el anterior ‘Pols’, en el que casi se trataba de poner música a un relato. Ahora la voz casi ejerce funciones de instrumento adicional. Según Escoffet, “ha habido un proceso de creación conjunto como banda, partiendo de cero tanto en música como en texto y en la forma de interactuar ambas cosas”. 

Ellos dicen haberse enfrentado como cualquier banda rock al proceso creativo: se reunían en el local y a partir de pequeñas ideas iban construyendo. “La música sugiere temas, algunos textos sugieren sonidos”, dice Rossi. 

La idea era en esta ocasión buscar la variedad en cuanto al uso de la voz. Explica Pope: “Antes de grabar trazamos un plan -que no cumplimos al cien por cien- para usar la voz de diferentes maneras. En algunas canciones hace casi el ritmo de la canción”. Lo importante para Escoffet no era solo el qué, sino el cómo: “Me interesa que la gente no se quede solo con lo que estoy diciendo, aunque haya un sentido, sino también con los matices de la voz y los pequeños detalles”.

¿HAY VUELTA ATRÁS?

La presencia de Escoffet trasladó a Bradien de un pop instrumental con aires de Yo La Tengo a algo más abstracto y espacioso, todo por dejar sitio a la voz. ¿Hay vuelta atrás para ellos? ¿Existen Bradien menos Eduard Escoffet? (Rossi): “Yo pienso que esto es algo que tenemos que disfrutar, pero lo otro todavía sigue vivo”.

¿Y Escoffet? ¿Desde este lío convertido en relación a largo plazo, puede escribir sin imaginar paisajes electrónicos? “Como poeta, siempre he pensado mucho en el sonido -dice-. Para mí esto ha supuesto la posibilidad de ampliar el catálogo de posibilidades; ampliar las maneras de preparar los textos y llevarlos delante del público”.