MÁS ALLÁ DEL CIRCO

Baró d'Evel vuelve con más 'Bèsties' a Temporada Alta

El nuevo espectáculo de la compañía francocatalana cuenta con ocho intérpretes, dos caballos, un cuervo y cuatro cotorras

MARTA CERVERA / BARCELONA

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La relación entre el ser humano y los animales siempre ha fascinado a Baró d’Evel, una compañía que ha contribuido a renovar el lenguaje del circo. En 'Bèsties', que se estrena este jueves en Girona en el marco del festival Temporada Alta, Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias van más allá. La 'troupe' montará su carpa en la plaza Margarida Xirgu de Barcelona, dentro de la programación del Mercat de les Flors, del 11 al 18 de diciembre. "Bèsties no es circo, ni danza, ni teatro. "Cada espectador podrá imaginar su propia historia en función de su camino personal"

'Bèsties' recrea un mundo onírico pero real donde conviven miedos ancestrales y fantasía. “Soñar despiertos era el reto que nos propusimos -indica Decourte-. Recrear un mundo primitivo que no sabes si está en sus momentos finales o en sus albores, pero que está en evolución”.   

BAILE, ACROBACIA Y MÚSICA

Una carpa con doble pista acoge este ambicioso montaje de gran formato en el que interactúan ocho intérpretes y seis animales: dos caballos, un cuervo y cuatro cotorras. Decourtye y Mateu han sumado a su 'troupe' en escena a su hija Thaïs de nueve años, y a la aclamada bailarina y coreógrafa Lali Ayguadé, así como a los especialistas en acrobacia Martí SolerNoëmi Bouissou y Julian Sicard y a Piero Steiner, un veterano del teatro experimental y del circo. El músico y compositor Nicolas Lafourest ha creado la banda sonora.

La compañía catalana de danza Mal Pelo y el pintor y diseñador gráfico francés Bonnefrite, con quienes Baró d’Evel ya trabajó en anteriores espectáculos como 'Mazut', vuelven a aliarse con la compañía en esta nueva aventura.

"La idea es que el público dé un salto y entre en un mundo arcaico con el que todos conectamos. Verá imágenes rupestres y una tribu en la que conviven hombres, animales y vegetales. Juntos harán una ceremonia para celebrar la vida llena de referencias mitológicas inventadas", comenta Decourtye. Integrar animales en el 'show' forma parte de la filosofía de Baró d’Evel, compañía siempre dispuesta a reinterpretar la realidad con una mirada poética. "No sabemos si este montaje contribuirá a que la gente vea a los animales no solo como algo que se puede comer o estudiar, sino como seres con los que puedes estar, jugar, compartir y vivir, como hacemos nosotros -dice Mateu-. Mostrarlo ya es una forma de defenderlos". 

LARGO RECORRIDO

Todos los animales que 'actúan' forman parte de la familia de Baró d’Evel. Gus, el cuervo amaestrado, por ejemplo, lleva viviendo con ellos desde que tenía dos meses. “Llevamos dos años o más trabajando con la mayoría de los animales. Cada uno tiene su personalidad, en eso son como nosotros”, afirma Decourtye.

Se puede establecer una conexión entre 'Bèsties' y 'Le sort du dedans' (2009), por el que consiguieron el Premi Nacional de Cultura en el 2010. Pero, a diferencia de ese 'show' más íntimo –aquel se montó en una carpa de cinco metros y ahora viajan con una de nueve-, el largo proceso creativo de 'Bèsties' tiene más que ver con 'Mazut' (2012). El espectáculo, estrenado en junio en Lyon, se ha visto ya en París y se espera que haga una larga gira internacional.