BALANCE

El Salón del Cómic revalida los 118.000 visitantes

El éxito de nuevos espacios como el Cómic Kids y el poder de convocatoria de autores como Jan e Ibáñez han marcado la 36ª edición de la cita

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Anna Abella

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Ni la lluvia de los tres primeros días ni los cortes por la masiva manifestación por los presos independentistas de este domingo, que recorría el Paral·lel desde la plaza de Espanya, han impedido que unas 118.000 personas (las mismas que en el 2017 y el 2016) acudieran a su cita anual con la historieta. El Salón del Cómic de Barcelona ha cerrado su 36ª edición con un “balance muy positivo”, según Meritxell Puig, que se ha estrenado como directora general, con cambios y novedades que han dejado buenas sensaciones a autores y editores consultados por este diario.

Novedades como el espacio de cómic en vivo Dibujos por sonrisas y, sobre todo, el Cómic Kids, 3.000 metros cuadrados con actividades para los chavales, que ha permitido, apunta Puig, que estos “se acerquen al lenguaje y las técnicas del cómic en compañía de sus familias, jugando, leyendo, dibujando y conociendo a los autores”. Un público infantil, que ha nutrido este año las colas de firmas y los talleres de dibujantes como Shea Fontana, Kiko da Silva o Lorena Álvarez, y al que las editoriales ya han empezado a dedicar especial atención, con nuevos títulos, sabedoras de que en él está el lector del futuro.

Un visitante de varias generaciones ha abarrotado las firmas y los actos de dos maestros de la mítica Bruguera: Francisco Ibáñez, que llenó el auditorio en una charla con Carlos Areces, y Jan, que mantuvo un encuentro con lectores y ha sido una de las estrellas del Salón con la exposición sobre un Superlópez que ha cumplido 45 años y la presentación del avance de la próxima película del héroe del tebeo de la mano del cineasta Javier Ruiz Caldera.

Dibujantes, guionistas y editores han valorado estos días con buena nota el mayor protagonismo ofrecido a los autores españoles, que en estas citas pueden sentirse relegados ante la atención dedicada a las figuras extranjeras, y los cambios en la entrega de los premios del Salón, celebrada en el auditorio, a mediodía en lugar de por la noche, y con una gala que, en su opinión, “dignifica a los autores”. 

Unos galardones que recayeron en Laura Pérez Vernetti (Gran Premio), ‘Pinturas de guerra’ (Reino de Cordelia), de Ángel de la Calle (Mejor obra española), Ana Penyas (Autora revelación, por ‘Estamos todas bien’), ‘El arte de Charlie Chan Hock Chye' (Dibbuks), de Sonny Liew (Mejor obra extranjera), y el fancín ‘Los Diletantes’. 

Difícil es satisfacer a todas las sensibilidades pero también ha sido buen acogida la reordenación física, separando los espacios según fueran exposiciones, expositores, ‘merchandising’, actividades y talleres, y charlas, conferencias y proyecciones.  

Para los autores ha sido además importante el espacio Comic Pro, donde se han presentado 1014 portafolios de sus trabajos a editores nacionales y extranjeros, con los que han mantenido 183 entrevistas, según informa el Salón.  

Para los editores, un potente sábado, con una gran afluencia de visitas (la venta de entradas ‘on line’ se agotó), compensó el jueves y viernes, jornadas más flojas. Pero la satisfacción era la tónica dominante en cuanto a firmas y ventas en expositores como Norma, La Cúpula, Astiberri, Diábolo, Dibbuks, ECC, Penguin Random House, Planeta o Panini (que tras una década de política de “generosidad hacia las librerías”, volvía a vender en el Salón).