EXPOSICIÓN

Una muestra rastrea la carga política de la obra de Tàpies

La fundación del pintor busca en los cuadros del artista matérico signos de su militancia y compromiso

zentauroepp43633016 barcelona  6 de junio de 2018  exposici n  antoni t pies  bi180606161423

zentauroepp43633016 barcelona 6 de junio de 2018 exposici n antoni t pies bi180606161423 / periodico

Natàlia Farré

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El compromiso político de Antoni Tàpies es conocido. Ya sea por su carteles, en contra la pena de muerte y a favor de la libertad de expresión, y su libro 'Memoria personal', fruto de la necesidad de expresar su militancia; o ya sea por sus actos: participó en la Caputxinada, en la asamblea de Montserrat contra el proceso de Burgos y en la creación de la Assemblea de Catalunya, por ejemplo. Puntualizado esto, la pregunta a contestar es otra: ¿son sus cuadros una forma de compromiso y militancia política, de qué manera y hasta qué punto? Y eso es lo que intenta resolver la exposición 'Antoni Tàpies. Biografía política' que, desde este viernes y hasta febrero del año que viene, despliega la fundación que creó el artista. 

Carles Guerra, director del centro y comisario de la muestra, tiene una primera respuesta: "La política no aparece de una manera frontal en sus lienzos, sino que responde a una ecuación muy particular: La pureza formal equivale a una radicalidad política. La abstracción, que aparenta no decir nada, equivale al posicionamiento de una militancia política en el contexto del liberalismo". Y una segunda: "Depende del espectador, este tiene el margen de libertad para construir su voluntad de hacer o no hacer política".

Para entender las palabras de Guerra nada mejor que fijarse en algunas de las obras expuestas. 'A la memoria de Salvador Puig Antich' luce al lado de 'Diana de madera sobre tela', la primera pieza poca explicación necesita; la segunda está realizada en 1971, año del proceso de Burgos e incluye el blanco que el pintor utilizaba para disparar balines. Relacionarlas o leer 'Diana' en clave política depende del que mira, no de lo que Tàpies explicita. Ya que explicitar explicitaba poco porque le daba miedo que la obra perdiera su autonomía, su polisemia y multiplicidad de sentidos. Y para argumentarlo, Tàpies parafraseaba a Alfonso Comín: "Cuando el arte se pone al servicio de la política deja de ser arte".

El momento actual

"Sus cuadros son políticos en la medida que establecen una relación ostensiva con los hechos", continúa Guerra. En una pared cuelga una pintura ocre con dos líneas al carboncillo y una serie de 29 números con el título 'Composición con números'. Se pintó en 1976, en el mismo momento en que 29 presos políticos se fugaron del penal de Segovia. Uno de ellos, Oriol Solé Sugranyes, murió abatido por la guardia civil y fue enterrado en el suelo bajo un túmulo. Las 29 cifras más el carboncillo que puede leerse como una alusión al túmulo permiten leer el cuadro políticamente. "No podemos obligar a la pintura a ser un monumento de aquel hecho, pero como espectadores informados y con deseo de participar se nos convierte en un monumento", apunta el comisario. De hecho, la madre de Sugranyes se ha plantado más de una ocasión vez frente al cuadro recordando a su hijo.

Y las obras son también disfuncionales en la medida que pueden leerse en clave contemporánea: 'Pintura con esposas' y 'Cuatro cordeles', con una composición que elude los barrotes de una prisión, son tan válidos para actualidad como lo eran en la década de los 70, cuando fueron creados. "Está es la grandeza de Tàpies. No solo representa y hace justicia de un momento, son pinturas preparadas para acoger las necesidades y proyecciones del futuro", sostiene el comisario que concluye: "De aquí que la exposición refuerce la experiencia de ver la pintura de Tàpies como el lugar original para entender su política".

'Antoni Tàpies. Biografía política' abarca un abanico temporal muy concreto, desde 1946 hasta 1977, que es lo mismo que decir desde la posguerra al posfranquismo, y lo hace a partir de una setentena de piezas, algunas tan importantes como el grupo de tres obras de grandes dimensiones presentado en la Documenta de Kassel de 1964 y que vuelven a reunirse ahora por primera vez.