ANIVERSARIO DE La EDITORIAL PIONERA del 'underground' en españa

'El Víbora', 35 años rendidos al cómic

La Cúpula recordará su historia y la de 'El Víbora' en el encuentro Graf

De izquierda a derecha, originales de Daniel Clowes, Yoshihiro Tatsumi, Robert Crumb y Max para portadas de 'El Víbora' y La Cúpula; abajo, número 1 de la revista, con dibujo de Nazario.

De izquierda a derecha, originales de Daniel Clowes, Yoshihiro Tatsumi, Robert Crumb y Max para portadas de 'El Víbora' y La Cúpula; abajo, número 1 de la revista, con dibujo de Nazario.

ANNA ABELLA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Nos llamaban fumetas, frikis y descerebrados, pero cuanto más nos criticaban más vendíamos. Al principio ninguno pensábamos en hacernos ricos, ni en tener éxito, ni en ser rompedores en cómic, simplemente hacíamos lo que nos gustaba hacer, el underground. Teníamos pensamientos libertarios y algo anarquistas, nos metíamos con los políticos y la policía, que aún era muy franquista... y mucha gente nos criticó, nos decían que cerraríamos a los 10 números». Emilio Bernárdez, director de Ediciones La Cúpula, echa la vista 35 años atrás, a 1979, a los inicios del buque insignia de la editorial, la revista El Víbora, estandarte de la transgresión y la línea chunga de la viñeta. Pero pese a la «sociedad bienpensante» y haciendo honor a su lema, Comix para supervivientes, llegó a más de 300 números a lo largo de un cuarto de siglo. La emblemática publicación cerró hace una década, pero La Cúpula, superada pero nunca olvidada la muerte en el 2012 de su fundador, Josep Maria Berenguer, sigue al pie del cañón, mimando el cómic y a sus autores.

Su historia centrará este sábado una de las charlas de la quinta edición de Graf, el encuentro de cómic independiente y de autor, que empieza este viernes por la tarde en La Fàbrica de Creació Fabra i Coats, donde se proyectará el documental Solo para supervivientes, sobre la canalla y contracultural El Víbora El Víboray en el que la editorial tendrá uno de los más de 80 estands.

Volumen de aniversario

Desde abril y hasta fin de existencias, La Cúpula regala al comprar un cómic de su catálogo un libro conmemorativo con portada de Max, uno de sus más fieles dibujantes, con una historieta de Aroha y textos como el primer editorial de El Víboradonde avisaban: nuestro cómic «atenta contra el muermo y las pirañas, el apalanque de los supervivientes de esta aburrida, autoritaria y, lo que es peor, descangallada y estúpida sociedad». Y la estrella: una selección de originales de portadas de la revista y la editorial, sin logos, de sus autores fetiche. Entre ellos, los iconos del underground Robert Crumb y Gilbert Shelton, otros cracks extranjeros como Daniel ClowesCharles Burns, Peter Bagge y Ralf König, y la potente apuesta por la cantera local, la de los inicios -hoy, todos autores consagrados-, a las nuevas generaciones. Ahí están Max y su Bardín el superrealista (primer premio nacional de cómic, 2007), Nazario (autor de la portada del primer número), Miguel Gallardo, Martí, Das Pastoras, Bartolomé Seguí, Jaime Martín, Man, Paco Roca, Mauro Entrialgo... hasta el último éxito, Ana Oncina, con Croqueta y Empanadilla, que desde que salió, hace un año, ya lleva ocho ediciones y cuyo nuevo título llega ya a librerías.

Pero volviendo al principio, cuando el editor Josep Toutain financió el proyecto de El Víbora de Berenguer El Víboraen 1979. «Él había vivido fuera, hablaba muchos idiomas y conocía bien el cómic americano, pero no el de aquí y fue a preguntar sobre dibujantes a la librería Makoki, que llevaba Felipe Borrallo, y a la Zap 275, donde yo ayudaba al dueño, Jaume Fargas», evoca Bernárdez. Hubo reuniones míticas en La Floresta, donde vivía Berenguer, éramos «una piña que pasaba días juntos haciendo la revista y luego salía de fiesta».

PIONEROS

Fue una revista pionera en muchos aspectos, como en publicar manga, con Yoshihiro Tatsumi, y en hablar de cómic para adultos. «Pero sobre todo en cosas que hoy son normales pero entonces lo eran solo para nosotros, como la homosexualidad. Ya apostamos por Nazario y su Anarcoma, luego con König y Sebas Martín. Respetamos todas las opciones sexuales. Y ayudamos a que se hablara abiertamente de sexo, con la revista erótica Kiss comix. Yo vigilaba los quioscos de las Ramblas y la compraban parejas jóvenes...».

Los últimos seis años de crisis, admite el editor de La Cúpula, han sido duros y, aunque notan una mejora, las ventas no son como antes: «Libros que entonces vendían 4.000 ejemplares hoy venden 1.200». Hoy apuestan por publicar menos títulos pero con la premisa que les caracteriza, «cómics muy bien hechos, que priman el libro objeto, jamás pensados para que ser comerciales, aunque te quedes un mes sin cobrar».

TEMAS