ENTREVISTA CON LA ACTRIZ

Angelina Jolie: «Aún no me explico qué pasó en los Balcanes»

Debuta tras la cámara con la película 'En la tierra de sangre y miel'

Jolie, en el rodaje de su ópera prima, ambientada en la guerra balcánica.

Jolie, en el rodaje de su ópera prima, ambientada en la guerra balcánica.

NANDO SALVÀ
MADRID

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Su debut como directora es una prolongación del trabajo de Angelina Jolie como Embajadora de Buena Voluntad para Naciones Unidas. Ambientada en plena guerra de los Balcanes, En la tierra de sangre y mieles la historia de amor trágico entre un oficial serbio y su prisionera musulmana.

-¿Qué necesidad tiene Angelina Jolie de ponerse tras la cámara?

-Nunca tuve intención de dirigir. Al haber estado presente en zonas de guerra a lo largo de los últimos 10 años, decidí empezar a escribir como ejercicio privado, para sacarme de dentro algunas frustraciones con la comunidad internacional. He visto mucho dolor y sufrimiento, y creo que entre todos lo podríamos haber prevenido. La idea era que nadie leyera mis notas, pero a medida que me iba sumergiendo en ellas me sentí cada vez más conmovida, y decidí que esta historia debía ser contada.

-¿Por qué se centró en concreto en la guerra de los Balcanes?

-Porque durante mucho tiempo me sentí culpable por no saber nada de ella, y porque aún no me explico qué fue lo que pasó allí. ¿Cómo es posible que, a tan solo 40 minutos de Italia, vecinos que desde siempre habían vivido en armonía empezaran a violarse y matarse entre sí? Y pasó hace solo 20 años. Pertenece a nuestra generación, no son historias que nos contaran nuestros abuelos. Además, el territorio sigue sometido a los mismos interrogantes, la misma inestabilidad, las mismas secuelas, la misma corrupción. Siguen necesitando asistencia. Empecé preguntándome: «¿Y si nos sucediera a mí y a mi familia?».

-¿Tuvo dudas?

-Muchas. Una semana antes de empezar a rodar sufrí una crisis nerviosa. Brad [Pitt] me encontró llorando en la ducha. Pensaba que quién era yo para hablar de ese tema. Sentí sobre mis espaldas el peso de todo el pueblo a quien quería representar, y no sabía si iba a poder ser justa con todo el mundo. La gente del rodaje conocía mejor esta historia que yo. Ellos la vivieron de primera mano, sufrieron físicamente los efectos de la guerra. Yo no podía decirle a mi actriz cómo cruzar el fuego de los francotiradores porque ella me lo podía enseñar a mí.

-No debió de ser, por lo tanto, un rodaje agradable.

-No. Hubo algunos momentos en los que la gente del equipo se apartaba un momento a llorar porque las escenas eran demasiado realistas, u otros en los que nos sentábamos y nos preguntábamos: «¿Estamos haciendo lo correcto? ¿No estaremos cruzando la línea?». El primer día rodamos una escena en la que un serbio viola a una bosnia ante la mirada de otras prisioneras. Muchas de mis actrices eran mujeres bosnias cuyas madres, o gente cercana a ellas, pasaron por eso mismo. Había mucha tensión. Los hombres no querían rodar la escena. Tuve que convencerles de que hacerlo era la única manera de mostrar lo que había pasado. Rodamos una sola toma, y al acabar hubo abrazos y disculpas y mucha emoción. Desde entonces, todos los miembros del equipo cuidaron mucho los unos de los otros.

-¿Era necesario incluir en la película tantas escenas de una brutalidad muy explícita?

-Quise contar una historia que hablara de cómo tu propia humanidad se derrumba cuanto más tiempo vives en medio de una guerra y ves a la gente ser violada y asesinada. Quise abofetear al público, que pensara: «Que esto pare, por favor». La primera versión del filme duraba cuatro horas y media, y era mucho más brutal. Eliminamos las escenas más duras porque mucha gente no podía soportarlas. Pero creo que si ves una película sobre la guerra, deberías sentirte revuelto por dentro.

-La Asociación de Mujeres Bosnias Víctimas de la Guerra se ha quejado porque, asegura, la película habla «de una mujer musulmana que se enamora de un violador serbio».

-Siento un gran afecto por esas personas que son tan sensibles al tema, pero esa acusación es falsa porque asume que la película habla de una mujer que se enamora de su violador, y no es así. Me duele que, a pesar de que el principal motivo por el que quise contar esta historia fue precisamente la violencia que se infligió sobre las mujeres en esa guerra, se me acuse de tratar el tema de forma morbosa.

-Por otro lado, hay quienes creen que una estrella de Hollywood no está legitimada para dirigir una película como esta. ¿Qué opina?

-Sé que mucha gente la juzgará de forma negativa porque la he dirigido yo. Pero esta película, que no tiene ningún rostro conocido y está rodada en bosnio, serbio y croata, no habría podido ver la luz de no ser porque yo soy famosa. De otra forma, nadie en Hollywood la habría financiado. Ser una estrella me ha dado la oportunidad de tener una carrera, de pasarlo muy bien y de vivir experiencias increíbles. Estoy muy agradecida, por supuesto. Pero desde hace un tiempo mi corazón está más volcado en asuntos de política internacional, y siento que usar mi fama para formar parte de un diálogo e incluso para participar en la busca de soluciones es una evolución muy importante.

-¿Qué opina de lo que está pasando en Siria?

-Me sentí muy decepcionada por la decisión de China y Rusia de vetar una resolución de Naciones Unidas porque está claro que algo debe hacerse urgentemente en Siria. Es inaceptable que un país pueda vetar una intervención de carácter humanitario en una situación tan grave simplemente porque tiene intereses creados. En esos casos, el Consejo de Seguridad debería prohibir el derecho a veto.

-Señora Jolie, ¿está satisfecha de su trabajo como directora?

-Ha sido una experiencia increíble. Me encantó orientar la cámara hacia otras personas; hacer que otros actores brillen es maravilloso. Cuando eres joven necesitas tiempo para entender el mundo y a ti misma. Pero con el paso de los años llegas a saber muy bien quién eres y de qué modo quieres expresarte. A lo largo de mi vida he estado usando las palabras de otras personas, y tener ahora la capacidad de hacer algo que encarna mi punto de vista, lo que yo quiero decir, es muy reconfortante. Pero solo estoy empezando, y no sé qué vendrá después. Como decía, aún estoy en la fase de llorar en la ducha.