CRÓNICA DE CONCIERTO
Angel Olsen, en su antigua intimidad
La celebrada cantante-compositora brilló sola con su guitarra eléctrica en Barts, en el marco del Guitar BCN
Juan Manuel Freire
Periodista
Periodista y crítico cultural.
Juan Manuel Freire
Con los discos 'Burn your fire for no witness' y 'MY WOMAN', los primeros que grababa con banda rock y los de más fiereza expresiva, la cantautora folk Angel Olsen obtuvo un grado de atención que no había obtenido en unos inicios más despojados, íntimos y solitarios. Según contaba en este mismo diario, tocar con banda le hace difícil recuperar los viejos temas, porque no quiere reconfigurarlos, hacerlos aptos para un grupo.
Mientras piensa en cómo dar continuación a su discografía, ha querido salir de gira a solas, en un intento de explicar a su nuevo público de dónde viene. El miércoles, se presentó en Barts como nunca se la había visto en sala en Barcelona: sola con su guitarra eléctrica, bastándose y sobrándose, por cierto, para embrujar.
La sesión de hipnosis arrancó con 'Sans', canción incluida en el reciente recopilatorio de rarezas 'Phases'. Su voz dúctil adoptó aquí una forma aniñada y frágil para cantar sobre cómo el viaje, o, en particular, una gira puede afectar al entendimiento de la realidad: "El tiempo se mueve de forma tan extraña cuando te mueves todo el tiempo".
Poco después de empezar su actuación, la artista de Missouri ya adelantó que su plan era tocar canciones antiguas y otras por acabar, lo que no evitó que una y otra vez se le pidiera su reciente éxito 'Shut up kiss me' desde las butacas. Hubo un momento en que canturreó el estribillo a toda prisa y añadió: "Ya lo hemos arreglado".
Ella lo que quería era tocar 'oldies' como 'Some things cosmic' y explorar nuevas partituras como la aparentemente titulada 'Too easy'. Desde el principio, todo sonó escalofriante, pero ella no estaba contenta. Sus amplis hacían ruido "de océano", comentó. Por algún motivo, le estaba costando dar lo mejor, aunque no lo pareciera. 'You are song', del disco del 2012 'Half way home', sonó prístina, como otra joya del mismo álbum llamada 'Lonely universe', con delicado reverb en voz y guitarra.
Hacia la mitad del concierto, quizá gracias a algunos tragos de vino, Olsen parecía más cómoda. Tocó peticiones del público, como 'California' y 'Acrobat'. Nos contó que quería ir a la playa, comer pinchos y hablar de chicos con amigas. Nos invitó a seguir a su gata Violet por Instagram: es violetttcat, por si les interesa. Y se lució en un doble nocaut final, 'Windows' más 'White fire', extraído de 'Burn your fire for no witness', el disco del 2014 que nos descubrió a la Olsen capaz del impacto rock.
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