COLECCIÓN DE LOS 70

Anagrama recupera sus cuadernos como arma de diseminación de ideas

La filósofa Marina Garcés, es una de los cuatro autores, con los que arranca la nueva colección

La filósofa Marina Garcés, en la presentación de los Nuevos Cuadernos Anagrama

La filósofa Marina Garcés, en la presentación de los Nuevos Cuadernos Anagrama / periodico

Elena Hevia

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En los años 70, junto al pantalón de pata de elefante el complemento perfecto del progre que se preciara era uno de los libritos de Cuadernos Anagrama. Frivolidades aparte, la colección que duró 12 años desde 1970 a 1982, acompañó a los lectores en la compleja travesía hacia la democracia. Formato bolsillo (de verdad), portada austera, información precisa y seleccionada, un verdadero arsenal de microtextos para conseguir una cabeza bien amueblada. Se priorizaban las ciencias sociales y políticas, con textos nunca antes publicados de Marx, Trotsky, Rosa Luxemburgo, el Che Guevara y los situacionistas, unidos a temas como la contracultura, las drogas o la antipsiquiatría. Jorge Herralde y los respectivos directores de las colecciones 'vaciaban' las revistas internacionales que todavía no llegaban a España y proporcionaban madera para el debate.

Luego los tiempos se pusieron '‘estupendos' y 35 años después, cuando nos hemos dado cuenta de que no lo eran tanto, la editorial rescata aquel viejo proyecto puesto al día, con los Nuevos Cuadernos Anagrama, porque estos vuelven a ser momentos en los que necesitamos replantearnos el mundo. Los cinco primeros títulos de vocación transversal convocan a Rafael Chirbes, Emmanuelle Carrère, Claudio Magris y las dos versiones en catalán y castellano de 'Nueva ilustración radical', el texto de la pensadora Marina Garcés a favor de la emancipación crítica frente a una sociedad antiilustrada que provoca la credulidad ciudadana respecto a lo que más nos conviene, lo que los medios están llamando desde hace un tiempo postverdad. A este texto se unirá otro en noviembre, 'La conjura de los irresponsables', en el que Jordi Amat analizará la crisis institucional en la que se encuentran España y Catalunya.

No hay soluciones rápidas

Para Garcés, última pregonera de la Mercè, este pequeño ensayo, punto de llegada de trabajos anteriores que también se abre a libros futuros, encierra también una intención humorística: "Hay una grandilocuencia paródica en el acto de ponerle un título tan contundente a un libro tan pequeño, pero en fin lo veo como un material de combate y de diseminación de ideas". Las ideas se refieren a la búsqueda de la emancipación, "que no la libertad",  frente a los dogmatismos. "Creo que hay que ser antidogmático frente la idea apocalíptica que se ha instalado de que este mundo se acaba". Ese pensamiento , propone, nos enfrenta a uno de los principales peligros de nuestra sociedad, la saturación informativa: “"Hoy sabemos muchas cosas, tenemos un mayor acceso al conocimiento pero tenemos muy poco margen de actuación".

Poco imaginaba Garcés que su librito, que no solo plantea esas cuestiones, sino que también se atreve a establecer hipótesis concretas a modo de camino a seguir, iba a aparecer en las librerías en un momento político de tanta tensión como el actual. Como buena filósofa relativiza el problema para plantear marcos temporales más amplios: "El verano pasado estábamos en el debate de las fronteras de Europa y el drama de los refugiados, que todavía sigue pero informativamente está en otro plano. Vivimos en oleadas distintas crisis de civilización. En este caso se discute la forma en la que se ha construido el Estado español y si nos sirve o no. Creo que deberíamos contemplarlo no como problemas particulares sino en su conjunto. No hacerlo así nos aboca a un simple combate de relatos o a una competividad entre soluciones mágicas e inmediatas y finalmente precarias, porque toda solución rápida tiene poco de transformación profunda".