ENTREVISTA CON EL ACTOR

Àlex Brendemühl: "Está siendo complicado poder vivir del cine"

Àlex Brendemühl, en Madrid, donde promocionó la cinta de Lluís Miñarro 'Stella cadente'.

Àlex Brendemühl, en Madrid, donde promocionó la cinta de Lluís Miñarro 'Stella cadente'.

OLGA PEREDA
MADRID

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El actor barcelonés se pone en la piel de Amadeo de Saboya en la atípica, divertida, placentera y estética Stella cadente, primera película de ficción dirigida por el productor Lluís Miñarro en la que se narra el breve reinado de un monarca que intentó sin éxito modernizar España.

-No tiene pinta de monárquico.

-Que yo sepa no.

-¿Y cómo se siente metiéndose en la piel de un rey?

-Muy bien. Me atrajo el personaje y su pose. El vestuario, los decorados, la ambientación. Me atrajo ese perdedor, ese rey ignorado por la historia que llegó a España en 1870 para intentar reformar y modernizar un país convulso y al borde de la guerra civil. Le encerraron en palacio y no le dejaron gobernar. Abdicó y dijo que España era un país ingobernable.

-Amadeo de Saboya quería más educación para el pueblo y separación de poderes.

-Todos esos problemas que nos conciernen ahora, como los recortes en sanidad, educación y cultura, son temas a los que él alude. Mientras, los ministros le escuchan con cara de besugo. Es una película muy actual.

-Remite a la España del siglo XXI.

-Sí, hay guiños. España está inmersa ahora también en un oscurantismo. En uno de sus discursos, Amadeo de Saboya dijo: 'He intentado hacer cosas dentro del marco de la legalidad, fuera no voy a hacerlo'. Él intenta mantenerse dentro de unos  principios, pero las reglas son otras: todo vale y cada uno mira por lo suyo.

-El mensaje es pesimista. El poder te corrompe o te debilita.

-No creo que sea pesimista. El rey fue una marioneta. No luchó hasta el final, le dicen que no puede y se desmorona. Pero es un personaje romántico, con cierta nobleza. Más bien, creo que el guion tiene un mensaje positivo. Alguien que se niega a tragar con determinadas cosas es una persona noble y valiente. Mantenerse fiel a unas ideas antes que pervertirse no es propio de la política.

-Vemos un primer plano de unos genitales masculinos, algo que en el cine no se estila.

-Ya, parece que sigue siendo un escándalo mostrar el sexo masculino. El erotismo de la película nace de una cierta afición de Amadeo de Saboya, que era un gran voyeur.

SEnDStella cadente ha sufrido problemas de financiación. Usted está acostumbrado a trabajar en los márgenes de la industria.

-Te encuentras haciendo equilibrismo. Los proyectos más interesantes son, muchas veces, los de menor presupuesto. Se está rodando mucho, pero con presupuestos ínfimos. Está siendo complicado poder vivir de esto.

-Pero a usted no le faltan papeles.

-Trabajo fuera, en Francia, Alemania, América Latina… Pero tengo ganas de trabajar aquí. Aquí hay talento. Sigo recibiendo guiones, pero hay que ser pragmático y el sentido común te hace optar por un proyecto antes que por otros. Eso sí, no he tenido que prostituirme y aceptar papeles que no me interesaban.

-Ha dirigido dos cortos, uno de los cuales estuvo en Cannes. ¿Para cuándo el salto al largo?

-Lo tengo escrito y a ver si los astros se ponen a favor de que lo ruede. Pero, por ahora, estoy demasiado inmerso en mi trabajo como actor. Levantar un proyecto exige dedicación. Lo que tengo es otro corto para rodar, y trataré de hacerlo cuanto antes.