La muerte de un trotamundos de la fotografía

Se acabó la diversión

Enrique Meneses, el primer fotoperiodista de la Revolución cubana, fallece de un cáncer de pulmón

Enrique Meneses, en una conferencia en Albarracín (Teruel).

Enrique Meneses, en una conferencia en Albarracín (Teruel).

IOSU DE LA TORRE / Barcelona

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En el 2006,Enrique Menesespublicó su biografía 'Hasta aquí hemos llegado'. Con 77 «primaveras» cumplidas, debió acertar con el título del libro tras apurar un trago de whisky, por qué no, pero la melancolía le llevó a descartar que pasarían siete años más hasta acariciar el final de meta ayer, primer lunes del año 13.

El nombre de Meneses ingresa en la galería de los grandísimos fotoperiodistas del siglo XX. Un madrileño que, en 1957, capturó las primeras imágenes que el mundo contempló deFidel Castro,Camilo CienfuegosyErnesto Che Guevaraen Sierra Maestra. En laCubarevolucionaria pudo escuchar Meneses el ritmo aquel de 'Se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar'. Luego lo expulsaron de la isla por incómodo. La diversión del oficio de periodista no se detuvo. Hasta la madrugada pasada, pocas horas después de atender una llamada telefónica de Sandra Balsells. «Se mostró optimista y entero, se sentía bien de ánimos pese a la gravedad», explicó la fotógrafa a este diario.

La extenuante lucha contra un cáncer de pulmón apagó la vida de un hombre que se definía como «fotoperiodista, escritor, reportero, editor» y, sobre todo, «aventurero». El documental 'Cien miradas de Enrique Meneses' (de Kike Álvarez y Juan Herreros), relata con la palabra aguardentosa del autor, una experiencia vital que debería conservarse, para predicarla, en las escuelas de periodismo. Si las hubiera en realidad. Solitario de generación y oficio, Meneses era hijo de un periodista que no quería que siguiera su senda y que, sin embargo, guardaba los recortes de las crónicas que publicó en 1925 en el 'Herald Tribune'. El padre, además, se había pulido la fortuna familiar de los plateros Meneses. Enrique desoyó los consejos y se embarcó en 1954, rumbo aEl Cairo.

Con sus cámaras fotográficas Olympus y Leica descendió el Nilo y viajó hastaCiudad del Cabo(Sudáfrica). Publicaba sus reportajes antropológicos en las revistas 'Paris Match', la italiana 'Le Ore', la'Actualidad española', hasta que la francesa le envió a Cuba en busca de los revolucionarios que querían desalojar al dictador Batista. Contaba en el documental cómo, derregando tras varios días de búsqueda, tropezó con la guerrilla. «¿Tú eres Enrique Meneses?», le preguntó un barbudo con gafas de intelectual. «Sí», respondió. «Me llamo Fidel Castro». Luego compartieron habanos. 'Paris Match'presentó el primer reportaje de Meneses como el encuentro con una especie de Robin de los Bosques, guerrillero y profeta. 'La Ore' optó por titular 'Anticristo en La Habana'

EL VIEJO MÁS JOVEN

El viejo Meneses sorprendía por las ganas de seguir en todos los oficios como el más joven. Su blog (www.enriquemeneses.com) sigue abierto: es un homenaje a las nuevas tecnologías que tan bien le sirvieron en los achaques más complicados. Ayer, los veteranos de las redacciones intentaban explicar la figura del que se ha ido. Gervasio Sánchez conmovió aJordi Évole. Hubo alumnos de universidad que recordaron algunos seminarios donde Meneses contaba experiencias y acababa entre aplausos. En el blog figura la ventana 'El decálogo del aventurero'. Subrayo el punto noveno: «Escucha a los indígenas y a los mayores. Sus enseñanzas te serán valiosas en el futuro. No los desprecies. Son la experiencia de nuestra estirpe, nuestra memoria genética». Mensaje vital, ecologista, con plumaje de jefe indio, para no olvidarlo.

Cuando hablaba de aventureros no olvidaba a sus compañeros De la Quadra Salcedo, González Guevara, Manero, Carcedo y Pérez Pellón, mucho antes de 'Informe Semanal', y a Jesús Torbado, otro gran viajero que llegó a premio Planeta. Como editor tomó el testigo de su padre en Cosmópolis, la revista que compartía domicilio y redacción donde nació Enrique Meneses, como luego su hija.

AMIGO DE JUAN CARLOS

Cuando salió de Cuba, el fotoperiodista desembarcó en el Estoril del exilio de Juan de Borbón. Congenió mucho, según su propio relato, con Juan Carlos. El hoy Rey le invitó a unas cervezas en la madrileña Puerta de Hierro y le paseó en coche desde donde, digno heredero de la campechanía borbónica, piropeó a una conductora que ni se inmutó. De Meneses son imágenes del noviazgo con Sofía de Grecia, donde el pretendiente fuma relajado, y las de la boda en Atenas.

Y de allí a EEUU, donde congenió con Luther King, los Kennedy, Bob Dylan, Joan Báez, Pete Seeger, Marlon Brandon, Paul Newman o Charlton Heston. Coincidió con las estrellas deHollywooden la marcha por la libertad a Washington, famosa por el sueño descrito por Luther King ante 200.000 personas. 1962, año en que Meneses retrató a la primera mujer negra que accedía a una universidad, Tuscaloose (Alabama) o a un joven Cassius Clay profeta en Nueva York.

¿Sabían que la última vez que La Gioconda salió del Museo del Louvre se expuso en EEUU? Allí estaba Meneses. De los funerales de John F. Kennedy, en noviembre del 63, conservaba la acreditación de prensa para acceder al cementerio de Arlington, como las de tantísimos otros escenarios donde esgrimió sus inseparables cámaras.