Llorar neuronas

Y una lágrima cayó. Y dos. Y tres. Luego las recogió y las puso en su mano izquierda que tenía en forma de cuenco. Un pequeño charco de tristeza contenido en una mano. Se preguntó por la temperatura a la que estaba esa agua que le salía del ojo. Pero ahora ya era tarde. El calor corporal de su mano había calentado esas lágrimas. ¿Una tristeza cálida? No. La temperatura era insignificante. Su tristeza era seca, áspera y tosca. Su tristeza era magna. Tan grande que se le derramó de la mano. Y otra lágrima cayó. Y cuatro. Y cinco. Hasta que se confundieron con la lluvia.

Neurocápsula

¿Qué tienen en común esa película azucarada sin final feliz, la cebolla de la tortilla de patatas y nuestro/a ex? Que los tres nos han provocado el mismo comportamiento: nos han hecho llorar. El llanto puede parecer una extraña respuesta física frente a un disturbio emocional. ¿Por qué aparecen lágrimas cuando nos sentimos verdaderamente tristes? ¿Existe alguna ventaja biológica o sólo sirve para estropear el maquillaje a las chicas? El acto de llorar no sólo ocurre, ni debe ser únicamente interpretado en términos emocionales.

Tres tipos de lágrimas

En realidad hay tres tipos de lágrimas. En primer lugar encontramos las lágrimas basales, que lubrican nuestros ojos constantemente evitando que se sequen. Luego, existen las lágrimas reflejo que actúan en respuesta a factores irritantes como la cebolla o el polvo. Éstas inician una reacción en cadena liberando hormonas en el cerebro que a su vez desencadenan una respuesta en las glándulas de los párpados ayudando a deshacerse del agente irritante. Pero todavía nos queda por comentar las lágrimas de tristeza. ¿Qué sentido tienen? Las lágrimas emocionales son capaces de actuar como una señal hacia nuestro entorno acerca de nuestra tristeza o angustia de forma genuina. Las lágrimas desenfocan la visión, disminuyendo esencialmente cualquier acción agresiva o defensiva y eso es interpretado por los que están a nuestro alrededor como una señal de necesidad de calma y/o apego. Desde una perspectiva evolutiva, esto aumenta la comunicación entre individuos, ya que se trata de un lenguaje universal y en última instancia, aumenta la probabilidad de supervivencia.

Experimentos

De hecho, existen algunos experimentos al respecto. Se han tomado fotos de gente llorando y se han hecho copias eliminando las lágrimas digitalmente. Como era de pensar, las personas calificaron las fotos con lágrimas como más tristes mientras que aquellas sin lágrimas se confundieron a menudo con confusión, temor o otras expresiones. Pero, ¿qué pasa con las lágrimas de alegría? Pues en realidad no son tan diferentes después de todo. Las lágrimas de felicidad también se pueden utilizar como señales sociales de cómo nos sentimos y se cree que fortalecen los vínculos entre las personas. Es imprescindible destacar que ambas emociones muestran actividad en regiones similares del cerebro, como el hipotálamo y los ganglios basales, los cuales están conectados a las glándulas lagrimales. Me pone la carne de gallina el pensar que una aparentemente insignificante lágrima pueda contener tanta información y que sea tan fácil de interpretar. Información que se vuelve muy poco opaca y que destila características sobre nosotros, nuestro estado y nuestros pensamientos. Un lenguaje universal en términos evolutivos tan simbólicamente sencillo y a la vez tan socialmente complejo. ¡Llorad y que el mundo sepa como os sentís!