SENTIDO HOMENAJE A CHAVELA VARGAS

Martirio y Raúl Rodríguez, espíritus indomables

La cantante y su hijo presentan 'De un mundo raro' en Luz de Gas

NÚRIA MARTORELL / Barcelona

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Sin desprenderse de sus originales peinetas ni de esas gafas negras que ocultan sus expresivos ojos verdes, Martirio reivindica a la añorada Chavela Vargas en su nuevo disco. Y lo hace arropada solo por su hijo, Raúl Rodríguez. Juntos, y más unidos que nunca, le brindan un exquisito homenaje en 'De un mundo raro'. Un álbum sin más artificios que el talento de ambos, acompasadamente flamenco, y grabado tan solo a guitarra y voz. Mañana lo presentarán en Luz de Gasinvitados por el Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona.

La gira partió en su Huelva natal. El 8 de noviembre, en el Gran Teatro. "El lugar donde conocí a su padre [Raúl es su único hijo]; donde vi la primera película que me impactó... Un lugar muy ligado a mis  primeros años, y con tantas connotaciones que me parecía importante que se iniciara ahí", aclara Martirio.

EXPERIENCIA TELÚRICA

La artista empezó dándole un buen meneo a la copla con letras como 'Estoy mala' (esa ama de casa abrumada por la vida) y «arreglá pero informal». Siguió sumando adeptos con los tanguillos con swing reventón de 'Sevillana de los bloques'. Y siempre ha sido un espíritu indomable. De ahí que sea la mejor candidata para glosar el legado de la lenguaraz cantante del poncho rojo. Sin olvidar que también fue la última (junto a Raúl) que actuó con Chavela Vargas. Primero en México y luego en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde Vargas se instalaba durante sus estancias en España y de donde partió, sabiendo que iba a morir (falleció el 5 de agosto del 2012 en Cuernavaca).

Martirio admite que está viviendo este tributo a su amiga "con la sensibilidad muy a flor de piel". Y explica que esto era lo que sentía cada vez que la escuchaba cantar. "Era como asistir a una ceremonia mágica, sagrada, inaudita. Al renacer de un alma sabia".

En 'De un mundo raro' no están quizás los temas más archiconocidos de La Chamana. No está 'Macorina', por ejemplo. Y todo el tracklist (diez piezas en total) está duendeado con suma delicadeza y tino. 'Luz de luna''Luz de luna' es una luminosa soleá por bulería. 'Quisiera amarte menos' late a ritmo de bulería. La nostalgia de 'Las simples cosas' duele todavía más reconvertida en una zambra. Y quizás la más lograda es 'Sombras', una elaborada soleá (es la que mejor responde a la conversión flamenca). "Cualquier cantaor puede cantar un cachito".

Además, la aborda con giros a lo Chavela. "Ella suspendía la voz, la dejaba y cuando volvía a entrar, los músicos la seguían", recuerda la cantante. "En el flamenco se hace en los palos libres, pero no en los rítmicos. Son también recursos de las canciones mexicanas", ilustra su hijo. "Cuando la grabamos, fluyó así, de forma mágica". La presencia de Chavela en este tributo va más allá de toda lógica. "Sentíamos que estaba pasando algo telúrico", se estremece Martirio.