Elefantes recupera la senda

NÚRIA MARTORELL / Barcelona

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"Creí que no estaba solo pero al poco rato vi que sí. Un rinoceronte llamaba a mi puerta, por supuesto no le abrí", canta Shuarma en 'El rinoceronte', la corta y desconcertante canción que bautiza el disco de regreso de Elefantes. Tras ocho años en solitario, tras la disolución de su grupo, el carismático cantante y compositor ha reunido a la manada para marcarse un álbum en el que el sonido de la banda suena incluso mejorado. Actuará este viernes y sábado en la sala Luz de Gas.

Se trata de un regreso, explica,  surgido "de la forma más natural, igual que lo fue la ruptura en el 2006, cuando el grupo estaba en su mejor momento". La estampida la propició algo tan fundamental como el "haber perdido la esencia". "No había mala relación --aclara--, pero no vibrábamos en la misma frecuencia". El cuarteto podía haber optado por seguir sacando discos, "aunque no estuvieran a la altura". Pero prefirió pulsar este largo "pause" para comprobar luego que "todo lo que les distanciaba se había difuminado".

La vuelta de Elefantes traía consigo un requisito: tener material nuevo. Shuarma, que estaba ultimando un nuevo álbum sin la banda, se decía a sí mismo: "Estas piezas tenían que ser para el grupo". Y el destino le dio la razón. Sus composiciones, relata, crecieron al compartirlas. "En todo este proceso, muchas cosas se removieron entre nosotros. Y surgieron aún más nuevas canciones y emociones".

El bajista Julio Cascán explica que el primer ensayo lo hicieron en septiembre y en noviembre ya estaban grabando en el estudio Blind Records, con Santos y Fluren en la producción. "Les conocemos desde hace mucho; hemos crecido al mismo tiempo". Además, con ellos y en este local Shuarma grabó su último álbum, 'Grietas'.

El mejor álbum

Los cuatro opinan que 'El rinoceronte' es el mejor trabajo de la banda. "Cuesta plasmar la energía de los directos. Es fácil irse por derroteros que lo dinamitan todo y no te dejan mostrar como eres. Pero por primera vez lo hemos conseguido. Éste sí que es un disco de Elefantes", se congratula el cantante. No tan lejos se ven ahora compactos de la talla de 'Azul' y canciones tan redondas como 'Que yo no lo sabía'.

Para el batería Jordi Ramiro, nada de esto hubiera sido posible sin  "un estado de confianza en el talento propio y en el del otro". Y fue en este clima que cogieron forma piezas rockeras como 'No me busques', letras ingrávidas y románticas como 'Aún más alto', y otras pobladas casi solo por verbos como 'Equilibrios': "Esconder, miedo a vivir.../ Seguir, ir hacia adelante". Un tema que rescata, dice, "el punto surrealista" de los inicios de Elefantes.

El bajista recuerda que el grupo se desmembró cuando "todo funcionaba: la venta de discos, las radiofórmulas...". Shuarma sostiene que "fue una decisión dolorosa pero acertada", que les ha permitido resurgir con fuerza.

Elefantes camina de nuevo, transmutado en un rinoceronte: "Animal que simboliza la protección".