Alemania, la gran frustración de Francia

El poder de la vieja Europa se concentra hoy en Maracaná. Francia tiene una eterna cuenta pendiente que saldar con Alemania. Por más que la estadística diga que ha ganado más veces de las que ha perdido, cuando hubo algo serio en juego (dos semifinales) venció la mayor fiabilidad germana. El tercer encuentro oficial rescata el fantasma de Sevilla del Mundial-82, ejemplo crónico de partido apoteósico y accidentado (empataron 1-1, acabaron 3-3 en la prórroga, ganó Alemania por penaltis y el portero Schumacher dejó conmocionado al francés Battiston en una violenta salida no sancionada), y en 1986, Alemania volvió a imponerse otra vez para alcanzar la final.

«Estamos viviendo el momento actual e intentaremos escribir nuestra propia historia», dijo Hugo Lloris, el portero, sin sentir ningún peso histórico por los precedentes. Ni presión alguna. «Sabemos que puede ser el último partido, pero no tenemos miedo, sino una gran emoción por estar aquí. Daremos lo máximo para no arrepentirnos, por nuestros aficionados, familia, amigos...», añadió el meta francés, uno de los cuatro menos goleado del torneo. Solo ha encajado dos, ambos ante la selección de Suiza (5-2).

MAYOR URGENCIA / El duelo salvaguardará el honor del que caiga eliminado por el buen nombre del rival. Sobre todo, el de Didier Deschamps, el seleccionador francés, contratado para enderezar el maltrecho prestigio de los bleus por el show que montaron en Sudáfrica. La principal misión del técnico es forjar un equipo con garantías de triunfo en el 2016: Francia organizará la Eurocopa.

Algo más de urgencia tiene Alemania, que lleva 10 años y cuatro torneos consecutivos jugando la semifinal como mínimo (y la final de la Eurocopa del 2008, perdida ante España), pero que no levanta una copa (mundial) desde 1990 y europea desde 1996. La estancia de Joachim Löw empieza a generar algún interrogante y tal vez podría cansarse él ante tantas frustraciones.

KROOS PIDE PACIENCIA / «No entiendo las críticas a Lahm y a Özil», se lamento el técnico. A Lahm se le censura por su labor de mediocentro, criticada cuando se trata de la selección; a Özil, su falta de constancia. «Ninguna discusión me va a influir», zanjó Löw. El técnico deberá elegir entre Lahm y Boateng en el lateral tras la lesión de Mustafi. El puesto del capitán en la franja central lo ocuparía Khedira. Toni Kroos es uno de los fijos. Si irá al Madrid, ya se verá. «No hay una decisión ni la va a haber hasta después del Mundial», afirmó el centrocampista.