MUNDIAL DE MOTOCICLISMO

Lorenzo: "No es casualidad, ya tenemos dos títulos mundiales más"

El nuevo campeón del mundo de MotoGP lamenta la caída de Pedrosa y asegura que se encuentra en el momento más "dulce" de su carrera

Jorge Lorenzo, victorioso en Australia.

Jorge Lorenzo, victorioso en Australia. / TBW/ar

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / Barcelona

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A los 25 años, ya tiene lo que no tiene ningún otro piloto español de la historia: dos títulos mundiales de la categoría 'reina'. Y eso que, en los tiempos en que los que se coronaban campeones eran Ángel Nieto, Ricardo Tormo o Jorge Martínez 'Aspar', nadie pensaba que el motociclismo español acabaría pariendo un piloto capaz de codearse con los mejores del mundo en la cilindrada más difícil de todas. "Ya tenemos dos. Yo ya tengo dos. Y España ya tiene dos títulos más, el de Marc (Márquez) y el mío. Y no es casualidad, no". Con esta frase, un eufórico Jorge Lorenzo celebraba, no solo la conquista de su nuevo cetro, el tercero, sino la brillantez con la que la 'armada española' ha redondeado otra grandiosa temporada al frente de casi todas las clasificaciones y, por supuesto, de todos los grandes premios disputados.

Lorenzo, un piloto autodidacta, que ha trabajado muy duro, mucho, tanto fuera como dentro de la pista, que ha tenido que superar problemas familiares, líos con sus representantes y dudas en muchos de sus adversarios, ha vuelto a demostrar que tiene la cabeza bien amueblada y que la estrategia que había elegido para alcanzar su tercera corona, la segunda en MotoGP, era la adecuada. Al final ("y me sabe muy mal") quien ha perdido el control de su moto ha sido Dani Pedrosa, quien más seguro parecía de lo que hacía. "La verdad es que cuando he visto que se caía delante mio no me lo podía creer", explicó Lorenzo al bajar del podio. "Dani (Pedrosa) estaba arriesgando mucho, bueno, no le quedaba más remedio, pues Casey (Stoner) estaba empezando a escaparse y ha cometido un error en esa curva".

El campeón mallorquín, al que ya se puede llamar tetracampeón (dos de 250cc en el 2006 y 2007 con Aprilia y otros dos de MotoGO, en el 2010 y 2012, con Yamaha), ha realizado una temporada impecable, perfecta.Sí, perfecta, porque el único cero que ha cosechado, el de Holanda (Assen), fue culpa de Álvaro Bautista, que lo tiró al suelo apenas iniciado el gran premio. El resto, no solo ha sido habitar el podio en los restantes 15 grandes premios, no, sino que ha sido acabar primero o segundo siempre, pues ha ganado seis carreras (Catar, Francia, Catalunya, Gran Bretaña, Italia y San Marino) y terminado en segunda posición en las otras diez (Sachsenring, Laguna Seca, Indianápolis, Brno, Aragón-Motorland, Motegi, Sepang y Phillip Island). Es evidente que alguien con estos números solo podía ser campeón.

Lorenzo, que el año que viene seguirá en Yamaha y contará como nuevo (o viejo) compañero de equipo con el campeonísimo italiano Valentino Rossi, quiso agradecer muy especialmente a todos los miembros de su equipo la ayuda recibida y en cuanto recibió el botellón de cava, descendió del podio y se dedicó a duchar a todos y cada uno de los miembros de su escuderia con el espumoso de la victoria. "En la pista, este es un deporte muy individual, sí, muy personal, pues cuando se apaga el semáforo tú estas solo contra los demás, pero es evidente que estos triunfos, estos títulos, no se pueden conseguir sin el trabajo de un equipo y, además, de un buen equipo, de lo contrario es imposible conquistar la corona mundial. Y esta gente se ha partido la cara por mí todo el año". "Y él, y él por nosotros, pues ha sido él quien nos ha hecho campeones, de nuevo, a todos", gritaba Juanito Llançà, su mecánico de confianza, el hombre que lleva tatuado en un tobillo el número 99 de Lorenzo.