GP DE AUSTRALIA DE MOTOGP
Viñales pone fin, en Australia, a la pésima racha de Yamaha
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
Emilio Pérez de Rozas
Ha tenido que ser, cómo no, el heredero y no el rey, quien rompiese, de forma magistral, de forma principesca, la mala, la pésima, la horrible racha de Yamaha en el Mundial, que sumaba 25 carreras sin ganar. Ha tenido que ser, de forma magistral, el catalán Maverick Viñales (Yamaha) quien lograse la victoria en el Gran Premio de Australia, en el precioso trazado de Phillip Island, donde el francés Johann Zarco (Yamaha) destrozó las ilusiones de Marc Márquez (Honda), con el que chocó, a casi 300 kilómetros por hora, en el final de la recta, cuando ambos estaban frenando, reduciendo marchas, y el francés, pegadito al colín de la Honda RC213V del haptacampeón del mundo, a quien embistió y por poco provoca su caída y una gravísima lesión. En esa acción, Zarco se llevó la peor parte al caerse y Márquez se vió obligado a abandonar antes de tiempo, pues el francés de Yamaha le destrozó toda la parte trasera de su moto.
El 25 acaba con la mala racha
Ha sido el 25 el que frenase la sangría, precisamente, de 25 grandes premios sin ganar de Yamaha. Y Viñales, apartado de la pelea Márquez, ha sabido adueñarse de la carrera, pese a que, en la primera vuelta, ha pasado en décima posición. En el mejor estilo del piloto de Roses, que, al llegar al ‘corralito’ se abrazó efusivamente a Ramón Forcada, su técnico, que ya no seguirá con él la próxima temporada, Viñales se ha escapado de forma muy parecida a como lo hace Jorge Lorenzo.
Viñales, que era el único de los favoritos que había montado el neumático delantero blando, todos los demás llevaban el medio (“lo mejor me lo he guardado para la carrera”, anunció el sábado), se ha escapado como ha querido, ha llegado a tener cuatro segundos con respecto al grupo perseguidor, formado por Andrea Iannone (Suzuki), Andrea Dovizioso (Ducati), un extraordinario y sorprendente Álvaro Bautista (Ducati, al final cuarto ¡prodigioso!), Àlex Rins (Suzuki) y Valentino Rossi (Yamaha). Y, luego, se ha limitado a dosificarse, a rodar deprisa, pero sin jugársela. Y, al final, ha atravesado la meta “con lágrimas en los ojos, sí, sí, he cruzado la línea llorando y acordándome de lo mal que lo hemos pasado todos en Yamaha durante ese año largo sin ganar”.
Tan largo, han pasado 490 días, un año y cuatro meses largos, desde la victoria de Rossi en Holanda-2017 y, por fin, la firma de los diapasones ha vuelto a subirse a lo más alto del podio, de la mano de un Viñales que, el pasado sábado, dijo que “si Yamaha quiere volver a pelear por el título del mundo, lo que debe hacer es diseñar, construir y evolucionar una moto para mi estilo; yo, desde luego, no pienso cambiar mi manera de pilotar para ganar”. Y, en efecto, la victoria de hoy, en el precioso Phillip Island, donde han venido 36.600 espectadores, ha sido en el más puro estilo Viñales, escapándose.
Por su parte, Márquez ha explicado que se siente “el hombre más afortunado de la tierra, pues la embestida de Zarco me podía haber lanzado por los aires y, con una caída así, nadie sabe lo que puede ocurrir. Los dos estamos bien y eso que él ha volado alto y se ha dado un buen trompazo. Ha venido a pedirme disculpas y, no solo se las he aceptado, sino que ambos hemos reconocido que ha sido un incidente de carrera, pues cuando tú llevas, como llevaba Johann, dos motos delante, la mía y la de Miller, cuando tú pretendes frenar, la moto no frena, pues es absorbida por el rebufo de las dos motos que lleva delante”. El accidente se ha producido, como poco, a 300 kilómetros por hora y, en efecto, podemos estar hablando de suerte para Márquez y Zarco y casi, casi, de milagro pues el impacto ha sido tremendo.
Bautista, la otra estrella
Mención aparte merece la carrera de Álvaro Bautista, que, cedido por el equipo de Jorge Martínez ‘Aspar’ al ‘team’ oficial de Ducati para reemplazar a Jorge Lorenzo, ha protagonizado un gran premio extraordinario, estando siempre con los mejores y, finalmente, obteniendo una merecidísima cuarta posición, “curiosamente la que dije, el pasado jueves, en la conferencia de prensa, que colmaría todas mis ilusiones”. Bautista, por cierto, pese a este gran éxito, no pilotará la Ducati oficial, el próximo domingo, en Sepang (Malasia), pues si no puede hacerlo el tricampeón mallorquín, lo hará el piloto probador oficial Emmanuele Pirro.
Mundial de MotoGP: 1. Marc Márquez (España), 296 puntos (ya campeón); 2. Andrea Dovizioso (Italia), 210; 3. Valentino Rossi (Italia), 195; 4. Maverick Viñales (España), 180 y 5. Cal Crutchlow (GB), 148.
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