MUNDIAL DE MOTOGP

Viñales despide al técnico que ganó tres títulos con Lorenzo

Ramon Forcada, al fondo, pensativo, en compañía de Davide Marelli, telemétrico de Maverick Viñales.

Ramon Forcada, al fondo, pensativo, en compañía de Davide Marelli, telemétrico de Maverick Viñales. / .44550071

Emilio Pérez de Rozas

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Mientras Andrea Dovizioso (Ducati), Valentino Rossi (Yamaha), Marc Márquez (Honda) y Jorge Lorenzo (Ducati) meditaban cómo ganar hoy (14.00 horas, Movistar TV MotoGP) el GP de la República Checa, el equipo Movistar-Yamaha, empujado por su joven piloto Maverick Viñales, de 23 años, empezaba a despedir técnicos o informarles que, el año que viene, no seguirían en el ‘team’, se supone que por falta de sintonía con el piloto. Viñales, al que no dejan hablar sobre el tema después de haber anunciado que su técnico será Esteban García, cosechó ayer uno de sus peores resultados y partirá desde la cuarta fila de la parrilla.

La situación es ciertamente esperpéntica. El técnico Ramón Forcada, tricampeón con Jorge Lorenzo, en Yamaha, fue informado de que no continuaría, el próximo año, con Viñales. “El piloto no me ha dicho una palabra, ni tampoco ha tenido un mal gesto conmigo, ni una sola queja”, fueron las declaraciones de Forcada a Movistar TV MotoGP, provocadas, dicen algunos, al saber que su mecánico de confianza, Xavier Ullate, que, a los tres títulos con Lorenzo, añade el de Àlex Crivillé, en 500cc, en 1999, también había sido despedido. Finalmente, dicen que por la presión de los mecánicos de Valentino Rossi y también por una reflexión interna, no solo en el seno del equipo Yamaha sino, incluso, en el entorno del propio Viñales, Ullate seguirá en el ‘team’ oficial de la firma de los diapasones, se supone que en el lado del piloto catalán.

Pero la historia, sin duda, deja en muy mal lugar a Viñales y, por supuesto, a la estructura de la escudería que dirige los destinos de Yamaha en el Mundial, ya que la gestión del despido diferido de Forcada y el intento de cese de Ullate fue desastrosa. Es más, cuentan que las primeras declaraciones de Forcada, indignado por el modo en que se enteró de su situación, calificaban de “cobarde” a Viñales, aunque, luego, matizó su postura y grabó otras declaraciones a la televisión española que cuenta con los derechos del Mundial.

El despido de Forcada es, insisto, en diferido pues, en teoría, debería seguir con Viñales hasta final de temporada, cosa que nadie ha querido confirmar. El ambiente en el box de Viñales, como pueden suponer, es de funeral permanente, hasta el extremo de que el piloto se vio obligado ayer a matizar (nadie le creyó) que los aplausos que protagonizó cuando llegó al box tras un entrenamiento horroroso, no iban dirigidos a Forcada y/o Ullate, “sino a mí mismo, por no haber tomado las riendas de esa tanda desde el primer momento y hacer lo que yo quería”.

El papel de los mécanicos de Rossi

Esas manifestaciones se produjeron en una conferencia de prensa que se retrasó, ante dos docenas de periodistas, durante 35 minutos (de 16.15 a 16.50 horas), en el hospitality de Movistar-Yamaha. El motivo de la tardanza fue que Viñales fue llamado (y encerrado) en el despacho del británico Lin Jarvis, responsable de la escudería, donde también se encontraba William Favero, DIRCOM del ‘team’, para sugerirle mucha cautela, prohibirle hablar del tema e impedirle replicar a la corta exposición televisiva de Forcada.

Por lo que hace referencia al despido de Ullate hay quien asegura que a la perplejidad e indignación de Forcada se sumó la incomprensión y solidaridad mostrada por el equipo de mecánicos de Valentino Rossi, una auténtica piña desde hace ya muchos años en el seno de la escudería de la fábrica de los diapasones. Parece que todos ellos, colegas que valoran enormemente el trabajo de Ullate, fueron en comandita a pedir explicaciones a los responsables del equipo, Lin Jarvis y Massimo Meregalli, exigiendo saber qué tipo de profesional querían en su equipo “el buen mecánico o el mecánico que solo sonríe al piloto”.

Nadie duda que el despido de Forcada es, simplemente, un intento de cambiar algo por parte de Viñales, visto que su trayectoria deportiva y resultados no son de su agrado. Sin duda, la situación viene provocada por una pérdida de confianza en su técnico. Por lo que hace referencia al despido de Ullate, simplemente no tenía sentido alguno, pues es uno de los mejores mecánicos del ‘paddock’ de MotoGP. Y es ahí donde, junto a la reflexión de Viñales y su entorno (Paco Sánchez, su abogado y manager, no quiso hacer declaraciones a El Periódico cuando fue requerido para ello ayer), la posición de fuerza de los ‘mecas’ de Rossi debió ser decisiva para la marcha atrás en el caso de Ullate. Es más, parece ser que los dos grupos de mecánicos protagonizaron, el pasado viernes por la noche, un auténtico plantón ante la dirección de la escudería al irse a cenar, todos juntos, a un restaurante de Brno, en lugar de cumplir con la obligación de cenar juntos en el hospitality del ‘team’ Movistar-Yamaha.

"Conozco a Forcada, es un apasionado de las motos. Cierto, tiene su carácter, pero es un gran técnico"

Jorge Lorenzo

— Piloto de Ducati y tricampeón de MotoGP con Ramon Forcada en Yamaha

El ‘paddock’ de MotoGP está realmente perplejo ante las decisiones de Yamaha y la manera de llevarlas a cabo. “Lo primero que tiene que hacer un piloto que quiere cambiar su equipo técnico es ganar, como hizo Marc Márquez al llegar a Honda en 2013. Se conformó con lo que le dejaron hacer los japoneses y, luego, con el título y los récords en la mano, exigió y obtuvo todo lo que pidió”, fue la versión que, uno de los mejores técnicos de suspensiones de la categoría ‘reina’, ofreció entorno a lo que está ocurriendo en Yamaha, “donde da la sensación de que tanto ‘Vale’ (Rossi) como Viñales hacen lo que les da la gana”. Y así les va, llevan 19 grandes premios, más de un año, sin ganar.

Tres de las grandes estrellas de MotoGP se pronunciaron ayer sobre el conflicto. “Conozco bien a Ramon (Forcada) y sé que su pasión son las motos”, contó Jorge Lorenzo, tricampeón del mundo de la máxima categoría de la mano del actual técnico de Viñales. “Cierto, tiene un carácter fuerte y, en momentos complicados, no es fácil gestionar esa relación, pero es un grandioso profesional. La situación no es fácil para nadie, aunque espero que a Maverick le vaya bien con su nuevo técnico y que Ramon encuentre trabajo pronto, pues me gustaría que siguiera entre nosotros”.

La opinión de Rossi y Márquez

“La verdad es que me acabo de enterar”, dijo Valentino Rossi en un gesto que muy pocos se creyeron, pues al ’Doctor’ no se le escapa una de lo que ocurre en el seno de su escudería. “Lo cierto es que si es verdad que, al final de temporada, Maverick y Ramon se separan, ahora será muy difícil crear una atmósfera fantástica de cara a este largo final de Mundial. Ramon lleva 30 años trabajando en el campeonato y, por tanto, lo único que puedo decir es que le deseo lo mejor”.

“Hay situaciones más fáciles de gestionar que otras”, empezó comentando Marc Márquez sobre el ‘caso Forcada’, pese a no tener demasiadas ganas de pisar muchos charcos. “Por ejemplo, últimamente se ha producido el caso de pilotos que han firmado ya contrato con otros equipos y marcas con vistas a la próxima temporada y aún han de estar todo este año en su actual equipo. Eso no es fácil, desde luego. Pero, el caso que nos ocupa es aún más delicado, pues el técnico ha de seguir con el piloto aún durante diez grandes premios. Cierto, todos somos profesionales y sabemos comportarnos, pero no es fácil gestionar una situación así y has de estar dispuesto a afrontar los problemas que irán apareciendo”.