ESCÁNDALO A LA VISTA

Rossi duchó a la azafata del podio de Qatar, pese a estar prohibido

Emilio Pérez de Rozas

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No ha habido escándalo. De momento. No se ha generado polémica alguna. Nadie ha puesto el grito en el cielo. Tal vez porque se trata del intocable Valentino Rossi, el icono del motociclismo mundial y el hombre que, tras renovar por el equipo Movistar-Yamaha hasta finales del 2020, recibió el elogio de todo el ‘paddock’ de MotoGP porque, según todos, “sigue siendo un ejemplo para jóvenes y veteranos”, como reconoció el tricampeón mallorquín Jorge Lorenzo (Ducati) en unas declaraciones el viernes del Gran Premio de Qatar.

Pero, sin duda, es posible que de haber protagonizado ese mismo gesto cualquier otro de los ‘magníficos’ de la categoría ‘reina’ o, incluso, alguno de los pilotos más jóvenes, el escándalo se hubiese generado, sino a la altura del que provocó el piloto británico Lewis Hamilton (Mercedes) cuando, en abril del 2015, duchó de forma inapropiada a una de las azafatas del podio del Gran Premio de China, disputado en Shanghai, y lo llamaron “machista, egoísta y desconsiderado”, sí, como mínimo, a la altura de un gesto inadecuado, impropio de los tiempos que corren, políticamente incorrecto y, sobre todo, innecesario.

El lamentable gesto de Rossi

Rossi, en efecto, persiguió y duchó, agitando el botellón de cava sin alcohol, a una de las azafatas del podio de MotoGP del circuito de Losail (Doha, Qatar) tras descender rápidamente del tercer escalón y se fue en busca de la chica, cuando, en la reunión que los pilotos de la máxima categoría mantuvieron el viernes con los responsables de la organización del campeonato, se les prohibió que rociasen, duchasen y persiguiesen a las azafatas, desaparecidas del Mundial de F-1 pero no del campeonato de motos.

El escándalo, que no tuvo eco en ningún medio, sí fue apercibido por los compañeros de podio del ‘Doctor’, el italiano Andrea Dovizioso (Ducati, ganador) y el catalán Marc Márquez (Honda, segundo). Tal es así que, una vez concluida la ceremonia y antes de entrar en la conferencia de prensa oficial del trazado catarí, Márquez, que había comentado particularmente el incidente con ‘Dovi’, se acercó a Rossi, con quien ha recuperado cierta relación, arrinconada la amistad de hace años, y le recordó que había cometido un error porque no se podía duchar a las azafatas, “tal y como quedó claro y prohibido en la reunión del viernes”.

Rossi, que por la razón que fuese, no había acudido, extrañamente pues va siempre, a la comisión del viernes, le dijo al tetracampeón catalán: “Nessuno mi ha detto niente”. En efecto, nadie le había dicho nada, nadie de su equipo y tampoco, aunque no tiene obligación alguna, su compañero de escuderia, Maverick Viñales, que sí estuvo presente en la reunión de los pilotos con los organizadores.

Fue Márquez quien advirtió a Rossi, tras descender del podio, que eso no se podía hacer. "Lo siento, nadie me había dicho que no se podía hacer", le dijo el campeón italiano

Es evidente que, pese a darse cuenta del error, del gesto impropio de un campeón y del piloto más veterano del Mundial, la organización del campeonato trató de restar importancia al hecho y pasó página. Una fuente de la organización del Mundial, que prefiere mantenerse en el anonimato, reconoció ayer a El Periódico de Catalunya, que “el gesto de Rossi fue feo, muy feo, perfectamente evitable, impropio de un campeón y, por supuesto, lo rechazamos, pero es evidente que Valentino no sabía que eso estaba prohibido”.

Falta de comunicación de Yamaha

El error, por supuesto, es de Valentino Rossi y, también, sí, de su equipo, el ‘team’ Movistar-Yamaha, que, sabiendo que no había acudido a la comisión de seguridad del viernes, debía haberle informado de la prohibición. La misma fuente de la organización señala que “una vez ocurrido el desastre, hay que reconocer que, tal vez, alguien de la organización del protocolo del podio debía haberles recordado a ‘Dovi’, Márquez y Rossi, que no podían duchar a las azafatas en su celebración, cosa que sí hicieron con los componentes del podio de las otras dos categorías, Moto3 y Moto2, por la sencilla razón de que ellos no acuden a la reunión del viernes y, por tanto, no estaban informados de la recomendación o prohibición”.

Desde la organización del Mundial y del Gran Premio de Qatar creían que todos los pilotos de MotoGP estaban al tanto de la decisión tomada en la comisión del viernes, cosa que, en el caso de Rossi, no fue así. Bueno, en realidad, no lo fue en el caso del equipo Movistar-Yamaha, que, ese mismo domingo, sobre las 15.00 horas, antes de que diese comienzo el gran premio con la carrera de Moto3, cometió también el error de no recordarle a Rossi que se iba a guardar un minuto de silencio en la recta de meta por los fallecimientos del excampeón alemán Raf Waldmann y el italiano Ivano Beggio, fundador de Aprilia. El nueve veces campeón del mundo no estuvo presente en ese sentido homenaje.

Los durísimos ataques a Hamilton

Muchos de los presentes en la ceremonia de entrega de trofeos de Doha (Qatar), pese a saber que Rossi vivía en la ignorancia de la orden, recomendación o prohibición, consideran que la actitud del campeonísimo italiano es impropia de un icono y representante del ‘paddock’ de MotoGP. “Nos consta”, insistió la misma fuente de la organización del GP catarí, “que Rossi está arrepentido de lo que hizo”.

Es evidente que al no estallar el escándalo, al no haber sido reseñado en los medios, ni siquiera en las redes sociales, Rossi se ha ahorrado alguno de los comentarios que los internautas lanzaron sobre Hamilton en abril del 2015, como el que le señalaba el gesto del campeonísimo inglés con la azafata china como “otro ejemplo de un extranjero que se cree con derecho de hacer lo que quiera con nuestras mujeres”.