MUNDIAL DE MOTOGP
Márquez: "Gané en Tailandia porque hice de Dovizioso"
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
Emilio Pérez de Rozas
Marc Márquez (Honda) tiene ya acariciando con los dedos y casi colgado en su vitrina el séptimo título mundial de su vida y el quinto cetro de MotoGP en seis temporadas, algo que le permitirá igualar al mítico campeón australiano, Mick Doohan, que fue el primero en felicitarle al bajar del podio de Buriram (Tailandia), donde logró su séptima victoria de la temporada y la nº 68 de su carreras (las mismas que Jorge Lorenzo) y, además, le acercará a los nueve títulos de Valentino Rossi, que le supera en 14 años.
Márquez, al que aún le duele, y mucho, haber perdido el seis de seis, desde que debutó y rompió todos los récords de precocidad en la categoría de MotoGP, cree que también el título del 2015, que fue a parar a manos de Lorenzo, podría haber sido suyo con algo más de paciencia, de serenidad. Por eso ahora no le duelen prendas en reconocer que, en el último año, ha aprendido mucho, mucho, de los mejores. Y, muy especialmente, del subcampeón del mundo, el italiano Andrea Dovizioso, que, dicen, es quien mejor gestiona las carreras una vez se apaga el semáforo, por algo su jefe en Ducati, Davide Tardozzi, le llama ‘il professore’.
Intercambio de papeles
“He de reconocer que, en el último año, he analizado las carreras que he compartido con ‘Dovi’ y he aprendido mucho de la manera que él las gestiona”, ha explicado Márquez tras su victoria en Tailandia, que le deja a las puertas de su séptimo título, ya que solo deberá quedar por delante del italiano, dentro de quince días, en Motegi (Japón) para renovar su cetro. “En Buriram cambiamos los papeles con Andrea: yo hice de Dovizioso y él hizo de Márquez. Faltando diez vuelta intenté irme, pero fue imposible, así que me la tuve que jugar en la última vuelta, en la última curva, donde siempre había perdido con las Ducati”.
Márquez reconoce que empezó esa última vuelta sin demasiada fe en la victoria. “Yo me parezco más a Kevin Schwantz porque suele llegar a la frenada con la moto de lado, mientras que ‘Dovi’ tiene un estilo más limpio, más en la línea de Wayne Rainey aunque, la verdad, a mí me encantaría pilotar como pilotaba Rainey, pero…”
En ese sentido, Márquez pide para el 2019 una Honda que acelere mejor, con mejor electrónica y que no le obligue a recuperar en las apuradas de frenada “una acción peligrosa, delicada” lo que pierde en aceleración. “He de reconocer que Andrea me podía haber ganado también en Tailandia, pues está haciendo un gran campeonato y un trabajo extraordinario con Ducati, lástima de los errores cometidos al inicio de Mundial”.
Análisis de ingeniero
Es evidente que Márquez analiza a todos sus rivales, en los entrenamientos, en la pista y en las carreras. Y, también, como explicó su ingeniero Santi Hernández a la cadena Sky Italia TV, en su casa “cuando repasa todas las carreras y analiza las cosas buenas, pero también las malas, que ha hecho”. Hernández confirma que “Marc estuvo viendo, con sumo detalle, la temporada pasada de ‘Dovi’, que llegó con opciones al título a la última carrera de Valencia y se dio cuenta de que las carreras no son únicamente “o gano o me caigo”. Eso lo aprendió, sobre todo, de Dovizioso”.
Hernández, tal y como también ha reconocido Emilio Alzamora, manager del ‘nen de Cervera’, en diversas ocasiones, confiesa que la derrota sufrida en el 2015 hizo que Márquez empezase a escuchar con mayor detenimiento los consejos que le decían que, cuando no pudiese ganar, debía aceptar como bueno y no como una derrota el podio, la cuarta o la quinta plaza. “Eso también lo ha aprendido y asimilado”. De hecho, desde que Márquez se cayó en Mugello (Italia), no se ha bajado del podio (cuatro victorias, tres segundos puestos y un tercero) y, en cada gran premio, ha aumentado su ventaja sobre el segundo del Mundial de pilotos.
La Honda del 2019
“Marc nos sigue demostrando, carrera a carrera, que donde no llega nuestra moto, llega él, cosa que aún lo hace mejor piloto”, explica Hernández a Sky Italia TV. “Si el año que viene conseguimos una Honda con mejor aceleración, Marc podrá pilotar algo más tranquilo, sobre todo ante la Ducati, que acelera muy bien, y tendrá la posibilidad de no jugarse tanto el tipo en las frenadas. Ahora, ‘Dovi’ frena mucho más estable, mientras que Marc se la juega muchas veces para ganar en las frenadas lo que perdemos en aceleración”.
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