Nevadas en Catalunya: bingo de las previsiones meteorológicas

En Barcelona nieva de media una vez por año, pero solo cuaja una vez por década

nieve guinardó

nieve guinardó / periodico

Antonio Madridejos

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La situación que ha ocasionado las últimas nevadas en Catalunya era de libro, como dicen los aficionados. Las previsiones no fallaron, aunque está claro que no todo el mundo interpreta los avisos por igual. 

Por una parte, una masa de aire frío y seco de origen continental-siberiano avanzaba desde el este de Europa y su llegada al norte de la Península estaba prevista para el pasado lunes. Todos los modelos de cálculo meteorológico lo habían previsto y así lo anunciaron con suma antelación tanto el Servei Meteològic de Catalunya (SMC-Meteocat) como la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). No se iban a alcanzar los registros gélidos de Alemania, Polonia o Francia, pero estaba claro que las temperaturas iban a bajar.

Por otro lado, se estaba gestando en el Atlántico, en el área de las Azores, una potente borrasca que tendría un recorrido oeste-este y penetraría en la Península por el sur de Portugal y el golfo de Cádiz. Serían varios frentes consecutivos. Cuando avanzaran y entraran en contacto con la masa fría, las nevadas estaban aseguradas. Aunque con un grado mayor de incertidumbre, especialmente en lo que concierne a las zonas afectadas, tanto la Aemet como el Meteocat  también lo anunciaron con antelación. Incluso previeron que habría una tregua el martes por la mañana o que el mayor riesgo se produciría este miércoles a primera hora. También fueron advertidas en el mismo sentido Aragón, Navarra, País Vasco y Castilla y León, así como la mitad sur de Francia.

Es muy posible que nevadas de este tipo no habrían merecido un aviso de riesgo en un país más habituado, pero la experiencia muestra que en gran parte de Catalunya, y muy particularmente en el área de Barcelona, cuatro copos pueden ocasionar un gran colapso, como reitera machaconamente Joan Delort, el director general de Protecció Civil de la Generalitat. De hecho, tanto la Aemet como el Meteocat activan los avisos por nieve incluso en el caso de que se prevean precipitaciones muy escasas.

¿Ciudad de nieves?

Aunque Barcelona no es ciudad de nieves, son mucho más comunes de lo que se piensa. El climatólogo Javier Martín-Vide, catedrático de Geografía Física de la Universitat de Barcelona (UB), explica que en el centro urbano nieva de media una vez por año, pero solo cuaja una vez por década. En el Observatorio Fabra, cerca del Tibidabo a 415 metros de altura, la media es notablemente superior: 3,78 días anuales de nieve y 0,89 días en que los copos cuajan. Martín-Vide recuerda que las advecciones del noreste, como en esta ocasión, son la principal 'fuente' de nevadas y que febrero es estadísticamente el mes con un riesgo mayor.

Por cierto, ahora le llega el turno a la lluvia y el viento. Las previsiones son coincidentes y es mejor fiarse.