La contaminación se enquista en el área de Barcelona

La contaminación sigue enquistada en el área de Barcelona y su entorno metropolitano, con seis estaciones de medición que superan los límites fijados por la Unión Europea y otra docena al borde del abismo, lo que demuestra que las medidas para mejorar la calidad del aire aplicadas hasta ahora han sido insuficientes. Esto es al menos lo que se desprende del análisis sobre la calidad del aire en el año 2016 elaborado por el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat. Es necesario una acción más contundente, ha asumido el 'conseller' Josep Rull al presentar los datos.

Rull ha puesto sus esperanzas en manos del nuevo plan contra la contaminación pactado el 6 de marzo por las diversas administraciones y que establece, entre otras muchas medidas, limitaciones para el tráfico por Barcelona de los coches más viejos. Entrará en vigor de forma experimental -en situaciones de episodio intenso- el próximo 1 de diciembre. La contaminación en el área metropolitana es un "problema real, actual y crónico", ha destacado el 'conseller', quien ha recordado sus graves repercusiones sanitarias.

El punto negro es el dióxido de nitrógeno (NO2), muy vinculado a la combustión de los motores y particularmente de los coches diésel, al que se le atribuyen diversos problemas respiratorios e incluso cáncer. Aunque la normativa europea establece que la media anual no podrá superar los 40 microgramos por metro cúbico de aire -la OMS es aún más exigente-, ese umbral se superó en el 2016 en tres estaciones de la ciudad de Barcelona y una en Terrassa, en Mollet y en Sant Andreu de la Barca, con valores comprendidos entre 43 y 52.

Como dato optimista, no se superó en todo el año ninguna punta horaria de 200 microgramos, una circunstancia muy habitual en ejercicios anteriores. Mercè Rius, la directora general de Qualitat Ambiental, ha explicado también que el repunte de la actividad económica no tuvo un efecto en los datos, "que se mantienen estables".

En el resto de contaminantes evaluados, 15 en total, las cosas van mucho mejor, ha comentado Rius. En micropartículas sólidas en suspensión, las conocidas como PM, no se supera el valor límite en ninguna estación del área metropolitana y se observa una tendencia de mejora. Las PM están vinculadas también al tráfico, pero asimismo a la combustión de calderas, industrias o la incursión de polvo sahariano. La única superación del valor límite diario se produjo en una estación de la Plana de Vic (Manlleu)

En relación al ozono troposférico, que oscila de un año para otro por la meteorología dominante, el informe destaca que se superó el umbral de información en la población en 10 ocasiones en la Plana de Vic y en el Pirineo oriental.

IMPUESTO SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO

Rull también ha recordado que la Generalitat aplicará a partir del año que viene un nuevo impuesto para vehículos sobre emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del cambio climático. Con la aplicación del nuevo impuesto, previsto en los Presupuestos de la Generalitat, se pretende recaudar 75 millones de euros durante los dos primeros años y 110 millones de euros en el 2020. Quedarán exentos los coches que emitan nominalmente –en el momento de la compra oficial- menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro.

Los fondos obtenidos se emplearán para incentivar mejoras del parque móvil en sectores estratégicos como las flotas de reparto y el taxi, así como para la preservación del medio natural, como ha avanzado la secretaria general de Sostenibilitat, Marta Sobirà. Lo que no ha quedado claro es si de estas subvenciones se podrán beneficiar los coches diésel, que emiten menos CO2 pero al mismo tiempo tienen el problema de la contaminación por NO2. El impuesto se aplicará de forma gradual a partir del 2018 y se consolidará dos años después.