CALIDAD DEL AIRE

Barcelona aún suspende en contaminación

El tráfico genera al menos el 70% de los óxidos de nitrógeno y el 20% de las partículas en suspensión

tráfico gran via

tráfico gran via / periodico

Antonio Madridejos

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Disminuir el número de coches que circulan diariamente por Barcelona y su área metropolitana permitiría ganar espacio para el peatón, las bicicletas y las zonas verdes, reduciría notablemente el impacto sonoro y la siniestralidad viaria y, muy fundamentalmente, supondría una mejora en la salud de los ciudadanos. No es un capricho.

Una vez las mayores industrias se esfumaron o acabaron confinadas en polígonos despoblados, el tráfico es ahora sin discusión la principal fuente de contaminación urbana. Por ejemplo, se estima que genera hasta el 70% de los peligrosos óxidos de nitrógeno (NO2), muy vinculados a los motores diésel, y al menos el 20% de las micropartículas en suspensión. Y no solo por el hecho de quemar combustible, sino por el desgaste del asfalto y de las pastillas de freno.

Sin embargo, parece que las políticas adoptadas hasta ahora no han surtido efecto porque la contaminación sigue enquistada en el área de Barcelona, con seis estaciones de medición que superan los límites de NO2 fijados por la Unión Europea y otra docena al borde del abismo, según los últimos datos presentados por el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, correspondientes al año 2016.

Muchas ciudades europeas están trazando el camino con drásticas limitaciones del tráfico y éxitos más que palpables, como Milán, Estocolmo, Berlín, Praga y Londres. Ahora se trata de seguir su senda: según el ayuntamiento, una reducción de los niveles de contaminación hasta los umbrales recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) evitaría, cada año, 659 muertes prematuras en la ciudad e incrementaría la esperanza de vida de la ciudadanía en 52 días. Según la Plataforma para la Calidad del Aire de Barcelona, sería necesario retirar de las calles el 30% de los vehículos en circulación.