PERFIL

Xavier Sardà: un animal televisivo

A falta de unos meses para cumplir los 60, entra en la galería de las grandes figuras de la pequeña pantalla: la Academia de Televisión española le acaba de premiar por su trayectoria

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zentauroepp40512002 mas periodico ilustracion de tassies t ssies dibujo xavier171012173948 / TÀSSIES

TXERRA CIRBIÁN

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Quién le iba a decir a Xavier Sardà que antes de cumplir los 60 se iba a convertir en una de esas figuras de la pequeña pantalla a quienes premian «en reconocimiento a toda una vida ligada al medio televisivo», después de los muchos palos recibidos por parte de la crítica, que le acusaba de expendedor de telebasura. Y sobre todo ahora, que lidia en la batalla política de los periodistas de opinión y como tertuliano en diferentes cadenas de televisión.

Pero es que esa trayectoria, que aún activa en tiempo presente, se remonta a un chaval que con 18 años escribía crónicas musicales y con 20 trabajaba ya en Radio Nacional. Un jovencito capaz de convertirse, con un giro de voz, en un anciano cascarrabias llamado senyor Casamajor. Un tipo que antes de cumplir los 30 llegó a dirigir 'La bisagra', de RNE, y que con 34 fichó como colaborador del 'Hoy por hoy' de Iñaki Gabilondo, en la cadena SER, donde luego abriría 'La ventana'. 

El salto a la tele se produjo en la década de los 90 y fue lógico: tenía 32 años cuando sucedió a Ignacio Salas como presentador de aquel 'Juego de niños' de TVE (1990)  lleno de gallifantes. Y luego llegaría un programa de vídeos domésticos, 'Betes i films', apadrinado por La Trinca, para TV-3, cadena autonómica donde repitió con 'Tot per l’audiència' y 'Sembla mentida'. El salto a las teles privadas llegó con 'Todos somos humanos', aquel programa de pifias televisivas presentado junto con José María Carrascal en Antena 3, en 1996. 

Y al año siguiente, Tele 5 le fichó para moderar 'Moros y cristianos', programa en el que dos grupos de contertulios se enfrentaban verbalmente sobre  temas de actualidad. ¿Les suena? Un formato base de innumerables espacios de tertulias.

De Galindo a Boris Izaguirre

Cuando Tele 5 canceló 'Esta noche cruzamos el Mississippi' y su presentador, Pepe Navarro, se pasó a la competencia de Antena 3 con 'La sonrisa del pelícano', espacio de muy breve existencia, la cadena de Mediaset confió en Sardà para cubrir el flanco nocturno con un 'late show' que sería el más longevo de la televisión española.

Menos sensacionalista y con un humor más suave y blando que el del espacio de Navarro, Sardà logró aumentar y consolidar las audiencias, con un esquema mil veces repetido: entrevistas a los personajes famosos del momento, colaboradores carismáticos, como el pequeño Martí Galindo, el desenfadado Boris Izaguirre, el periodista Manel Fuentes, los humoristas Mariano Mariano, Paz Padilla y Carlos Latre, entre otros muchos, y tertulianos de todo pelaje: de Cristina Almeida a Celia Villalobos; del padre Apeles a Loles León; de Javier Nart a Empar Moliner, que comentaban la actualidad.

«En 'Crónicas' hablábamos de la guerra, imitábamos a ministros, tocábamos temas sociales y también de corazón», razonaba Sardà en una entrevista, pero a partir del año 2000 entró en una guerra diferente, que imponía la propia Tele 5 como sinergias de grupo: hablar de otros programas y 'realities' de la cadena, y contar con la presencia de sus concursantes como contertulios.

'Crónicas marcianas' fue el ‘late show’ más longevo de la tele española

El progresivo deterioro de calidad del programa hizo mella en las audiencias, que llevaron a Sardà a echar el cierre en el 2005. Porque siempre ha tenido las cosas muy claras: «'Crónicas' era el programa que quería el público, pero hecho como yo quería. La gracia es haber hecho televisión popular, sin complejos, técnicamente impecable».

Quizá por eso, logró que, al mismo tiempo, su espacio fuera criticado como telebasura pero obtuviera diversos premios: un Ondas, dos galardones de la Academia de la Televisión y hasta seis TP de Oro. Quizá por eso, le decía con cierta ironía a Núria Navarro: «Al margen de ser el rey de la telebasura, imagino que tengo credibilidad».

Sardà ganó dinero con 'Crónicas', mucha pasta. La suficiente como para no preocuparse de trabajar en aquello que no le gustaba. «Es que no todo es cuestión de dinero. Estoy interesado en hacer cosas que me apetezcan», aseguraba cuando apostó por 'El pla Sardà', para Betevé, la tele municipal de Barcelona, cuando la dirigía su amigo Àngel Casas

Tenaz tertuliano

Por esa razón, después de dos años de descanso tras 'Crónicas', volvió a Tele 5 con los viajes de 'Dutifrí' (2007), el concurso 'Tú síque vales' (2008); el 'talk show' 'La tribu' (2009) de breve vida; y una larga lista de espacios, casi uno por año ('Infiltrados', '¡Usted perdone!', 'El gran debate', 'Abre los ojos... y mira'), que le han servido para no apolillarse. El último, 'ADN Max', para DMax, centrado en la ciencia y la tecnología.

Pero en lo que ha sobresalido últimamente Sardà ha sido como tenaz tertuliano, defendiendo posiciones que a veces le han valido palos de un lado y otro. «Me cae bien la gente progresista, tolerante y civilizada de Catalunya y de España. Pero aquí soy un españolista y allá, un catalanista de mierda», aseguraba en el 2011: «La única opción [para el problema catalán] es un cambio constitucional y hacer un Estado federal».

Desde el 2014, su presencia en programas como 'Al rojo vivo' y 'La Sexta noche' han sido habituales. Y estos últimos días, con la situación de Catalunya en su punto más candente han venido a corroborar que Xavier Sardà no se esconde: tiene credibilidad y sabe qué quiere. Entre otras cosas, vivir bien, pilotar su avioneta y seguir en la tele, porque él sigue siendo un enorme animal televisivo.