Risas XXL

En los últimos premios BAFTA, cuando presentaba un galardón, la cómica y actriz australiana Rebel Wilson lanzó una puya al mismo Hollywood que se ha convertido en su casa desde que en el 2011 apareció en 'La boda de mi mejor amiga'. "Nunca me han invitado a los Oscar porque, ya saben, son racistas. Pero los BAFTA tienen miembros diversos, y eso es todo lo que queremos en la vida, ¿no? Miembros diversos", dijo mientras los realizadores dirigían la cámara, sin demasiada sutileza tampoco, a Idris Elba y el auditorio (incluyendo el actor negro) se reía.

Por si la doble lectura no estuviera clara, Wilson siguió, dirigiéndose al intérprete de 'Beasts of no nation': "Me estoy poniendo nerviosa. Estoy programada sociológicamente para querer chocolate en San Valentín". Elba, con humor, le hizo el gesto de que se callara.

REACCIONES AIRADAS

A sus 36 años, Rebel Wilson no es, no obstante, de las que cierra el pico de oro que le ha hecho en cinco años una de las figuras de referencia de la comedia en Hollywood, adonde llegó tras pasar por la televisión, las tablas y los clubs de su Australia natal. Y eso que en más de una ocasión su humor sin límites de corrección política ha provocado reacciones airadas.

Ocurrió en los BAFTA, cuando hizo una broma con las personas transgénero a la que no todo el mundo le encontró la gracia (aunque podía verse como un dardo contra el manierismo de algunos actores cuando dan vida a personajes 'trans'). O cuando en otra entrega de premios el año pasado en Estados Unidos hizo un chiste sobre estrípers disfrazados de policías que no cayó del todo bien en un país donde la brutalidad policial contra los negros no es broma.

En otra gala de premios dirigida al público adolescente los censores taparon un chiste escatológico (aunque Wilson lo contó después sin pitido que valiera en un 'late night'). Y la actriz, que ahora se podrá ver en las pantallas españolas por partida doble en 'Mejor solteras y en 'Agente contrainteligente (a partir del viernes 18 de marzo), en la que comparte cartel con Sacha Baron Cohen y Penélope Cruz, asegura también que fue la incomodidad con su liberado estilo el que hizo que la serie que había escrito y protagonizaba muriera tras solo una temporada en la ABC. Como reconoce, "quizá no sea apropiada para la televisión generalista".

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SER ÚNICA

El suyo ha sido definido como "un estrellato no convencional" ('The New York Times') y ella ha dicho que "ser única fue algo realmente bueno".

Su diferencia está, en buena parte, en su tamaño, porque esta actriz que no tuvo ningún reparo en abrazar a un personaje llamado Fat Amy (Gorda Amy) en las dos entregas de 'Dando la nota' (y viene una tercera) es una mujer grande y orgullosa de serlo. "Me siento realmente afortunada de tener el tipo de cuerpo que tengo", ha declarado Wilson, que ha promocionado una marca de tallas grandes y protagonizó un sonado choque con las Kardashian, con las que no quiso presentar un premio y de las que criticó que "su carrera no se basa en el talento".

Rebel Wilson, que creció en los suburbios de Sidney, estudió Derecho antes de que una alucinación bajo los efectos de medicación para luchar contra la malaria en Sudáfrica le llevara a decidirse por la actuación (imaginó que ganaba un Oscar y daba su discurso a ritmo de hip hop, un género que adora). Y cuando empezó a subir a las tablas vio que se reían de ella descubrió que "la gordura es divertida, de forma rara e incluso de forma científica. La gente encuentra más fácil reírse de chicas más grandes".

Aprovechar eso fue su plan. Por ahora va viento en popa y, posiblemente, haciendo realidad una de sus metas: "Inspirar a chicas que no se ven 'cool' o guapas".