VIDAS PARALELAS

¿Qué tienen en común las mujeres de Rato y Blesa?

Alicia González y Gema Gámez, las actuales esposas de Rodrigo Rato y Miguel Blesa comparten trayectorias muy similares salpicadas de coincidencias.

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JUAN FERNÁNDEZ

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Los caminos de la corrupción son inescrutables y propician inesperados compañeros de viaje. Los destinos de la empresaria Gema Gámez y la periodista Alicia González no estaban llamados a encontrarse, pero hoy tienen en común ser las segundas esposas jóvenes de dos de los hombres más vilipendiados por la sociedad después de haber conocido las mayores cotas de éxito, poder y riqueza de este país: Miguel Blesa y Rodrigo Rato.

Los rostros más visibles de las tropelías financieras perpetradas en Bankia, condenados a seis y cuatro años de cárcel por el caso de las tarjetas black, han sabido recientemente que se libran, al menos de momento, de entrar en prisión, aunque volverán a encontrarse en el juzgado por el resto de procesos que aún tienen abiertos. Sus esposas, en cambio, saben desde hace tiempo que llevan vidas paralelas.

LA JUVENTUD

Gema Gámez y Alicia González comparten una particular simetría numerológica a cuento de sus edades y las de sus maridos y sus ex. Nacidas ambas en 1971 y 1972 -hoy tienen 45 y 46 años- las dos enamoraron -y se enamoraron- a dos maduros prohombres de la vida pública española, casados y con familia, de quienes les separan sendos espacios de tiempo parecidos: Blesa le saca 27 años a su actual esposa, Gema Gámez, que llegó a su corazón para sustituir a María José Portela, de edad próxima a la del banquero. Rato, por su lado, es 22 años mayor que Alicia González, su segunda mujer tras separarse de Gela Alarcó, que tiene los mismos años que el ex ministro.

FLECHAZOS EN LA OFICINA

Gámez y González conocieron a sus maridos donde el saber popular menos aconseja hacerlo: en el trabajo. La periodista formaba parte del gabinete de prensa del ministro y fue el roce el que hizo que brotara el cariño. Rato acabaría abandonando su hogar familiar para irse a vivir con su nuevo amor, quien le acompañó a Washington cuando él accedió al cargo de director gerente del FMI en 2004. A ella se achaca el precipitado regreso de Rato a Madrid en 2007, antes de terminar su mandato.

Gámez y Blesa cruzaron sus pasos cuando ella trabajaba en la división del mercado de capitales de Cajamadrid y él presidía la entidad. Mantuvieron en secreto el romance durante un tiempo, en el que ella continuó dirigiéndose a él como «mi presidente», y solo salió a la luz cuando Blesa abandonó el banco a finales de 2009. Ella siguió sus pasos pocos meses después.

FIELES Y DISCRETAS

A partir de 2012, el estallido de procesos judiciales relacionados con Bankia hizo caer en desgracia a Blesa y Rato, pero sus por entonces novias se mantuvieron a su lado, incluso cuando más fuerte arreció la tormenta, aunque siempre en un segundo plano. Alicia González es responsable del área de economía internacional del diario El País y solo en alguna ocasión se ha atrevido a defender en las redes sociales el derecho a la presunción de inocencia de su marido. Gema Gámez montó una peletería en el madrileño barrio de Salamanca tras salir del banco y en este tiempo se ha mostrado reacia a aparecer en los medios. La pareja vive en una exclusiva urbanización privada a las afueras de Madrid.

BODAS DESLUCIDAS

Ni Gámez ni González han tenido las bodas que soñaron. La periodista se casó con Rato en septiembre de 2015 en una secreta ceremonia celebrada en una finca familiar del exministro situada en el norte de Madrid. Blesa pensaba refrendar su nueva vida con un bodorrio, pero el juez Elpidio Silva lo mandó a la cárcel unos días antes. Finalmente, la ceremonia se pospuso cuatro meses y tuvo lugar en octubre de 2013, aunque con la mitad de invitados inicialmente previstos.