PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS

Martin Scorsese: el director más cinéfilo

Admirador de Fellini, Visconti, Tourneur, Antonioni, Renoir y Kubrick, entre muchos otros, revela sus influencias sin hacer nunca pastiches ni guiños gratuitos

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Quim Casas

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Martin Scorsese recuerda lo que les decía a los alumnos uno de sus profesores, Haig P. Manoogian, cuando estudiaba cine a principios de los 60: «Rodad lo que conocéis». El director se aplicó a esta regla pero no en el sentido de algunos de sus compañeros de generación como Brian De Palma, que realizó varios pastiches del cine de Alfred Hitchcock, o Peter Bogdanovich, que hizo homenajes o remedos de 'Los viajes de Sullivan' y 'La fiera de mi niña'. 

Scorsese es un cinéfilo, pero nunca un cineasta mimético. Ha dirigido o producido documentales sobre el cine norteamericano clásico ('Un recorrido personal con Martin Scorsese por el cine norteamericano'), el italiano ('El cine italiano según Scorsese-Mi viaje a Italia'), Elia Kazan o el productor Val Lewton, pero está mucho más cerca de los autores de la Nouvelle Vague en cuanto a la forma que tenían estos de incorporar a su propia obra las vivencias como espectadores y la influencia de otros realizadores. 

No en vano,  fue invitado a coordinar el número 500 de la revista 'Cahiers du cinéma', en la que Jean-Luc Godard y compañía habían ejercido la crítica. Entonces escribió la mejor definición sobre aquella generación de cinéfilos convertidos en críticos airados y después en innovadores cineastas de la Nueva Ola: «Estos jóvenes ya eran directores cuando empezaron a escribir y siguieron siendo críticos cuando dirigieron sus películas».

'Duelo al sol'

En su documental sobre el cine estadounidense, en el que reivindica a Ida Lupino como directora y muestra su entusiasmo por Jacques Tourneur ('La mujer pantera') y Max Ophüls ('Carta de una desconocida'), Scorsese explica cómo descubrió la fascinación del cine viendo los colores saturados y la sexualidad lúbrica de 'Duelo al sol'. En su viaje por el cine italiano subraya la deuda contraída con Luchino Visconti (la estilización de la alta burguesía en 'La edad de la inocencia' y algunas partes de 'Gangs of New York' remite a 'El gatopardo'), Michelangelo Antonioni y Federico Fellini.

‘El mago de Oz’

En 'Alicia ya no vive aquí', descubre su admiración por 'El mago de Oz', filme (y novela) que han influenciado también a David Lynch ('Corazón salvaje') o John Boorman ('Zardoz'). Cuando retrata algunos entresijos de Hollywood en 'El aviador', su 'biopic' de Howard Hugues, el referente es 'Cautivos del mal' de Vincente Minnelli, retrato agrio de un productor megalómano. 

Es un rendido admirador de Sam Fuller. «Las películas de Sam tenían una fuerza y una urgencia que pulverizaban los clichés que habían florecido alrededor de los temas que trataban», ha escrito en 'Mis placeres de cinéfilo'. En uno de los filmes más baratos de Fuller, 'Casco de acero', ambientado en la guerra de Corea pero rodado en un parque de Los Ángeles, el efecto de la niebla en el bosque se obtuvo mediante barras de fósforo encendidas y colocadas debajo de la cámara. Scorsese utilizó el mismo efecto artesanal en una escena de boxeo de 'Toro salvaje'. Años después, cuando preparaba 'Shutter island', reunió a sus colaboradores y les proyectó varias películas de serie B de los 40, entre ellas 'Bedlam', relato ambientado en un manicomio y producido por Val Lewton. Se las mostró para que supieran la atmósfera precisa que quería para su película.

Restauración

Los complejos movimientos de cámara de Scorsese tienen que ver con los del elegante Ophüls. Le gusta mucho 'El buscavidas', de Robert Rossen, y no dudó en hacer una continuación, 'El color del dinero'. También es fan del 'thriller' psicótico de los 60 'El cabo del terror', y aceptó realizar un 'remake', 'El cabo del miedo', con Robert De Niro en el agresivo papel de Robert Mitchum en el original. Ha respaldado la restauración de cintas de Michael Powell ('El fotógrafo del pánico' es otro de sus filmes predilectos) y, recientemente, apadrinó una muestra de cine polaco. Es un devorador insaciable del cine de los demás.

Por si fuera poco, es adicto a participar en las listas de las mejores películas de la historia como las que elaboran 'The Criterion Collection' y 'Sight and Sound'. Acostumbra a citar estas: 'El gatopardo', 'El desprecio', 'Ocho y medio', 'La aventura', 'Cenizas y diamantes', 'Cuentos de la luna pálida de agosto', 'El río', 'Las zapatillas rojas', 'Centauros del desierto' y '2001: Una odisea del espacio'. Muy buen gusto.