PERFIL

John Legend ya es leyenda

El músico ha entrado, a los 39 años, en el selecto club EGOT, artístas con premios Emmy, Grammy, Oscar y Tony. Es la última conquista de un talento comprometido no solo con la música, sino con buscar la justicia social

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Idoya Noain

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Cuando los amigos empezaron a llamarle “leyenda” por su sonido del soul de vieja escuela John Stephens cambió su nombre. “Fue arriesgado y sabía que la gente diría: más le vale ser bueno si se va a llamar a sí mismo John Legend”, recordaba hace años en ‘The New York Times’. “Me dije: déjame hacer la mejor música que pueda y quizá, cuando mi carrera acabe, habré hecho honor al nombre”.

A los 39 años, esa carrera está lejos de haber acabado pero los honores ya están ahí. El fin de semana pasado, con un premio Emmy por su papel de productor en el musical televisivo ‘Jesucristo Superstar’, John Legend entró en el selecto club EGOT, los artistas que han recibido Emmy, Grammy, Oscar y Tony. Son solo 15 en el grupo y Legend es el primer hombre negro después de que Whoopi Goldberg marcara primero el hito racial.

Legend también es el segundo artista más joven y el segundo que más rápido ha hecho el póker. Porque solo hace 12 años que consiguió los tres primeros Grammys de los 10 que acumula, incluyendo el de mejor nuevo artista. En 2015 sumó la estatuilla de Hollywood por ‘Glory’, la canción que compuso con Common para ‘Selma’ y el año pasado llegó el premio de las tablas por su ‘revival’ de ‘Jitney’, la obra de August Wilson.

Activista

Legend está dejando su huella más allá de la música, comprometido personal y económicamente en la lucha por el acceso a la educación de calidad y en expandir la conciencia, y actuar, sobre los problemas que representa en EEUU la encarcelación masiva, que afecta especialmente a los negros. Y su trabajo artístico, político y activista (también lucha porque se respeten los derechos de los inmigrantes) se cimenta sobre una vida de pasión.

Nacido en Springfield (Ohio) el 28 de diciembre de 1978, hijo del trabajador de una fábrica y de una modista, se puso al piano por primera vez a los cuatro años. Luego empezó a actuar en la iglesia pentecostal. Educado en casa, entró en el instituto a los 12 años y lo acabó a los 16. Fue rey de su promoción y presidente del grupo de representación de los estudiantes.

Tras estudiar 
filología inglesa
y literatura 
afroamericana, 
su vida dio un 
giro al conocer 
a Kanye West

Luego llegó la Universidad de Pensilvania, donde estudió filología inglesa y literatura afroamericana y se graduó magna cum laude en 1999. Y aunque siguió el camino que se suponía para  un graduado, y acabó en un trabajo de asesoría en una reputada firma internacional, Boston Consulting Group, en 2014 recordaba en un discurso en su alma mater: “No me podía quitar de encima la pasión por la música”. “Es más 'cool' ser distante y apático pero el desapego ‘cool’ solo te lleva hasta un punto. La pasión te lleva mucho más lejos, te hace mejor emprendedor, mejor líder, mejor filántropo, mejor amigo y mejor amante”.

Durante la carrera y después ya había compaginando obligaciones con actuaciones en clubs de Nueva York y Filadelfia (“Necesitaba el dinero”, ha recordado luego. “Vivía en Nueva York y tenía que pagar el alquiler"). Su talento le había llevado a colaborar con artistas como Lauryn Hill, Jay-Z o Alicia Keys. Pero fue en el 2001, cuando su antiguo compañero de habitación en la universidad le presentó a su primo, entonces un productor musical en Chicago en ascenso, cuando todo cambió.

Ese productor era Kanye West. Y Legend, que había sido rechazado por las principales discográficas, fue el primer fichaje de su sello. West tuvo mucho que ver con que Legend consiguiera finalmente un contrato importante en 2004 y, tras dos discos autoeditados, en diciembre de ese año vio la luz ‘Get Lifted', que vendió tres millones de copias y por primera vez le coronó en los Grammy.

Controlar la narrativa

Todo ha sido ascenso desde entonces. En lo personal, conoció en 2007 rodando un vídeo a la modelo Chrissy Teigen, que se convertiría en su esposa en 2013 y con quien ha tenido dos hijos, Luna Simone, hace dos años, y el pasado mayo Miles. Hiperactivos en redes sociales, una estrategia meditada con la que controlan la narrativa y su imagen pública, se han vuelto también parte de la resistencia visible a Donald Trump.

Legend siente esa resistencia a un presidente, que califica de “una vergüenza para el país”, casi como una obligación. “No siento que es ajeno a mí escribir una canción de amor. No siento ajeno a mí expresar cómo me siento políticamente”, ha dicho. “Somos guardianes de la verdad, es nuestro trabajo como artistas”, ha declarado también. “Es mucho más fácil ser honrado con cómo me siento que tratar de edulcorar las cosas y hacer a todo el mundo sentirse cómodo”.

Legend, a quien solo le molesta que musicalmente se le vea como blando, o exclusivamente romántico, no solo quiere cambiar la música contemporánea, sino también el mundo. De ahí su implicación en importantes cuestiones sociales, desde la pobreza hasta el racismo. “Tenemos el micrófono, tenemos influencia, tenemos seguidores, tenemos gente prestando atención a lo que decimos. Así que tenemos poder de ayudar a moldear la conversación”, dice. “Yo soy afortunado pero tengo familiares que han estado encarcelados, gente muy cercana que lleva años en prisión", explica también. "Nunca me olvido de quién soy y de dónde vengo. Porque estoy en posición de privilegio ahora, he decicido asegurarme de que no soy el único que triunfa”.

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