LA ENTREVISTA

Candela Serrat: "Hay demasiados incendios como para añadir leña"

La hija menor de Joan Manuel Serrat estrena la versión de 'Incendios' de Mario Gas en el Teatre Goya extremando la prudencia sobre la cuestión catalana

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zentauroepp40574690 madrid 17 10 2017 mas periodico candela serrat actriz f171020125620 / José Luis Roca

Núria Navarro

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Ser hija de un mito en vida –y estar centrada, cabe añadir– tiene su grado de dificultad. Más aún si ese mito fue voz del antifranquismo y hoy recibe palos de cierto independentismo –en Twitter: "nazi en el Mediterráneo", "botifler", "ets la vergonya de Catalunya"–, y los unionistas intentan utilizar uno de sus himnos como banda sonora de una manifestación. Pero Candela, la menor de los tres hijos de Joan Manuel Serrat, se guarda los aspavientos y rectifica el rumbo de la conversación hacia su norte: el teatro.

¿Indignada? Triste. Pero preferiría no hablar sobre el asunto.

¿Ni una palabra? Estoy de acuerdo con lo que dijo mi padre en Chile. Me quedo con eso, más que con los efectos que ha causado. La mayoría de esos efectos se han producido porque no han escuchado bien lo que dijo. Su declaración era muy clara y se quedaron con una porción. Me habría gustado que se respetara su declaración.

"Estoy de acuerdo con lo que dijo mi padre en Chile. Me quedo con eso más que con los efectos que ha causado"

¿Cuál es su patria? Yo soy de Gràcia, del Poble Sec, de Barcelona, de Madrid, de Londres, de Menorca. Cada lugar forma parte de mí.

Bien, pero, ¿dónde se refugia en caso de fragilidad? En cualquier parte en la que estén mi familia y mi pareja. Mi patria es la gente a la que amo.

¿Qué tal anda de conciencia? Lo que uno ve en casa, marca. Pero no me he sentido arrastrada a seguir su estela. Me han enseñado a pensar y he tenido la libertad para formar mis opiniones y tomar mis decisiones. Y siento que, como figura pública, aunque en mucho menor grado que mi padre, tengo una responsabilidad. Si tienes el poder de que la gente te escuche, debes aprovecharlo para algo útil.

¿Aproveche para decir la suya sobre el 'problema catalán'? Estamos en un momento tan alterado que es difícil dar una opinión. Hay que hilar muy fino, manejar bien el conocimiento. Estoy al tanto de todo lo que pasa, pero no creo que mi opinión ayude en nada. Hay demasiados incendios como para añadir leña.

En el terreno del deseo, ¿qué querría que pasara? Que la gente escuchara al otro, que se estableciera una elemental comunicación. ¿Es eso mucho pedir?

Parece que sí. Llámeme ilusa, pero creo que saldremos de esta.

Esperemos que sí. ¿Ante qué cosa no calla? La injusticia es lo que me pone más nerviosa.   

Vive en Madrid. ¿Alguna injusticia por ser quién es? Donde vivo desde hace años, por Malasaña, no siento presión. No me increpan ni me asedian. Posiblemente sea porque tampoco soy activa sobre el tema en las redes sociales. Sí me hacen preguntas y en la manifestación por el diálogo oí distintos puntos de vista.

"En casa nos inculcaron que, como decían los Monty Python, somos un puntito en el universo"

Aparte de hija de Joan Manuel Serrat, ¿qué más hay que saber? Soy una actriz nacida en Barcelona, criada en diferentes lugares del mundo, que no para de trabajar en proyectos que cada vez me hacen más ilusión.

Aséptica definición. En su perfil de redes pone: ‘catadora de palomitas’. Ah, esa es mi esencia. Como lo es ser fan de la serie 'Doctor Who'. He sido muy punky y ahora más bien soy friki. 

Eso suena más estimulante. He tenido la suerte de crecer en una gran variedad cultural, de ir investigando, descubrir otros lugares, otras gentes, otras lenguas. En casa de mis padres siempre vimos mucho cine y oímos mucha música de todas partes.

Una formación multiculti. Y nos inculcaron que, como decían los Monty Python, somos un puntito en el universo.

¿A su madre, Candela Tiffón, qué le debe? Así, de repente, diría que TODO. Pero no sería justo porque tanto ella como mi padre se implicaron en nuestra educación. Ella es la fortaleza. En muchos momentos ha hecho varios papeles: madre, padre, hija. Ha cuidado a muchas personas. Y nos ha empujado a no instalarnos. A ver mundo. A investigar quiénes somos.

¿Le gustaría tener una pareja como su padre? ¿Qué quiere decir?

Alguien en permanente gira y ovación. Aunque haya detalles que no han hecho fáciles las cosas, la vida junto a él ha sido y es maravillosa. Mi madre ha tenido una pareja que le ha hecho muy feliz y nosotras, un padre fantástico. Ojalá tuviera esa suerte.

Marina San José [hija de Ana Belén y Víctor Manuel], Carmela Martínez [hija de Joaquín Sabina] y usted se dedican al cine y al teatro. ¿Hicieron un pacto o algo así? ¡Es que somos muy buenas amigas! Nos conocemos desde pequeñas.

"De vez en cuando veo motivos para la esperanza. Como esas actrices valientes que denuncian los abusos de Harvey Weinstein"

¿Hacían obritas juntas? No. Pero Marina empezó a estudiar antes que yo y tiene que ver con las ganas que me entraron de investigar en este mundo. Aunque, honestamente, lo mío no fue un amor a la profesión. Me enamoré de Shakespeare y quería estudiar Shakespeare. Fui a Londres, donde mejor podían explicarme al autor. Ser actriz es algo que se fue definiendo poco a poco.  

Su padre transitó una época espinosa. ¿Qué tal la suya? Es una época con cambio climático, de ascenso de la ultraderecha, de desplazamiento de refugiados... Pero de vez en cuando veo motivos para la esperanza.

Dígame uno. Por ejemplo, esas actrices valientes que han salido a denunciar los abusos de Harvey Weinstein. 

¿Aquí ocurre lo que en Hollywood? Ni yo ni mis compañeras lo hemos sufrido, gracias a Dios. Pero sabemos que existe –te llegan muchas cosas a las orejas– y es importante denunciarlo y erradicarlo.

¿El feminismo está entre sus causas? Las categorías como 'feminismo', 'identidad', 'libertad' tienen muchos matices. 

Le cuesta definirse, noto. Aunque no lo crea, me gustaría ser algo menos impulsiva. Hace un tiempo tomé la decisión de no hablar sin el conocimiento suficiente, y a veces sigo sin conseguirlo.

¿De qué habla sin dudar? De cine y de teatro.

Pues al teatro vamos. ¿Hay alguna frase de ‘Incendios’ que le parezca certera? Una que dice Núria Espert –compartir escenario con ella es un sueño hecho realidad– al final de la función: "Donde hay amor no puede haber odio". Me gustaría que nos definiera. Es momento de reposar, escuchar mucho, pensar.

Tiene 30 años. Edad de andar muy suelta. Creo que no he estado en ninguna etapa de mi vida he sido tan prudente como ahora.

Pues la vemos en el cuché. ¿A mí?

Con su novio, Daniel Muriel. Llevamos una vida de lo más discreta.

"No promociono mi vida privada, pero tampoco pienso quedarme encerrada en casa"

En 'Harper’s Bazaar' brillan en un 'front row'. Estábamos sentados en el desfile de Ailanto [los gemelos Iñaki y Aitor Muñoz], que son amigos, en la Fashion Week Madrid. En ningún momento pasamos por el 'photocall' ni posamos para las cámaras. 

¿No tiene un ladito frívolo? Hace años que intento no participar en el mundo del corazón. De hecho creo que no he formado parte nunca.

¿Algún paparazi a las puertas de su casa? ¡Qué va! En lo personal no soy un tema muy interesante.

Bueno, no vive con un anónimo tornero fresador, sino con una estrella de 'La que se avecina'. Una se enamora de quien se enamora. Yo no promociono mi vida privada, pero tampoco pienso quedarme encerrada en casa. Eso está claro.