Emily Nussbaum

La gurú de la tele

Los Pulitzer han reconocido esta semana a la crítica de televisión de 'The New Yorker', una máster en poesía que, conforme la 'caja boba' se hacía lista y entraba en su nueva edad de oro, ha elevado el género.

CRONISTA DE CULTO. Emily Nussbaum, crítica de televisión del Everest periodístico que es la revista 'The New Yorker'.

CRONISTA DE CULTO. Emily Nussbaum, crítica de televisión del Everest periodístico que es la revista 'The New Yorker'.

POR IDOYA NOAIN

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Hace años que la tele dejo de ser caja y, gracias a la libertad de los nuevos continentes y a la calidad del nuevo contenido, dejó también de ser boba. Como ha escrito David Remnick, el director de la revista 'The New Yorker', en las dos últimas décadas se ha convertido en "el producto cultural dominante de nuestra era: nos alcanza en cualquier lugar y ha reemplazado a películas y libros como la cosa de la que hablamos con amigos, familia y colegas". Y Emily Nussbaum, la crítica de televisión de su revista desde el 2011, es de las personas que ha ayudado a que ese diálogo suba de nivel.

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Esta semana los premios Pulitzer reconocían el trabajo de la cronista de 50 años, argumentando su elección en críticas de televisión "escritas con un afecto que nunca mitiga la perspicacia de su análisis o la cómoda autoridad de su escritura". Y nadie ha puesto un pero al segundo premio consecutivo de los Pulitzer a una crítica de televisión tras el del año pasado a Mary McNamara, de 'Los Angeles Times'.

APLAUSOS

Muy al contrario, riadas de artículos aplauden el reconocimiento a una mujer que se atrevió a decir que 'Sexo en Nueva York' es tan importante como 'Los Soprano' al expandir de igual manera la idea de qué es posible en televisión. Y a Nussbaum le llueven halagos por su escritura "accesible pero inteligente", por "aproximarse a la televisión con un amor tan apasionado como cerebral, libre de condescendencia pero negándose a ser la animadora de una industria que a menudo se equivoca" o por realizar "un acto de equilibrio magnífico" en el que "toca las implicaciones políticas y sociales de series pero sin evitar nunca tomar las series en sus propios términos".

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OBSESIONES

A esta hija de un asesor de Bill Clinton lo que le obsesionaba mientras estudiaba en Oberlin y antes de sacar en la New York University un máster en poesía eran las revistas y ha dicho que "cuando era veinteañera pensaba que escribir crítica era un acto intrínsecamente mezquino y parasitario".

Pero empezó a revisar poesía y libros y a firmar colaboraciones en la revista académica 'Lingua Franca' (tras trabajar también en un refugio para mujeres y escribir 70 páginas de una novela). La web Television without Pity empezó a colgar sus análisis de su primera gran obsesión catódica: 'Buffy la cazavampiros'. Firmó en publicaciones como 'Nerve' piezas sobre sexualidad, psicología y cultura y, con lo que ha definido como "grandes dosis de suerte" (estar en el sitio y junto a la gente apropiada cuando la industria periodística aún no estaba en crisis), llamó la atención de editores en publicaciones como 'Slate' y escaló con ellos hasta cumbres como 'The New York Times',  la revista 'New York' y, finalmente, el Everest periodístico que es 'The New Yorker'.

Casada con el periodista de tecnología Clive Thompson y madre de dos hijos, Nussbaum ha entendido el impacto de internet y las redes sociales en la forma de ver, comentar y entender la televisión. Asegura no comprender del todo la parte empresarial y estar "siempre  equivocada sobre qué será un éxito comercial". Y se ha ganado su propio culto con sus análisis y su filosofía: "Si amas la televisión esperar que sea buena es una forma de alabanza".