SECRETOS DE FAMILIA

Dalí, Ruiz Mateos y otros padres desde el más allá

El artista y el empresario son los dos últimos muertos ricos y famosos cuyas paternidades han sido reclamadas. Para confirmar la del artista habrá que esperar; la del empresario ya es un hecho.

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RAMÓN DE ESPAÑA

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La figura del hijo secreto aparece en la historia con mucha más frecuencia que la del padre secreto. De hecho, el único caso que me viene a la mente de esta segunda opción es el del padre de Quentin Tarantino, que abandonó a su familia cuando el autor de 'Pulp fiction' era un niño y reapareció oportunamente cuando ese niño era ya un adulto rico y famoso: fue echado a patadas y no se ha vuelto a saber nada de él.

Por lo que respecta a la primera opción, hay un dato que se repite de manera sospechosa: el supuesto progenitor siempre es -o era- alguien con dinero. En ese sentido, los pelagatos podemos ir tranquilos por la vida, embarazando a quien nos apetezca, ya que nadie querrá reconocer que es el hijo de un insolvente al que no se le puede sacar nada. Recordemos, sin movernos de España, algunos casos recientes de supuestos padres por los que se interesan sus supuestos hijos ilegítimos: José María Ruiz Mateos (foto de la izquierda; sobre estas líneas, Adela Montes de Oca, su recientemente reconocida hija biológica), empresario chungo que llegó a amasar una gran fortuna, el banquero Juan March y el empresario Ernesto Koplowitz, el diestro Manuel Benítez, El Cordobés, o el bisabuelo de nuestro actual rey, Alfonso XIII, al que don Leandro de Borbón estuvo acosando toda su vida, aunque llevara décadas muerto, hasta su propio fallecimiento. Por no hablar del actor Ángel Picazo, que era clavado a Alfonso XIII y hasta llegó a interpretarlo en una película de Santos Alcocer, 'Las últimas horas' (1966), ejerciendo también de voz en 'off' en el documental 'Franco, ese hombre' (1964), de José Luis Sáenz de Heredia.

INTERCAMBIO DE MIRADAS

El último ricachón al que le ha salido un hijo ilegítimo -hija, en este caso- es Salvador Dalí. Se trata de Pilar Abel, una pitonisa y echadora de cartas nacida en Figueres en 1956, que lleva 10 años insistiendo en el tema y que, ¡por fin!, acaba de conseguir que un juez -jueza, en este caso- permita la exhumación del cadáver del artista para someterlo a una prueba de ADN. Teniendo en cuenta que Dalí murió en 1989, la señora Abel dispuso de 33 años para comentar el asunto con él, pero, según ella misma ha dicho, se limitó a intercambiar miradas cuando se cruzaba con el pintor por Figueres y a hacerle preguntas a su madre, que unos días le decía una cosa y otros días, otra. Siendo pitonisa, Pilar Abel puede ver el futuro, pero parece que no el pasado. De ahí que se haya sometido a varias pruebas de ADN -tres o cuatro, según las fuentes-, que salieron todas negativas, menos una que también, pero para la que se le exigió una uña del difunto que no pudo aportar por motivos obvios.

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En cualquier caso, la señora Abel lleva 10 años porfiando parar ser  reconocida como hija de Dalí, y ya ha dejado atrás a cuatro abogados, que se rindieron ante la dificultad del asunto. Ella insiste en que su madre conoció al artista cuando ejercía de niñera para familias pudientes de Barcelona que veraneaban en Cadaqués y que vivió un romance clandestino con el autor de El gran masturbador, aunque los cálculos del embarazo sitúan la fecha de la concepción el 1 de mayo de 1955, cuando ese año, Dalí llegó a Port Lligat 18 días después. Por otra parte, la sexualidad del pintor ha sido muy comentada -ahí está Ian Gibson como prueba fehaciente de ello- y parece que nunca mostró mucho interés por las mujeres. Rozó la homosexualidad con Lorca, pero le aterraba que éste le penetrara. Veía la vagina -probablemente dentata- como un orificio confuso, complicado y generador de todo tipo de enfermedades desagradables, mientras que al ano -nunca quedó claro si el femenino o el masculino- le veía todas las gracias, como él mismo se encargó de poner por escrito.

ORGÍAS EN PORT LLIGAT

Aunque sus orgías en la casa de Port Lligat fueron famosas, todas las informaciones al respecto coinciden en señalar que el hombre solo participaba en ellas como observador, limitándose a disfrutar de una gallarda en algún rincón en penumbra.

Con semejantes antecedentes -no es lo mismo declararse hija ilegítima de Salvador Dalí que de Porfirio Rubirosa-, la reclamación de la señora Abel no resulta muy verosímil, aunque también Ugo Tognazzi, en 'La jaula de las locas', había tenido un hijo en un momento de debilidad heterosexual.

Pilar Abel anda en pos de la legítima, que equivale a la cuarta parte de todo lo que Dalí legó al estado español. La inverosimilitud de la propuesta juega en su contra, pero tampoco era muy creíble que el bailarín Antonio preñara a la duquesa de Alba y al final resultó que (parece que) sí.