ENTREVISTA

Vanesa y Denia Martínez, de Carinsa: "Sin aromas, el mundo sería muy insípido"

Desde Sant Quirze del Vallès, Carinsa da gusto y olor al mundo. Esta empresa fundada en 1993 desarrolla, fabrica y comercializa aromas, ingredientes funcionales y aditivos para la alimentación humana y animal, y fragancias para perfumería y cosméta

Vanesa y Denia Martínez, de Carinsa.

Vanesa y Denia Martínez, de Carinsa. / periodico

S. Sabrià / J. M. Berengueras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Entrevista a Vanesa Martínez Denia Martínez, consejera delegada y vicepresidenta de Carinsa, respectivamente:

SALVADOR SABRIÀ: ¿Cómo llevan la gestión de una empresa química una licenciada en ADE y una en telecomunicaciones?

VANESA MARTÍNEZ: Carinsa es una empresa química por definición, pero nos dedicamos a la fabricación de aromas para alimentación tanto humana como animal y fragancias para cosmética y detergentes. Mi padre tenía la idea muy clara: nosotros debíamos ir a los clientes que eran los líderes locales de los países donde estábamos presentes y de cada sector. Este tipo de clientes requerían innovación (hacer la mejor mortadela, el mejor fuet), pero también saber cómo se hacían productos fuera, para poder exportar. Mi padre era químico, pero sobre todo era un gestionador. Nosotras hemos continuado con la idea y el plan que nuestro padre había diseñado, hemos continuado su legado. El trabajo más difícil fue al inicio, y nosotras hemos seguido con el proyecto y nos hemos  ido reinventando. 

S.S.: ¿Qué es lo que han hecho para ir adaptándose a las tendencias de los nuevos tiempos?

V. M.: Por ejemplo, cada año nos especializamos en un nuevo sector. Este año hemos entrado en la confitería, mientras que ya tenemos pastelería, sector lácteo, sopicaldos, perfumería... 

JOSEP M. BERENGUERAS:¿Cómo se logra esa especialización? 

V. M.: Ser especialista para nosotros es tener el mejor equipo humano y el mejor equipo técnico. Por ejemplo, en el sector cárnico, contratamos a especialistas que hayan trabajado en la industria, en el producto final. Es decir, técnicos que puedan hablar el mismo idioma con los técnicos de nuestros clientes. Eso nos ha ayudado a ser muy disruptivos y a tener muchas patentes de producto final: por ejemplo, tenemos patentado un embutido vegetal para sustituir la tripa del fuet; o un fuet sin lactosa y que protege de otras intolerancias; también una patente de un chicle dual (primero un sabor y luego otro). Todo esto lo podemos hacer porque estamos muy cerca de nuestros clientes.  

S. S.:¿Y todo ello, no lo pueden hacer los fabricantes directamente?

DENIA MARTÍNEZ: Hacer un fuet y sustituir su envoltorio es imposible sin una compañía de aromas, pues debes darle el mismo sabor que el original para que tenga éxito, y lo mismo pasa con otros productos. Nosotros trabajamos con el cliente final y, al ser especialistas, le ahorramos mucho trabajo .

V.M.:Nuestros clientes también trabajan en innovaciones de forma interna paralelamente, pero muchos necesitan de compañías especialistas como la nuestra para llegar al mismo sabor.

J. M. B.: ¿Cómo logran crear esas innovaciones para ofrecerlas después a los clientes finales?

V.M.: Tenemos varias plantas piloto donde creamos y aplicamos las soluciones. Tenemos una dedicada a industria cárnica, otra de jabón de tocador, de salsas, de lácteos, de bebidas, de pastelería industrial...

D. M.: En estas plantas podemos probar la solución en el producto final y ahorrar así mucho tiempo. Un ejemplo serían las pastillas de jabón, que se usan no solo para lavar las manos, sino también platos, ropa... En una gran planta se necesitarían producir 200 kilos del producto para ver y probar el resultado.Nosotros tenemos máquinas para producir solo tres kilos. Es decir, en una semana pueden encontrar la solución que, de otra forma, tardarían un año en conseguirla.

S. S.: ¿Qué diferencia hay entre los aromas y las fragancias?

V. M.: El aroma es todo eso que hueles y que además puedes comer. La fragancia, en cambio, no puedes comerla, solo es para olerla. Sin aromas, el mundo sería muy insípido, y por ejemplo nadie sería capaz de comerse una mortadela. Un aroma tiene entre 40 y 80 componentes, y una fragancia, entre 80 y 180. Nosotros trabajamos con unas 3.000 materias primas. A nuestros clientes no les interesa o no pueden comprar todos esos componentes, por eso prefieren trabajar con empresas como nosotros. Además, creamos Paymsa, que les ofrece soluciones integrales para que, a partir de sus ingredientes, solo tengan  que poner su marca al producto final.

J. M. B.: ¿Qué ventajas creen que tienen respecto de la competencia?

V. M.: Además de la especialización, trabajamos muy de cerca con nuestros clientes y les hacemos transferencia tecnológica, cosa que valoran mucho. Somos muy flexibles, nos movemos muy rápido, y eso nos permite innovar y dar respuesta a problemas muy deprisa, porque además trabajamos muy de cerca con los centros tecnológicos. 

S. S.: ¿Por ejemplo?

D. M.: Hemos ganado un proyecto europeo sobre capsulación tras 10 años de estudio, con una subvención de 1,6 millones. El consumidor busca una prenda que mantenga el perfume con que la has lavado durante dos, cinco, siete días. Incluso puede llegar a durar 30 días. La solución con que hemos dado es que pones a la fragancia una especie de capas, como si fuese una cebolla, y a medida que tu la friccionas se libera el perfume (son técnicas de medicamentos). A diferencia de la competencia, la nuestra es biodegradable, sostenible y tiene la peculiaridad de que nuestra cápsula no deja partículas secas que perjudiquen al medioambiente y, además, se logra un ahorro de alrededor del 15% en el lavado.

J. M.B.: ¿Qué proyectos tienen a nivel internacional?

V. M.: Vendemos a 52 países, por lo que tenemos una visión global y podemos avanzarnos a las tendencias. Ser internacionales nos beneficia en el sentido de que cuando un mercado no va del todo bien, otros crecen. Nos ha pasado con Venezuela, Argentina o en Argelia, donde estamos creciendo y vamos a abrir una fábrica que nos dará ventaja porque el país ha aprobado leyes proteccionistas. La planta estará hecha a finales de año y la inversión será de entre 600.000 y un millón de euros. En Suramérica también queremos ampliar presencia y estudiamos abrir una filial (fabril) en Colombia o Perú. En Colombia hay más clientes, pero también más competencia. Perú está creciendo mucho.

D.M.: A medio plazo queremos ampliar la presencia en Asia, es la asignatura pendiente. Ya vendemos a Tailandia, Indonesia... Pero es un mercado a explorar y pretendemos hacerlo en el 2020.

J.M. B.: ¿En cuántos proyectos trabajan en la actualidad?

V.M.: Cada división tiene unos 100 proyectos activos del día a día. Al mismo tiempo, en el medio/largo plazo, trabajamos en unos 20 proyectos de alimentación y 15 de perfumería. La innovación puede venir de una idea interna, de una necesidad del cliente o de un proyecto conjunto.En este último campo estaría el proyecto para atrapar el mal olor de un producto, o de introducir el olor corporativo en el gas que contiene un envase.

S.S.: ¿Cómo de importante puede ser el envase?  

D. M.: El envase tiene mucho que ver con la fragancia. Muchos fabricantes nos los envían porque tenemos una planta donde podemos simular qué le pasa al envase y al contenido en condiciones extremas.

S .S.: ¿Ser mujeres les ha dificultado el trabajo en algún momento? 

D.M.: Cuando uno tiene un buen producto, un buen servicio, la gente es práctica. Pero sí que es cierto que en algunos países árabes, sobre todo antes, pasaban algunas cosas como que a las mujeres se las escuchaba menos. En Marruecos o Argelia no tenemos ningún problema, mientras que no podemos ir a Arabia Saudí . A veces tenemos la sensación de que incluso aquí nuestra voz no se escucha tanto por ser mujer. 

J.M. B.:Tienen en proyecto construir una nueva gran fábrica.

V. M.:Carinsa ha ido creciendo en naves pequeñas y ha llegado el momento en que necesitamos una nueva fábrica. Invertiremos 12 millones de euros, en septiembre buscaremos los terrenos con la idea de tenerla construida en el 2020. El plan era iniciarla el año pasado, pero por el clima político optamos por aplazar el proyecto hasta que todo se calmase. Muchos clientes estaban preocupados, sobre todo los del norte deEuropa, y a muchos les invitamos a venir a Barcelona para que viesen que aquí no pasaba nada. Somos de Barcelona, queremos a Barcelona y el nombre de Barcelona sigue siendo muy importante.

Empresa familiar con visión internacional

Carinsa fue fundada por Alberto Martínez, ingeniero químico de formación, en el año 1993. Dedicada a la fabricación de aromas y fragancias, su fundador tuvo muy claro que su mercado era el mundo, y ya en 1994 vendía al exterior. Sus hijas son las que pilotan ahora la firma.