Los 33 voluntarios catalanes del Estado Islámico

La proclamación, en junio del 2014, del califato del Estado Islámico (EI) desencadenó un movimiento internacional de reclutamiento de voluntarios nunca visto.

Aunque la invasión soviética de Afganistán y la estadounidense de Irak generaron en su momento importantes llegadas de voluntarios, el flujo de hombres, mujeres y hasta familias enteras alcanzó cotas inauditas. Y España, aunque en menor medida que otros países de Europa, no escapó a la tendencia.

Barcelona acentuó el año pasado la protección de sus iconos y grandes eventos ante la amenaza yihadista

LAS CIFRAS

Según las últimas cifras de las que dispone el ministerio español del Interior, 33 residentes en Catalunya se han desplazado hasta el autoproclamado califato. De ellos, al menos seis han muerto en combate.

Esos 33 yihadistas salidos de Catalunya suponen casi un 18% de los 186 que desde España se han desplazado al territorio controlado por el EI en Siria e Irak. Nueve de ellos han intentado regresar y, tras ser detenidos a su llegada, han ingresado en prisión.

Esos 186 yihadistas pueden no ser los únicos. Estos son aquellos cuya presencia allí ha sido comprobada, ya sea por denuncias de sus propios familiares o por investigaciones policiales. No obstante, no se descarta que sean más.

LOS OTROS PAÍSES

Desde la proclamación del califato hasta la actualidad, al menos 36.500 voluntarios originarios de un centenar de países se han unido al EI. De ellos, 6.900 procedían de países occidentales. Francia, con casi 2.000 voluntarios en Siria, es el país más afectado. Desde Alemania ha salido más de 800. Las autoridades británicas han informado de que unos 500 de sus ciudadanos se han unido al EI.

No obstante, el país porcentualmente más afectado es Bélgica, que pese a tener mucha menos población que Francia o Alemania, es el origen de cerca de 400 voluntarios. De ellos, una tercera parte proceden del barrio bruselense de Molenbeek, de donde salen los principales autores de los atentados de París y Bruselas.

LA FILTRACIÓN

En enero de este año, un desertor filtró las fichas que el EI había tomado de cerca de 3.600 yihadistas llegados del extranjero entre el 2013 y el 2014. El analista estadounidense Nate Rosenblatt, quien obtuvo esa lista, realizó un estudio de todos esos perfiles, ya que las fichas elaboradas por los responsables de reclutamiento del EI incluían información muy detallada de cada uno.

El perfil medio que resulta es el de un joven de unos 27 años. El 55% son solteros, y el 23%, casados con hijos. Solo un 5% decía ser analfabeto, mientras que el 15% tenía educación básica; y el 32%, media; un 10% había empezado estudios universitarios y un 13% los había terminado. El 55% reconocía tener conocimientos religiosos básicos y el 82% aseguraba no tener ninguna experiencia yihadista previa.

En esos ficheros había reseñas de 11 personas procedentes de España, de las que tres venían de Catalunya. Cinco de los 11 disponían de la nacionalidad española. El resto eran originarios de Marruecos.

Los responsables del reclutamiento del EI preguntaban a los voluntarios cuáles eran sus intenciones, si querían realizar acciones suicidas o combatir. De los 11 españoles, al menos cuatro participaron en acciones de martirio.