Un vídeo muestra lo que se temía: el Estado Islámico ya usa drones para lanzar explosivos

ANTONIO BAQUERO / BARCELONA

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Hacía meses que las fuerzas iraquís venían avisando de que el Estado Islámico disponía de una nueva ama: drones manipulados para lanzar explosivos desde el aire. Este lunes, los propios yihadistas han difundido un vídeo en que, por primera vez, muestran cómo una de esas aeronaves no tripuladas lanza desde el aire un explosivo sobre un grupo de soldados iraquís en Mosul. En la grabación se ve a un grupo de personas y cómo cae sobre ellas un objeto blanco que, al tocar el suelo, estalla. La difusión del vídeo se interpreta como la certificación, en forma de propaganda, de que el Estado Islámico ya domina esa nueva arma de guerra.

La primera vez que se tuvo noticia de un bombardeo desde un drone yihadista fue a principios de diciembre, cuando una bomba lanzada desde uno de esos aparatos produjo heridas a ocho personas en un mercado de Mosul. El 7 de enero, unos peshmergas (combatientes kurdos) derribaron un drone que había lanzado varios explosivos (véalo en este vídeo).

"Están usando drones equipados con explosivos para hostigar a las tropas iraquís", ha explicado Damien Spleeters, que señala que esos drones permiten al EI atacar a sus enemigos más allá del campo de batalla. "Puede atacarlos en sus bases y así ganar atención expandiendo el terror de un modo innovador".

Antes de emplearlos para lanzar explosivos, el EI ya empleó drones en Siria para grabar desde el aire vídeos propagandísticos así como para espiar las bases enemigas. De hecho, ya en el 2014, los yihadistas difundieron un vídeo de una base militar momentos antes de lanzar una serie de ataques suicidas. También, según fuentes militares de EEUU, los yihadistas han empleado drones en Mosul para saber dónde caen sus obuses y ayudar a sus artilleros a ajustar los disparos. A principios de mes, el Mando Central de EEUU ya avisó de que "en los últimos dos meses, cada día se ha visto un drone (del EI) sobrevolando las afueras de Mosul". En ese tiempo, las tropas iraquís lograron derribar varios drones de reconocimiento del EI, uno de los cuales parecía estar equipado para dejar caer explosivos.

No obstante, el uso de drones con explosivos supone un nuevo paso más. Sobre todo porque los yihadistas están logrando dotarse de una fuerza a aérea no tripulada y con capacidad mortífera a partir de drones domésticos. Así, mientras que los drones militares convencionales cuestan unos 80.000 euros, los drones que emplea el EI pueden adquirirse por menos de 1.000. Además, el Estado Islámico intenta dotarse de drones con más radio de acción. De hecho, en un taller en Ramadi, se localizó  un dron a medio hacer. En ese taller, se encontró desmontado un misil soviético tierra-aire Strela. Los investigadores sospechan que la intención era colocar la ojiva en el drone. 

El Ejército estadounidense se toma en serio la nueva amenaza y en su nuevo manual militar ya recomienda que al menos un soldado de cada patrulla esté siempre pendiente de un posible ataque con drones. Un problema añadido es que los sensores de los misiles no detectan los drones y que las bengalas que se lanzan desde los helicópteros para desviar los proyectiles no les afectan. Además, por su pequeño tamaño, son difíciles de detectar desde un helicóptero.