CRISIS EN LA ULTRADERECHA FRANCESA

El número dos de Le Pen deja el Frente Nacional

La salida de Florian Philippot, artífice de la estrategia de normalización de la formación ultra, agrava la crisis del partido

Marine Le Pen, líder del Frente Nacional, y su número dos, Florian Philippot, obligado a abandonar el partido.

Marine Le Pen, líder del Frente Nacional, y su número dos, Florian Philippot, obligado a abandonar el partido. / periodico

Eva Cantón / París

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La refundación del Frente Nacional se hará en medio de una grave crisis. Florian Philippot, vicepresidente del partido y mano derecha de Marine Le Pen durante los últimos seis años, ha anunciado este jueves su dimisión.  

Le Pen le había dado a Philippot un ultimátum para que renunciara a la presidencia de Los Patriotas, una asociación política que, además de hacerle competencia, no veía compatible con el ejercicio de la vicepresidencia del FN. La negativa de su número dos llevó a Le Pen a vaciar de contenido su puesto en el partido y Philippot tardó solo unas horas en dar el portazo.

“Me han dicho que era vicepresidente de nada. No me gusta hacer el ridículo, nunca me ha gustado no hacer nada, así que por supuesto que dejo el FN”, anunciaba en France 2.

La ruptura se ha escenificado ahora pero comenzó a gestarse tras el fracaso electoral de las presidenciales de mayo. El FN logró pasar a la segunda vuelta y alcanzar un resultado histórico (10,6 millones de votos) pero se quedó lejos de su objetivo a pesar de los vientos populistas que soplaban a su favor. 

Responsable del fracaso

Desde entonces eran cada vez más las voces que pedían la cabeza de Philippot. Alto funcionario, 'enarca' (formado en la elitista ENA) y auténtico cerebro de la formación desde que entró en su organigrama en el 2011, Philippot fue el artífice de la estrategia de ‘desdiabolización’ para dar un barniz de respetabilidad al partido racista, xenófobo y antisemita fundado por Jean Marie Le Pen en 1972.

Pero la llamada ‘línea Philippot' –soberanista, escorado hacia los aspectos económicos y sociales y partidario de la salida del euro– fue considerada responsable del fracaso. Al mismo tiempo el liderazgo de Marine Le Pen se tambaleó.

Con la marcha de su vicepresidente, la líder ultraderechista inicia un giro para recuperar el ADN del partido. Avala también a la corriente más conservadora, cuyo objetivo es recuperar la identidad francesa, que considera amenazada por la inmigración y el yihadismo. Es la que encarna la nieta del fundador, Marion Maréchal Le Pen, apartada temporalmente de la vida pública y opositora feroz, al igual que su abuelo, de Philippot. El anuncio de su marcha ha desencadenado una ola de dimisiones y augura un verdadero ajuste de cuentas en el seno del partido.