RADIOGRAFÍA DEL FACTOR CENTRAL DE LA CRISIS HELENA

Una deuda impagable

ELISEO OLIVERAS / BARCELONA

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La deuda pública griega ha alcanzado un nivel en el que se ha convertido en impagable, a pesar de que la troika --Comisión Europea, Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)-- haya intentado seguir actuando en  los últimos meses bajo el autoengaño de la fórmula de «extender y pretender», como han criticado multitud de economistas, como los profesores Lucrezia Reichlin, Elias Papaioannou y Richard Portes, de la London School of Economics. Extender la financiación para que Grecia continuara pagando los intereses y las amortizaciones previstas y pretender que el país sería capaz un día de devolver la totalidad de lo prestado.

La deuda pública griega ascendía al concluir el 2014 a más de 317.000 millones, el 177,1% del producto interior bruto (PIB), según Eurostat. Las exigencias incluidas en la última propuesta de la troika antes de la ruptura de negociaciones solo contribuían a retrasar la suspensión de pagos de Grecia y a agravar aún más el problema, según los cálculos del economista Martin Sandbu, en el 'Financial Times', un diario al que no se puede acusar de izquierdoso.

Sandbu estima que los ajustes presupuestarios exigidos provocarían a corto plazo una contracción adicional del PIB griego de hasta el 5% y que, como consecuencia de ello, el ratio de la deuda respecto al PIB aumentaría en otros 9 puntos porcentuales.

Alcanzar el objetivo del superávit primario (diferencia entre la recaudación menos los gastos, sin incluir los costes financieros de la deuda) del 3,5% del PIB en el 2018, según los cálculos de Sandbu, implicaría un ajuste presupuestario del 8,3% debido a los efectos multiplicadores negativos de esos ajustes, que podrían llegar a contraer el PIB hasta el 12,5% y hacer subir el ratio de la deuda en otros 22,5 puntos del PIB.

Antes del rescate, la deuda pública griega era inferior a la actual y tenía un peso muchísimo más bajo en el PIB: 301.000 millones y el 126,8% del PIB al concluir el 2009, según Eurostat.

PLANTEAMIENTOS ERRÓNEOS

¿Cómo es posible que el rescate solo haya servido para agravar la situación de la economía y la población griega? La gran mayoría de los economistas, salvo los vinculados a la troika, coinciden en que el rescate y las contrapartidas impuestas se basaron en planteamientos erróneos e irreales. Los ajustes redujeron el PIB griego el 25% y agravaron el peso de la deuda. Los ajustes provocaron la caída de la inversión del 65%, el aumento del paro del 25%, la reducción de los salarios reales del 17,2%, el recorte de las pensiones del 40% y el aumento de la pobreza al 33,7% de la población adulta. Todo ello obstaculiza la reactivación económica y la reducción de la deuda.

El 90% de los fondos prestados a Grecia durante el rescate han servido para pagar a los acreedores, sin beneficiar a la economía. La mayoría de los fondos del primer rescate de 110.000 millones se utilizaron para mantener viva la deuda y permitir que los bancos europeos pudieran desprenderse de sus bonos griegos sin graves pérdidas, así como para recapitalizar los bancos griegos (grandes compradores de deuda helena) y evitar de nuevo que los bancos europeos que les habían prestado grandes sumas sufrieran pérdidas.

Los 130.000 millones del segundo rescate se destinaron principalmente a recapitalizar la banca griega y a financiar las compensaciones de la quita de la deuda a los inversores privados extranjeros.

La deuda pública griega, que antes estaba en manos privadas, ahora está básicamente en manos de los estados de la eurozona, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, el BCE y el FMI. Los bonos, que representaban el 91,1% de la deuda griega en el 2009, ahora solo suman el 20,6% del total.