La tensión entre Kiev y Moscú

Ucrania advierte de que no acepta el referendo de secesión de Crimea

Manifestantes prorrusos en Simferopol, ayer.

Manifestantes prorrusos en Simferopol, ayer.

LEV GANIN
MOSCÚ

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El enfrentamiento entre Rusia y Ucrania por Crimea se encona. El Parlamento ruso dejó claro ayer que si los habitantes de Crimea votan el próximo 16 de marzo a favor de que esa península, en el sur de Ucrania, sea parte de la Federación Rusa, no habrá problema alguno para que Moscú apruebe la integración.

En sentido contrario, el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, calificó el referendo de decisión «ilegal e ilegítima» y advirtió de que la Rada Suprema (Parlamento) procederá a disolver el Parlamento de Crimea. Anoche, fuerzas prorrusas irrumpieron con un camión en una base de la Fuerza Aérea ucraniana en Sebastopol, pero no la llegaron a tomar.

«Vamos a respetar la elección histórica de la población de Crimea y apoyar la libre elección de la población de Crimea y Sebastopol», aseguró el presidente de la Duma (Cámara baja), Seguei Narishkin, en un encuentro con los líderes del Parlamento de Crimea celebrado en Moscú, según la agencia rusa RIA Novosti. «Si el pueblo de Crimea toma la decisión de unirse a Rusia, nosotros, como Cámara alta, por supuesto, apoyaremos tal decisión», confirmó Valentina Matvienko, presidenta del Senado ruso, al presidente del Parlamento de Crimea, Vladímir Konstantinov.

El Parlamento de la república autónoma aprobó el jueves en una sesión extraordinaria la integración a la Federación Rusa y adelantó el referendo al próximo 16 de este mes. También se celebrará la consulta en la ciudad de Sebastopol, la principal base de la Marina de guerra rusa en el mar Negro, que no es parte de Crimea y está subordinada directamente a Kiev.

Crimea tiene una población de cerca de dos millones de habitantes, de los que el 60 % son rusos; el 26%, ucranianos, y el 12%, tártaros, que son los únicos que estarían en contra de que la península se convierta en una parte de Rusia y que han empezado a huir hacia Lviv (en el oeste de Ucrania). Por ello, los dirigentes prorrusos de la autonomía dan por hecho que habrá suficientes votos a favor de la integración con Moscú y solo necesitan un «sí, quiero» del Parlamento ruso.

BAJO PRESIÓN / Pero Kiev no va a renunciar a Crimea tan fácilmente. Las nuevas autoridades ucranianas sostienen que la decisión de integrarse a Rusia fue tomada por las autoridades autonómicas bajo presión de las tropas rusas. El Servicio de Guardafronteras de Ucrania afirmó ayer  que el Kremlin ha desplegado 30.000 militares en la península. Las autoridades de la autonomía han declarado repetidamente de que más de 10.000 militares ucranianos juraron lealtad al «pueblo de Crimea».

Anoche, la confusión reinaba en torno a la situación en una base de la Fuerza Aérea en Sebastopol, que fuerzas rusas trataban de arrebatar a las ucranianas. Según algunas fuentes periodísticas, los asaltantes forzaron la puerta con un camión e irrumpieron en las instalaciones sin disparar un tiro. Al parecer, se desarrollaron negociaciones entre las dos partes. Varios medios informaban luego en su webs de la retirada de las fuerzas prorrusas.

El primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, ofreció a Moscú edificar un nuevo tipo de relaciones a condición de que Moscú saque las tropas de Crimea y respete los acuerdos bilaterales, pero advirtió de que su país «no será filial de Rusia». «En cualquier caso debemos ser socios de Rusia (...) Pero nunca vamos a ser subordinados de Rusia, ni su filial en territorio de Ucrania, y es algo que deben entender los mandatarios rusos», dijo Yatseniuk en una rueda de prensa.

LA AMENAZA DEL GAS / Mientras, el presidente del gigante de gas ruso,

Gazprom, Alexei Miller, amenazó ayer a las autoridades ucranianas con «cerrar el grifo» por el impago de la creciente deuda acumulada desde el 2013, que asciende a 1.362 millones de euros. «Hoy, 7 de marzo, era la fecha límite para que Ucrania pagara el gas de febrero. Esto significa, en términos objetivos, que Ucrania ha dejado de pagar el gas, lo que contraviene los términos del contrato y las prácticas del comercio internacional. No podemos estar dando gas gratis», dijo ayer Miller a la cadena rusa Russia Today.