Tsipras teme el desencanto

La apatía electoral griega no logra llenar la plaza de Syntagma en el cierre de campaña de Syriza, pero para Stef, un universitario de 20 años, no cabe duda de que Alexis Tsipras, líder de la coalición izquierdista, se impondrá en las elecciones del domingo. «Es el único que propone un cambio. Es el futuro de Europa», comenta con una sonrisa. Las caras de la concurrencia, sin embargo, distan mucho del entusiasmo de los días en los que Grecia pensaba dar la batalla a Bruselas, en un enero que suena ya muy lejano. Tsipras es consciente y pide al electorado griego más desencantado no rendirse: «No dejéis que recuperen el terreno que hemos ganado».

Los discursos empiezan más de media hora tarde y la multitud ruge al hacerse una mención a Angela Merkel. Una pareja de teutones ha venido preparada para la ocasión. En la pancarta que llevan, se puede leer: «Humanidad antes que austeridad. Somos alemanes, pero no todos apoyamos a Merkel».

PODER PARA EL PUEBLO

En la plaza ondean banderas de Syriza blancas, rojas y lilas. Magdalena, una asalariada de 50 años, lleva una de las primeras. «Tsipras es la única solución para la crisis», afirma. «Es una cara fresca y no está involucrado en casos de corrupción». Es esta una baza del exprimer ministro. «¡No al viejo sistema político! ¡No a la vuelta de la oligarquía y la corrupción!», continúa un Tsipras que asegura que Europa está dividida entre el plan del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, y el de Syriza.

No obstante, el más aplaudido de la noche es el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en la capital helena para la ocasión. «Jamás un león solo pudo con todos los buitres», proclama. Y Tsipras lo secunda esperando que una victoria de su partido este domingo lleve al cambio en varios países europeos. «La historia es nuestra y la hacen los pueblos», concluye Iglesias, parafraseando a Salvador Allende. Minutos antes, la música del recinto hacía hincapié en eso a través de Patti Smith: «People have the power!» (el pueblo tiene el poder).

También hubo tiempo en el mitin para referirse a la actual crisis migratoria, que afecta a Grecia de manera particular, en una situación económica delicada y que sirve de país de entrada para los refugiados procedentes de Asia. «Tratar a los refugiados como basura no es la solución», señaló Tsipras.

Con las encuestas mostrando un empate con Nueva Democracia, el líder de Syriza ha pedido, sobre todo a la juventud, que se vuelque en las urnas. Para él, no está en duda quién ganará, sino si su proyecto logrará una mayoría suficiente que le permita llevarlo a cabo sin tener que pactar en una coalición que parece inevitable.