Duros reproches de la UE a la política de Trump sobre el cambio climático

primer ministro chino en Europa

primer ministro chino en Europa / periodico

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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La Unión Europea ha recibido el anuncio de Donald Trump con “tristeza” y duros reproches hacia el líder de la primera potencia mundial pero con la confianza de que está “en el lado bueno de la historia” y el compromiso de buscar otras alianzas para suplir la espantada del gobierno estadounidense. “Es un día triste para la comunidad global porque un socio clave le ha dado la espalda a la lucha contra el cambio climático. La UE lamenta profundamente la decisión unilateral de la Administración Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París”, ha declarado el comisario de Clima y Energía, Miguel Arias Cañete.

La salida de Estados Unidos, el segundo país que más contamina del mundo, puede asestar un duro golpe a la lucha contra el calentamiento global y hacer que otros países repiensen su pertenencia al pacto, pero de momento lo que ha hecho es empujar a Europa hacia nuevas alianzas. “Más que debilitarnos, el anuncio nos ha galvanizado y este vacío será llenado con un nuevo y amplio liderazgo comprometido. Europa y sus aliados fuertes en todo el mundo están listos para liderar el camino”, asegura la Comisión en un comunicado en el que le recuerdan a Washington que pueden forjar su propio camino dentro del Acuerdo de París. Lo que no es posible, han zanjado Alemania, Francia e Italia, es renegociarlo. "El impulso generado en París es irreversible y creemos firmemente que el Acuerdo de París no se puede renegociar", avisan Angela MerkelEmmanuel Macron y Paolo Gentiloni en una declaración conjunta. 

Trump no ha tardado ni cuatro meses en dilapidar el legado medioambiental de Barack Obama y en aislarse del mundo. En campaña prometió sacar a Estados Unidos del pacto y en la cumbre del G7 se negó a firmar la declaración conjunta sobre cambio climático. Una negativa que se ha saldado con duras críticas de la cancillera de Alemania, Angela Merkel, que llegó a proclamar públicamente que “los tiempos en los que podíamos confiar plenamente en los otros han terminado” y que ha llegado la hora de que los europeos asuman las riendas de su destino.

El choque de posturas quedó patente en el primer cara a cara que mantuvieron Donald Tusk y Jean-Claude Juncker con Trump la semana pasada en la capital comunitaria, antes de que abroncara a los líderes de la OTAN por “no gastar lo que deben defensa”, y se confirmaba después en Italia. “No es así como funciona. Los americanos no pueden dejar así como así el acuerdo. Eso es lo que piensa Trump porque no se acerca lo suficiente a los expedientes como para entenderlos completamente. Se necesitan tres o cuatro años tras el acuerdo, que entró en vigor en noviembre de 2016, para dejarlo”, advertía Juncker esta semana desde Berlín.

Su afilaba lengua fue más lejos. “Esta idea de soy Trump, ‘América first’ y me salgo de la foto no va a ocurrir. Intentamos explicárselo al presidente de Estados Unidos en Taormina de forma muy clara, con frases cortas en alemán –prosiguió entre risas de la audiencia–. Parece que el intento no tuvo éxito, pero la ley es la ley y todo el mundo la tiene que seguir. No todo es ley pero no todo lo que está en los acuerdo internacionales es 'fake news'”, espetó.

CHINA Y RUSIA, A BORDO

La UE ha asumido que si quiere salvar París tiene que ponerse al frente porque “no hay plan B” frente al acuerdo firmado en diciembre del 2015. Pero en esta ocasión no afronta el reto sola sino arropada por varios aliados antaño impensables como Moscú o PekínRusia ya ha dicho que da enorme importancia al pacto, aunque admite que la salida de Washington le restará efectividad.

China, el principal emisor de gases contaminantes y que durante años bloqueó cualquier avance, ha reiterado su compromiso a compartir el liderazgo con la UE. El  anuncio coincide de hecho con la visita a Bruselas del primer ministro chino, Li Keqiang, para participar en la cumbre bilateral UE-China. Una cita muy distinta a las anteriores en la que prima la sintonía frente a la división y que servirá este viernes para apuntalar el compromiso conjunto para luchar contra el cambio climático.  apenas unas horas antes de participar en la decimonovena cumbre bilateral UE-China.

En el encuentro, además de abordar las relaciones comerciales, el exceso de capacidad de acero, el proteccionismo y las pruebas con misiles de Corea del Norte, servirá para firmar la primera declaración conjunta sobre cambio climático y energías limpias. El texto, que no hace mención a Estados Unidos, subraya la “imperativa importancia” de la transición hacia energías limpias, advierte de que los países desarrollados deben ayudar financieramente a los países en desarrollo y se compromete con tecnologías limpias.