VUELCO EN EEUU

Un supremacista blanco en la Casa Blanca

El nombramiento del exbanquero ultra Steve Bannon como estratega jefe de Trump desata una tormenta de críticas en EEUU

Bannon sale de las oficinas de Trump en la Trump Tower, en Nueva York, el 11 de noviembre.

Bannon sale de las oficinas de Trump en la Trump Tower, en Nueva York, el 11 de noviembre. / periodico

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La elección del exbanquero de extrema derecha Steve Bannon como nuevo “estratega jefe” de la Casa Blanca ha reabierto la caja de los truenos contra Donald Trump. El magnate, criticado por el racismo exhibido en campaña, le nombró su asesor principal, haciendo tándem en la Casa Blanca con Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, como nuevo jefe de Gabinete. Solo sus más acólitos han defendido a muerte estos nombramientos. “El equipo Bannon-Priebus es una tremenda elección. Bannon como estratega clave y Priebus para la gestión diaria”, declaró el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, que suena como aspirante a una cartera en la próxima Administración.

Bannon, de 62 años y exbanquero de Goldman Sachs, suscita sin embargo más miedo que alegría en casi todo el espectro político. Antes de fichar por el magnate dirigía la controvertida web Breitbar News, centro de la llamada “derecha alternativa”, un movimiento asociado a las tesis ultranacionalistas y defensor de la superioridad de la raza blanca. Y por supuesto, enemigo virulento del ‘establishment’ político de Washington.

Steve Bannon orientó con éxito los dos últimos meses de la campaña de Trump y halló un filón en la denuncia populista del candidato republicano sobre un orden mundial controlado por élites políticas y financieras contra la gente común, “una estructura mundial de poder”, según la última publicidad televisada, una fórmula criticada por la izquierda por sus reminiscencias conspiratorias.

CONSTERNACIÓN DEMÓCRATA

Su nombramiento ha provocado estupor entre los demócratas, que han recordado los numerosos artículos incendiarios publicados en Breitbar rozando el antisemitismo, alimentando la nostalgia por la bandera confederada del sur esclavista durante la guerra de Secesión y denunciando la inmigración y el multiculturalismo. “Los partidarios de la supremacía de la raza blanca estarán representados al más alto nivel en la Casa Blanca de Trump”, ha denunciado Adam Jentleson, portavoz del líder demócrata en el Senado, Harry Reid.

También hay republicanos que han alzado su voz contra el nombramiento. “La extrema derecha racista y fascista se muestra en el umbral del Despacho Oval. América deberá estar muy vigilante”, ha escrito en Twitter John Weaver, próximo al que fue candidato moderado a las primarias republicanas John Kasich.

ANTISEMITA

El candidato conservador independiente a la presidencia Evan McMullin, mormón y exagente de la CIA, denunció también la promoción del “antisemita Steve Bannon”. Y los demócratas han citado las acusaciones de la exmujer de Bannon, Mary Louise Piccard, que en su proceso de divorcio, hace más de una década, afirmó según el ‘New York Daily News’ que su exmarido rechazó llevar a los niños a un determinado colegio por la presencia de judíos. En agosto, al integrarse en el equipo de Trump, el entorno de Hillary Clinton había acusado a Bannon y a Breitbar de haber publicado múltiples “teorías de la conspiración antimusulmanas y antisemitas”.

Jonathan Greenblat, de la Liga Antidifamación, ha declarado: “Es un día triste cuando un hombre que presidió la web de la ‘derecha alternativa’ –un grupo de nacionalistas blancos y antisemitas descarados- es destinado como alto funcionario en la ‘casa del pueblo”. Y la oenegé Southern Poverty Law Center también lo ha denunciado: “Stephen Bannon fue el principal impulsor que convirtió a Breitbart en un molino de propaganda etnonacionalista blanca… Debería marcharse”.