VIOLENCIA ARMADA EN EEUU

La sombra del terrorismo planea sobre la matanza de California

Un policía armado en la búsqueda de los sospechosos tras el tiroteo, en San Bernardino, este miércoles.

Un policía armado en la búsqueda de los sospechosos tras el tiroteo, en San Bernardino, este miércoles. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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El tiroteo del miércoles en San Bernardino (California), donde una pareja de asaltantes mató a 14 personas e hirió a otras 21, ha dejado un buen número de incógnitas por lo atípico del modus operandi y el pasado reciente de los asesinos. En plena inquietud mundial por el terrorismo yihadista, las autoridades no descartan que esa sombra planee sobre lo sucedido. Pero es solo una hipótesis que no debería dejar de lado el que es un problema mucho mayor para el país. Cada día mueren en Estados Unidos 88 personas de un balazo y cada día hay un tiroteo con un mínimo de cuatro muertos o heridos, según la media extraída por varias organizaciones que se dedican a monitorizar la violencia armada. Los asesinatos de masas, por más que copen los titulares, son solo el humo de una gigantesca pistola.

Esta vez la sangría se produjo en un centro estatal de atención a discapacitados donde trabajan cerca de 600 empleados, aunque los dos asaltantes dirigieron su atención en una fiesta de Navidad que celebraba un grupo de funcionarios de Salud en uno de los salones. Uno de los asesinos, Syed Farook, trabajaba para ese mismo departamento inspeccionando restaurantes y antes de regresar armado con su mujer, Tashfeen Malik, había asistido a la fiesta. La policía ha confirmado que se marchó del evento en algún momento tras una discusión y cuando volvió, ya acompañado, los dos llevaban máscaras, chalecos con varios cargadores e iban armados con un rifle de estilo militar y una pistola, ambos semiautomáticos. Solo en el centro de los servicios sociales dispararon entre 65 y 75 balas, según las autoridades. En casa de los asesinos se encontró luego un arsenal con una docena de bombas caseras y cientos de piezas de munición de distintos calibres.

ARMAS COMPRADAS LEGALMENTE

Los autores de este tipo de crímenes, por regla general, tienden a actuar solos y suelen suicidarse o son abatidos por la policía en el lugar de los hechos. Pero en San Bernardino lograron darse a la fuga en un vehículo negro. Solo horas después la policía les dio caza y los mató en un tiroteo cruzado en plena calle. “Vinieron preparados para hacer lo que hicieron, es como si estuvieran en una misión”, dijo el jefe de policía de San Bernardino, Jarrod Burguan. Todas las armas fueron compradas legalmente, dos de ellas por uno de los asaltantes, y las otras por una tercera persona que está siendo investigada. Además llevaban una bomba casera que, aparentemente, no funcionó.

Los motivos son todavía una incógnita, pero no se ha descartado que pueda tratarse de un acto terrorista. “En estos momentos, no sabemos por qué ha ocurrido este terrible incidente”, dijo este jueves el presidente Barack Obama. “Es posible que esté relacionado con el terrorismo, pero no lo sabemos. También es posible que esté relacionado con el entorno laboral”. Ninguno de los sospechosos respondía al retrato robot habitual en este tipo de sucesos.

PERFIL TIPO

Según un estudio del criminólogo Grant Duwe, que ha investigado 1.300 asesinatos de masas, el perfil tipo es el de un hombre blanco, soltero, separado o divorciado, y su edad oscila entre los 30 y los 40 años. La excepción a este patrón son los tiroteos en colegios o universidades, perpetrado generalmente por gente mucho más joven. En el caso de Farook y Malik, estadounidense él y paquistaní ella, estaban casados, eran musulmanes y tenían 28 y 27 años, respectivamente. Ninguno tenía antecedentes ni estaba en el radar del FBI, aunque Farook viajó en el 2013 a Arabia Saudí y no se descarta que se radicalizara en la cuna del odio wahabista.

La investigación continuaba este jueves, con una especial atención a las implicaciones que podría tener si se tratara de un atentado islamista, pero esa hipótesis, por más que esté llamada a generar un mayor grado de histeria, no oculta donde está el verdadero problema de EEUU. En lo que va de año, ha habido entre 336 y 354 tiroteos con un mínimo de cuatro muertos o heridos, el criterio que siguen algunas organizaciones para definir los tiroteos de masas. Por poner algunos ejemplos, solo el mes pasado, cinco personas fueron asesinadas en un cámping de Tejas; 17 resultaron heridas mientras filmaban un vídeo musical en Nueva Orleans; y cuatro murieron a punta de pistola en un crimen de violencia doméstica en Florida. Uno de ellos, un niño de 5 años.

CRÍMENES DE MASAS

En cualquier caso, otros estudios revelan que los crímenes de masas, sean en lugares públicos o en la esfera privada, representan un porcentaje insignificante de los más de 30.000 muertos murieron por un disparo el año pasado. La gran mayoría, más de 21.000 víctimas, son suicidios, un acto mucho más fácil de perpetrar cuando se tiene un arma en casa.

Otra parte importante son homicidios que, en muchos casos, según una investigación de USA Today, se producen a raíz de disputas familiares, rupturas de pareja y problemas económicos. A eso habría que añadir la violencia relacionada con las pandillas y las drogas que está desangrando los barrios pobres y generalmente negros de ciudades como ChicagoDetroit Baltimore