Saida, el rostro de la hambruna en Yemen

La joven, con problemas alimentarios, no pudo recibir tratamiento adecuado a causa del conflicto

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El rostro descarnado de Saida Ahmad Baghili, una joven yemení de 18 años, descansa sobre la almohada de la cama de un hospital en la ciudad portuaria de Hodaida. Su delgadez extrema es la prueba de hasta que punto la hambruna asuela Yemen, un país desvastado tras 19 meses de guerra civil.

Baghili llegó al hospital Al Zaura el sábado. La tienen que trasladar en camilla y es incapaz de ingerir alimentos. Hoy por hoy, solo acepta zumos, leche y té, según explica el personal médico que la tiende.

"Su problema es debida a la desnutrición, a su falta de recursos y a la guerra en el país", cuenta Asma Al Bhaiji, una enfermera del centro médico.

Esta joven es una de los 14 millones de personas, más de la mitad de la población del país, que carecen de alimentos. Yemen es hoy una nación al borde de la hambruna masiva.

En estos 19 meses de guerra, en Yemen, que ya era el país más pobre de la península arábiga, 10.000 personas han muerto en los combates entre la coalición de árabes sunís liderada por Arabia Saudí y el movimiento chií de los Huthis.

DEDICADA AL PASTOREO

La joven es originaria del pequeño pueblo de Shajn. Allí, se dedicaba al pastoreo y hace cinco años comenzó a desarrollar problemas alimentarios. "Ella estaba bien y de pronto se puso enferma. Decía que no podía comer y que la garganta le dolía", cuenta una familiar.

Después, la falta de recursos de su familia y el inicio de la guerra impidieron que recibiera tratamiento alguno. En los últimos dos meses, una diarrea atroz la ha hecho perder aún más peso.

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