El enfrentamiento en la ONU entre Rusia y EEUU amenaza con liquidar la tregua

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RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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La reunión se había convocado para esclarecer el bombardeo estadounidense del sábado que, en plena tregua para aliviar la torturada situación humanitaria de los sirios, mató a más de medio centenar de militares de Bashar al Asad. Pero acabó siendo un retrato de la tensión que impera entre Estados Unidos y Rusia, y de la fragilidad del alto el fuego que ambas potencias sellaron en Ginebra. Sus diplomáticos recurrieron a los desplantes y las acusaciones cruzadas durante la reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convocada por Rusia. Lejos de calmar los ánimos, la cita concluyó con la sombría advertencia de su embajador, que acusó a Washington de poner con su ataque “un gran interrogante” sobre el futuro de la tregua.  

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Se reanudan los bombardeos","text":"Los aviones lanzaron cuatro misiles sobre las zonas de Al Sajur, Karam al Yabal, Karam Bik y Sheij Jedr, en manos de los rebeldes, lo cual provoc\u00f3 un n\u00famero indeterminado de heridos."}}

Durante la jornada, el Pentágono reconoció haber bombardeado a los militares sirios cuando trataba de golpear al Estado Islámico en el este del país, concretamente en los alrededores de Deir Al Zur. Sus funcionarios aseguraron que la operación se detuvo en cuanto Rusia les advirtió de que “posiblemente” estaban atacando a su aliado sirio y, más tarde, la Casa Blanca transmitió a través de la diplomacia rusa sus disculpas a Damasco por la “perdida inintencionada de vidas”. La lluvia de bombas mató a 62 soldados sirios e hirió a otro centenar, según el recuento sirio y ruso. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó más tarde la cifra de bajas a 83. “Parece que ha sido un fallo de inteligencia”, le dijo una fuente del Pentágono al Washington Post.

ATAQUE SIN PRECEDENTES

El  ataque estadounidense contra el Ejército sirio no tiene precedentes. Es la primera vez que su aviación golpea a los militares de Asad en los dos años transcurridos desde el inicio de la intervención. Y llega en un momento nefasto, cuando ambas partes se han acusado de violar el alto el fuego docenas de veces y cuando Naciones Unidas trata de sortear los obstáculos para que llegue su ayuda humanitaria a varias localidades asediadas del país.

Durante la reunión de emergencia en la ONU, convocada por Rusia, la embajadora estadounidense, Samantha Power, aseguró que se está investigando el incidente. “Si determinamos que efectivamente golpeamos al personal militar sirio, no era esa nuestra intención. Y por supuesto lamentamos la pérdida de vidas”. Pero su comparecencia ante los medios, que se produjo mientras el embajador ruso tomaba la palabra durante la reunión a puerta cerrada del Consejo, no acabó ahí. Power acusó a Rusia de convocarla para “desviar la atención” de lo que verdaderamente está sucediendo sobre el terreno y le reprochó que nunca haya hecho nada semejante para condenar las atrocidades del régimen de Asad. “Incluso para los estándares rusos, la estratagema de esta noche, una estratagema repleta de moralismo y fanfarronería, es singularmente cínica e hipócrita”, aseguró la embajadora ante la ONU.

Poco después, su homónimo Vitali Churkin le devolvió el desplante al ausentarse de la sala cuando Power se disponía a intervenir. “Nunca había visto un despliegue de tosquedad estadounidense como el que hemos visto hoy”, dijo Churkin a los medios. El embajador ruso añadió que el momento del ataque es “francamente sospechoso” porque llega solo dos días antes de la fecha pactada para que Washington y Moscú comiencen a coordinar sus acciones militares contra el Estado Islámico y las facciones de Al Qaeda.

GRAVE ACUSACIÓN

Tanto el régimen sirio como el ministerio de Exteriores ruso aprovecharon durante el domingo la violación estadounidense de la tregua para hacer propaganda, presentando el incidente como “una prueba” de que Washington estaría tratando de ayudar al Estado Islámico.