tensión militar

Rusia probará misiles en el mar de Noruega en plenas maniobras de la OTAN

maniobras de la OTAN en Noruega

maniobras de la OTAN en Noruega / periodico

Silvia Martinez / Bruselas

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La decisión de la Alianza Atlántica de realizar las maniobras militares más importantes desde la Guerra Fría en Noruega, justo en el patio trasero de Rusia, no ha gustado en absoluto en el Kremlin que no ha tardado en responder con el anuncio de una prueba de misiles que casualmente tendrá como base de operaciones las aguas internacionales cercanas al lugar en el que la OTAN prepara al bando aliado en un ejercicio preventivo. El secretario general de Alianza, Jens Stoltenberg, confía en esquivar un nuevo enfrentamiento.

“Estoy absolutamente convencido de que las fuerzas rusas se comportarán de forma responsable y actuarán con seguridad, como lo harán las fuerzas de la OTAN. Creo que lo que tenemos que hacer ahora es tomar nota de la notificación de Rusia, de la que nos informaron la semana pasada, pero conduciremos nuestros ejercicios tal y como planeamos. No espero que vaya a causar graves problemas”, indicaba este martes el ex primer ministro noruego y jefe del bando aliado, que se ha desplazado hasta su país de origen para supervisar las maniobras de “Trident Juncture 18”.

Se trata del nombre con el que la Alianza ha bautizado al mayor ejercicio militar de los últimos años que movilizará hasta el próximo 7 de noviembre a 50.000 soldados, 10.000 vehículos, 250 aviones y 70 barcos, incluido el portaviones estadounidense Harry Truman, de los 29 países aliados más Finlandia y Suecia. “A pesar de que se intenta mostrar estas maniobras como defensivas es evidente que es una demostración de fuerza de naturaleza claramente anti-rusa”, han apuntado a la agencia France Press fuentes diplomáticas rusas.

Aunque la OTAN ha invitado a representantes rusos a participar como observadores en el marco una delegación de la Organización para la Cooperación y Seguridad de Europa (OSCE), Moscú ve como una provocación la exhibición de músculo tan cerca de su frontera, incluso como una ofensiva por parte del bloque aliado con quien los enfrentamientos no han cesado desde la invasión y anexión ilegal en 2014 de la península ucraniana de Crimea.

Tres días de pruebas

El resultado de este malestar es el despliegue de cuatro barcos rusos en la zona y el anuncio de tres días de pruebas con misiles –entre el 1 y 3 de noviembre- que notificaron la semana pasada a la OTAN. El ejercicio tendrá lugar en aguas internacionales, al oeste de ciudades como Kristiansund, Molde y Alesund. La agencia pública noruega que gestiona los aeropuertos del país, Avinor, recibió la notificación de las autoridades rusas el pasado 29 de octubre y aunque reconoce que no es algo frecuente ha quitado hierro al anuncio. Lo mismo que han hecho Stoltenberg y otros altos cargos como el ministro de defensa noruego. “Sería arriesgar una escalada dejarnos vencer por la irritación”, ha alertado Frank Bakke-Jensen.

La escalada de la tensión en el flanco norte de Europa coincide con la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de abandonar el Tratado de Fuerzas Nucleares de alcance medio (INF en sus siglas en inglés), firmado en 1987, y con una nueva reunión del consejo OTAN-Rusia que tiene lugar este miércoles en Bruselas a nivel de embajadores.