DUELO NACIONAL EN LA FEDERACIÓN RUSA

Rusia entierra a las víctimas del trágico incendio de Siberia en una jornada de duelo nacional

Familiares de dos niños y su abuela fallecidos en el incendio, en el funeral oficiado en Kémerovo (Siberia occidental), el 28 de marzo.

Familiares de dos niños y su abuela fallecidos en el incendio, en el funeral oficiado en Kémerovo (Siberia occidental), el 28 de marzo. / periodico

Marc Marginedas

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Tras la tragedia, el pesar. Este miércoles han dado comienzo en Rusia los entierros de los 64 fallecidos, la mayoría de ellos niños, en el pavoroso incendio que el domingo devastó un centro comercial repleto de público en la ciudad siberiana de Kémerovo. Mientras tanto, el país vivía una jornada de duelo nacional, con banderas ondeando a media asta, modificación de las programaciones en varios canales televisivos y un minuto de silencio durante la sesión en el legislativo. 

En los accesos a la plaza Roja de Moscú, decenas de ciudadanos han continuado depositando velas, flores y mensajes recordatorios junto a la verja de acceso a los jardines de Alejandro, uno de los parques más célebres de la ciudad. Como en todas las concentraciones públicas en este país, los visitantes debían atravesar detectores de metal y ser cacheados concienzudamente. La víspera, miles de personas se habían congregado en este punto, algunas de las cuales corearon consignas y portaban pancartas criticando a las autoridades. "Los sobornos matan a los niños", se leía en una. "Exigimos una verdadera investigación", planteaba otra. Incluso se escucharon eslóganes pidiendo la dimisión del presidente Vladimir Putin.   

A 3.600 kilómetros de este punto, en el escenario del drama, en una iglesia ortodoxa local, se celebraba el servicio funerario de tres de los menores muertos, entre lloros y sollozos femeninos, informa Reuters. Los tres ataúdes habían sido cubiertos con los gorros de los pequeños. La forma en que muchos de ellos murieron -quemados vivos- no hacía más que acrecentar el dolor de los padres. "Esta tragedia es todavía peor por el hecho de que niños se hayan convertido en víctimas del fuego; todos estamos de duelo y no hay palabras que puedan describir nuestro dolor común", sermoneó el sacerdote a los asistentes al oficio religioso.

Complicadas tareas de identificación

Las tareas de identficación estaban siendo retrasadas por el estado en que habían sido recuperados los cadáveres, muchos de ellos completamente carbonizados. Hasta media mañana de este miércoles, tan solo habían podido ser identificadas 27 víctimas, según ha anunciado el responsable local del Ministerio para las Situaciones de EmergenciaAleksándr Mamontov. Las autoridades insisten en que la cifra de 64 fallecidos no ha sido manipulada, y desmienten la existencia de decenas de desaparecidos con el supuesto objetivo de minimizar las pérdidas personales, tal y como denunciaban la víspera algunos familiares.

El más joven de los fallecidos era un bebé de dos añosDiecinueve de los muertos tenían menos de 10 años; una clase de una escuela próxima a Kémerovo ha perdido a la mitad de sus alumnos. Especialmente terrible es el caso de Igor Vostrikov,  quien ha perdido a su mujer, a sus tres hijos de 7, 5 y 3 años y a su cuñada. Vostrikov se ha encarado con el vicegobernador localSerguéi Tsiviliov, y las imágenes de la discusión que ambos mantuvieron están siendo reproducidas en miles de hogares de Rusia.

Clamor contra los políticos

Vostrikov es uno de los principales organizadores de la manifestación que tuvo lugar el martes en Kémerovo y en la que se pronunciaron duras críticas contra las autoridades locales e incluso contra el propio presidente Putin, que en ese momento estaba visitando la ciudad siberiana. "¿Qué otra cosa tengo que hacer? Para mí, la vida se me ha truncado y se me ha acabado; quiero justicia, que se sepa la verdad; mi familia ya no volverá, pero quiero que esto no se vuelva a producir en el futuro", ha declarado a los micrófonos de la cadena 'Mir24'.  

Algunas de las concentraciones de duelo que tuvieron lugar el martes en toda Rusia se transformaron en actos políticos en los que se criticaba a las autoridades y se les exigía responsabilidades, máxime después de que la principal figura opositora, Alekséi Navalny, convocara a sus seguidores a acudir a las manifestaciones. Para la oposición rusa, lo sucedido no es más que un síntoma de la corrupción y la desidia con la que gestionan sus territorios las autoridades regionales, que son las encargadas de hacer aplicar las normativas sobre incendios. El último responsable de todo ello es el propio presidente Putin, ya que la mayoría de los gobernadores son nombrados a dedo por el jefe del Estado. Son designados "en base a su lealtad hacia el Kremlin y no en su habilidad para gobernar", denunció hace poco Natalia Zubarévich, directora del programa regional del Instituto Independiente para la Política Social.