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Rohaní se impone con claridad a su rival conservador en las elecciones de Irán

El presidente de Iran Hassan Rouhani  vota en Teherán en las elecciones presidenciales iranís.

El presidente de Iran Hassan Rouhani vota en Teherán en las elecciones presidenciales iranís. / periodico

ANA ALBA / JERUSALÉN

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El presidente  de Irán, el moderado Hasan Rohaní, ha revalidado su cargo con una victoria contundente sobre su principal rival, el conservador Ebrahim Raisí, en las elecciones presidenciales celebradas este viernes, según ha anunciado este sábado el Ministerio del Interior. Rohaní ha obtenido el 57% de los votos, y Raisí, el 38.5%.

El resultado confirma el apoyo mayoritario de los iranís a la política de apertura al mundo impulsada por Rohaní, marcada por el acuerdo sobre el programa nuclear que firmó con seis potencias mundiales y que supuso el inicio de la recuperación económica del país.

En su primer discurso tras conocerse su triunfo, Rohaní ha afirmado que el mensaje del pueblo iraní con su voto es inequívoco y debe ser respetado. "Ustedes ayer dijeron 'no' a los que nos llamaban a retroceder al pasado", ha dicho a los iranís, quienes según el mandatario también han expresado en las urnas que desean "la interacción con todo el mundo sobre la base del respeto mutuo" y "vivir en paz".

No obstante, en una advertencia a los "enemigos" de Irán y un guiño a los conservadores, Rohaní ha añadido que el pueblo de la República Islámica "no está dispuesto a aceptar ninguna humillación o amenaza".

Las relaciones internacionales de Irán mejoraron considerablemente desde la firma del acuerdo nuclear, el gran logro de Rohaní, pero siguen siendo muy tensas con Estados Unidos y Arabia Saudí, su gran rival regional. Desde Riad, donde acompaña al presidente Donald Trump en su viaje, el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, ha llamado a Rohaní a dejar de apoyar al "terrorismo" y a poner fin a los ensayos con misiles balísticos.

MOVILIZACIÓN DE LOS CIUDADANOS

La alta afluencia hizo que las autoridades decidieran ampliar el horario de votación hasta la medianoche. La participación, finalmente, se situó en torno al 70%. En Teherán, la capital iraní, votaron cinco millones de personas, el doble que en el 2013. Tanto los seguidores de Rohaní como los de Raisí dedicaron grandes esfuerzos a movilizar al máximo de ciudadanos.

Algunos analistas opinan que esta alta participación ha favorecido al presidente. Un significativo número de votantes reformistas optó por Rohaní como mal menor para evitar el triunfo del candidato conservador, exfiscal que sentenció a muerte a miles de presos políticos en los años 80.

PODERES LIMITADOS

El mandato para que Rohaní siga con su política reformista es muy amplio y supone el respaldo de la mayoría de los ciudadanos al acuerdo nuclear, aunque los poderes presidenciales son limitados. La última palabra en las políticas que se aplican la tiene el Líder Supremo, el ayatolá Alí Jamaneí, quien controla también las fuerzas de seguridad.

Pese al buen resultado obtenido, Rohaní tendrá que enfrentarse a las mismas restricciones con las que topó en su primer mandato para poner en marcha cambios sociales que muchos iranís, especialmente jóvenes, desean. Rohaní no ha podido conseguir que se retire el arresto domiciliario a los líderes reformistas ni que los medios de comunicación tengan algo más de libertad.

BOFETADA A LOS GUARDIANES

No obstante, la victoria de Rohaní es una bofetada a los Guardianes de la Revolución, las poderosas fuerzas de seguridad que además controlan un amplio imperio industrial en Irán. Los Guardianes habían mostrado su apoyo a Raisí, mucho más proclive a salvaguardar sus intereses.

“Estoy muy contento por el triunfo de Rohaní. Hemos ganado. No hemos cedido a la presión. Les hemos demostrado que aún existimos. Ahora, que  cumpla sus promesas”, ha dicho Mahnaz, de 37 años, a la agencia AP.

El reelegido presidente, un clérigo musulmán moderado con visiones que seguían la línea oficial, ha ido virando durante su primer mandato hacia posiciones reformistas y durante la campaña se ha ganado a los votantes jóvenes de las ciudades más ávidos de cambios.

En algunos actos de campaña llegó a referirse a los más conservadores como “los que cortan nuestras lenguas y cosen bocas” y acusó a Raisí de “hacer mal uso de la religión para lograr poder”.

El candidato conservador, considerado un protegido de Jamaneí, se encuentra en la lista de posibles sucesores del Líder Supremo, según algunos medios iranís.