SEMINARIO DEL CIDOB

"El régimen de Putin está en modo de supervivencia"

Expertos internacionales analizan en Barcelona la situación de Rusia y su papel en la escena mundial

Seminario del CIDOB sobre Rusia, en el Palau de Pedralbes, este sábado 20 de enero.

Seminario del CIDOB sobre Rusia, en el Palau de Pedralbes, este sábado 20 de enero. / ADRIANA DOMINGUEZ

Montserrat Radigales

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"Vamos a llamar las cosas por su nombre real. Vamos a dejar de llamarlo elecciones, lo podemos llamar renombramiento, reconfirmación, coronación…". Konstantin von Eggert, periodista y comentarista político ruso, se refería con estas irónicas palabras a los comicios presidenciales que se celebrarán en Rusia el próximo 18 de marzo, en los que el actual mandatario, Vladimir Putin, tiene más que garantizada la reelección. Von Eggert era uno de los ponentes del seminario "Paz y guerra en el siglo XXI" que organiza cada año el CIDOB (Barcelona Centro para Asuntos Internacionales) y que en esta ocasión llevaba el título de "What is Russia up to?"” (que podríamos traducir como "¿Qué pretende Rusia?" o "¿A qué está dispuesta Rusia?").

Von Eggert, junto a Arkady Ostrovsky (editor de Rusia y la Europa del Este en el prestigioso semanario británico 'The Economist') y Marie Mendras, profesora de Asuntos Internacionales en la Universidad Sciences Po (Ciencias Políticas) de París, ha desgranado este sábado la situación interna de Rusia en la primera de las mesas redondas, "Comprender la Rusia actual", que estaba moderada por el corresponsal de El Periódico en Moscú, Marc Marginedas.  La naturaleza del régimen, autoritario y represivo, dirigido solo a la propia supervivencia y la protección de las élites, la necesidad creciente de confirmar una legitimidad que el poder establecido puede ir perdiendo y la preocupación de los sectores profesionales y la clase media que pierden terreno, fueron algunas de las cuestiones abordadas, junto a la corrupción o el papel de la sociedad civil rusa, sobretodo con la vista puesta en el 2022, cuando Putin concluirá su enésimo mandato.  El sistema, o lo que es lo mismo, el régimen de Putin, está "en modo de supervivencia, gasta toda su energía en mantener el poder y esto lleva a una reacción conservadora en la que los políticos y los oligarcas ya no tienen la ambición de mejorar la economía", señaló Mendras.

Rusia y el orden internacional

Pero el debate más caliente se dio en la segunda de las mesas redondas, que llevaba el título de "¿Cuál es el lugar legítimo de Rusia en el orden mundial?". Bajo la batuta moderadora de Cristina Gallach (exsecretaria general adjunta de Comunicación de la ONU y que ejerció anteriormente responsabilidades en la OTAN y la UE), Andrey Kortunov (director general del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales) y Judy Dempsey (investigadora de Carnegie Europe y con una larga trayectoria como periodista internacional en medios como 'The New York Times' o 'Financial Times') analizaron la política exterior de Moscú y sus relaciones con Occidente.

Fue Javier Solana --que participaba en el seminario como presidente de ESADE geo-centro para la Economía Global y la Geopolítica, colaborador anual del evento—quien puso sobre la mesa la gran pregunta. Los ponentes habían subrayado distintos aspectos del deterioro de las relaciones de la OTAN y la Unión Europea (UE) con Rusia, hasta la práctica ruptura. Solana, que cuando era secretario general de la OTAN y después jefe de la política exterior de la UE, dio gran importancia a la necesidad de edificar una relación constructiva con Rusia y se empleó a fondo en ello, dio por supuesto que "hemos perdido a Putin" pero se preguntó "si también hemos perdido a Rusia". "Rusia siempre quiso ser reconocida y tratada como una gran potencia. Y Rusia es un actor importante para los europeos".

La línea roja

El impacto que tuvieron en Rusia los acontecimientos del 2004, cuando tanto la OTAN como la UE expandieron sus fronteras hacia el este al incorporar como miembros a varios países procedentes de la antigua órbita soviética, estuvo muy presente en el debate. Judy Dempsey subrayó que Rusia se convenció en aquel momento de que la OTAN y la UE buscaban "el cambio de régimen", lo que suponía "una línea roja" para Moscú. La percepción de Rusia fue que la UE ya no pretendía ser solo un socio comercial sino "exportar sus valores" y marginalizar a Moscú. También subrayó que Rusia se sintió "traicionada" por Occidente después de que Moscú no vetara en la ONU la intervención militar en Libia y consideró después que la operación aliada excedió su mandato al acabar derrocando a Muamar Gadafi. Varios participantes pusieron también de manifiesto cómo Rusia había aprovechado los vacíos que por inacción dejó EEUU, especialmente bajo la presidencia de Barack Obama, (Siria es un ejemplo) para ganar influencia en la escena internacional.

Como no podía ser de otra forma, la anexión de Crimea y la situación en Ucrania ocuparon buena parte del debate. Hubo acusaciones de "inconsistencia" e "irresponsabilidad" para la UE y algunos ponentes incluso alertaron del riesgo de que una Ucrania decepcionada con la UE acabe acercándose a los EEUU de Trump.